Como cada verano, se observan en la parte burgalesa del embalse del Ebro (también en la cántabra) las cometas de los practicantes de kite-surf. Al parecer es una zona idónea para la práctica de este deporte (especialmente para los novatos), por la estabilidad de vientos, la poca profundidad y la falta de conflicto con los bañistas. Es llamativo contemplar a los surfistas a más de 800 metros de altitud, con el fondo de montañas, prados y ganado pastando.
Se pregunta uno si no se podría poner en marcha un proyecto para crear unas instalaciones ad-hoc y hacer de esta actividad algo más estructurado; aunque probablemente por el propio perfil de sus practicantes ellos mismos deseen mantener ese halo de deporte alternativo que ahora mismo tiene. Aquí os dejo unas cuantas imágenes y al final un vídeo continuo de dos minutos de duración.
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