Recorrido por un nuevo tramo del ferrocarril Santander Mediterráneo cuyo proceso de habilitación como via Verde terminó en 2019. Paisaje de transición entre las vegas de los afluentes del Arlanzón y la pre-sierra que representa la comarca de Tierra de Lara. Todo ello mientras reflexionamos sobre este tren que pudo ser y no fue, aunque durante bastantes décadas formó parte de la realidad de muchas familias humildes del medio rural burgalés en sus desplazamientos a la ciudad.
Dificultad: Baja en términos generales, aunque el hecho de que el firme no haya sido convenientemente consolidado en muchos tramos hace que al final resulte bastante durilla de recorrer, especialmente si tenemos que hacer el viaje de ida y de vuelta.
Orientación: Fácil.
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 50 kilómetros y 3 horas (en bicicleta, sólo ida). Si consideramos sólo el tramo Cojóbar – Cascajares de la Sierra son 36 kilómetros y 2 horas y media.
Situación.
Salimos de Burgos desde el punto que nace la vía verde. Concretamente en la calle Alfareros, junto a la estatua de "Los labradores”. Si empezamos en Cojóbar, la referencia es el punto en el que la vía verde cruza la carretera de acceso a dicho pueblo desde la N-234; en las proximidades de la fábrica de piensos.
Puntos de Interés
Paisajes mixtos de tierras de cultivo, monte y bosque. Vistas de los diferentes pueblos.
Descripción de la Ruta
La vía Verde Burgos – Modúbar está acondicionada hace ya unos cuantos años, siendo bastante transitada por los capitalinos y escenario incluso de una populosa carrera nocturna. Empezamos a transitar como indicamos desde la calle Alfareros, entre bloques de edificios y por asfalto.
Labradores que durante décadas usaron el tren para su desplazamiento a la ciudad
Salimos de la ciudad y la primera localidad y estación que encontramos es Cardeñadijo
Ya entramos en entorno rural, entre campos de cultivo y en clara ascensión.
En la parte alta, rodeado de un pequeño robledal, encontramos un interesante y relativamente largo túnel. No tiene iluminación así que es recomendable llevar algún tipo de luz, especialmente si se va en bici.
Un breve descenso no lleva hasta Modubar de la Emparedada, en donde localizamos la segunda estación.
Cruzamos la carretera de acceso a Cojóbar entrando en el tramo Cojóbar-Cascajares, que es el que se ha habilitado más recientemente. Desde aquí se pone a cero en kilometraje de la señalización; de 1 a 37.
Tras dejar atrás una la zona más antropizada entramos en las vegas del río de los Ausines. Al poco pasamos por las cercanías de la torre de Olmosalbos, que no llega a verse por la vegetación y sin solución llegamos a la altura de Revillaruz, con su iglesia en lo alto.
La vía pasa por una zona de pequeñas parcelas con casetas y casas bajas y de nuevo se interna entre campos de cultivo. No mucho después cruzamos un puente sobre el citado río y sin mayores novedades nos vamos acercando al pueblo de Los Ausines; con sus tres barrios y la ermita de la Virgen del Castillo, con orígenes prerromanos. El trazado, como es norma habitual, no pasa por el pueblo sino que lo bordea a cierta distancia. Lo que sí vemos es su destartalada estación (tan sólo encontraremos otras dos en lo que nos queda).
Tras dejar atrás este pueblo afrontamos la larga recta que nos lleva a Revilla del Campo, paralelos durante unos cuantos kilómetros a una carretera local. El perfil es ascendente, de forma suave pero permanente casi desde que dejamos Cojóbar. En 20 kilómetros salvaremos un desnivel de unos 150 metros. La vegetación no nos permite apreciar desde la vía la llamativa torre-campanarios de Revilla, pero sí alcanzar un sombreado rincón junto al río en donde se puede hacer un pequeño descanso.
Pasado Revilla poco a poco se van alternando los cultivos, siempre presentes, con el monte y el bosque. Cruzamos la carretera de acceso a Quintanalara y algo después la de Torrelara. De este pueblo llegamos a ver claramente su iglesia sobre una loma en la que se ha representado el perfil de un dinosaurio; recordatorio de los importantes hallazgos arqueológicos que se han efectuado en este pueblo.
La pendiente se va haciendo poco a poco más acusada mientras percibimos hacia la derecha el perfil de Peñalara, que estará presente prácticamente en todo lo que nos queda de recorrido. Cruzamos la carretera y afrontamos los últimos kilómetros de ascenso; que termina en el kilómetro 22 considerando el inicio en Cojóbar. Entramos así en la zona principal de Tierra de Lara: a la derecha las proximidades de Peñalara y a la izquierda la zona de la solana del Mencilla.
Pasamos por las proximidades del pueblo de Paúles de Lara y seguimos
hasta el entorno del pueblo de Lara de los Infantes, con su enhiesta
torre y los restos del picón y castillo de Lara. A lo lejos vemos los
perfiles de la sierra de Mamblas, el Gayúbar e incluso Peña Carazo.
Alcanzamos las ruinas de la estación de Campolara, en las proximidades de dicho pueblo y algo más adelante, tras cruzar el río Valparaíso, el pueblo de Villaespasa, de los pocos en los que la vía transitaba en las cercanías de las casas. Una larga recta nos encamina a las cercanías de la Dehesa de Jaramillo Quemado y la ermita de Valpeñoso. Cruzamos el puente sobre el río San Martín, el más largo de todo este tramo.
La vía pasa por las cercanías de unas estructuras tumulares, cruza la carretera de acceso a Jaramillo Quemado y afronta los últimos kilómetros hacia las empinadas faldas del Gayubar. Por fin alcanzamos la estación de Cascajares – Hortigüela, fin de este tramo, en las proximidades de la nacional N-234.
Comentarios.
Tal y como se ha indicado, el recorrido se hace durillo por la abundancia de grava y piedra poco pisada y de tamaño relativamente grande.