Nuestra otra parada en Traslaloma la vamos a realizar para ver la iglesia de Colina de Losa, que así a primera vista no parece gran cosa.
Sin embargo, lo primero llamativo de este templo es su advocación: Nuestra Señora de la Expectación del Parto o Nuestra Señora de la O. Hace referencia a la preparación de la Virgen para la venida de Cristo, y lo de "la O" proviene de un salmo relacionado que se cantaba en adviento ("O sapientia, O Adonai...") que con la costumbre vino a simplificar la denominación de la festividad.
En todo caso, cuando vemos la parte trasera del edificio, comprobamos su estructura original románica, modificada eso sí.
Y lo más valioso sin duda es su portada, una de las más curiosas del románico burgalés.
La parte superior está formada por un guardapolvo y dos arquivoltas. La primera de ellas muestra cabecitas de
león, manos y algunos tallos. La segunda círculos concéntricos.
El primer capitel muestra una bailarina desnuda, con los
brazos en jarras, acompañada de una sirena-pez masculina que toca un instrumento
musical. El segundo muestra leones pareados.
En la derecha tenemos en primer lugar dos peces y un batracio, mientras el otro capitel está compuesto de un fondo de hojas planas sobre el que se ubica un hombre sentado con
las piernas cruzadas.
Pero lo más llamativo de la portada es la profusa y estética decoración de los fustes de las columnas. Los dos primeros se decoran con
bandas en sentido helicoidal adornadas con pequeñas flores bastante
redondeadas y escamas colocadas de modo imbricado (o bien el tronco de una palmera);y en la derecha, círculos perlados tangentes unos a otros y labores
de encestado muy tupido.
En el interior se conserva la estructura de la
cabecera, algo modificada. De los capiteles queda uno triple en el muro norte
en el que llama la atención una carátula con la boca abierta.
Pero resulta más curioso otro capitel que ahora se utiliza
como pila de agua bendita. En el mismo se muestran la matanza de los inocentes
y la degollación de San Juan bautista, iconografía que hace pensar en que pueda
provenir de otro edificio.
La forma de trabajar se parece un tanto a la de los templos
de Bercedo, Almendres y Soto de Bureba pero supera a los mismos en cuanto a la
calidad de la talla de fustes y jambas que, sin ser espectacular, sí está muy
bien rematada consiguiendo con ello mucha plasticidad.