Me había propuesto sacar este año mejor partido al mes escaso en que los bosques de Burgos nos muestran su mejor potencial cromático (y ya por razones varias me temo que no voy a poder cumplir todas mis expectativas) y ya el quince de octubre me dirigí a este punto que tenía señalado en mi programación. Como bien sabéis hasta hace cuatro días hemos tenido un otoño muy rácano en cuanto a lluvias por lo que espero que juzguéis las imágenes en consecuencia.
Esta ruta ideada por mí está muy relacionada con la tradición ganadera de la sierra burgalesa. Observaremos los paisajes desarbolados por siglos de trashumancia y un pequeño pero excelente ejemplo de lo que pudo ser este bosque en el pasado.
Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 4 horas (15 kilómetros)
Situación.
Para acceder a Vallejimeno, punto de partida de este recorrido, tomaremos la N-232 en dirección a Soria hasta el núcleo urbano de Salas de los Infantes. Antes de cruzar el puente de Costana tomamos la carretera regional que, hacia la izquierda, conduce a Nájera. Tras más de diez kilómetros llegamos a Barbadillo del Pez. Hacia la derecha empieza la carretera que conduce al Valle de Valdelaguna. Pasados cuatro kilómetros llegamos a Vallejimeno.
Puntos de Interés
Pueblo de Vallejimeno. Dehesa de Vallejimeno. Entorno de la ermita de la virgen del Rebollar.
Descripción de la Ruta
Dejamos el coche en la plazoleta que se encuentra enfrente del bonito puente medieval de la localidad. En el entorno encontramos varios interesantes caserones de la época más próspera de la zona.
Empezamos a caminar cruzando el puente y siguiendo la única calle que se encuentra al otro lado. Como podremos comprobar estamos en un ramal del GR-82, sendero de la Demanda, que nos acompañará durante buena parte del recorrido.
En unos instantes abandonamos el pueblo cruzando una portilla y empezamos a ascender con comodidad por una zona muy despejada. Dejamos a un lado una pequeña ermita y tras un curveo observamos al frente los primeros indicios de la dehesa.
Al kilómetro y medio llegamos a la zona boscosa, junto a un cruce del GR indicado. Tomamos el sendero de la derecha (dirección Salas) de modo que no nos introducimos en lo más denso del bosque, sino que más bien recorreremos su perímetro.
No obstante desde aquí se puede sentir la importancia de esta masa forestal al encontrar grandes ejemplares de roble y haya. En todo caso el árbol enseña es el acebo, muy abundante como en otras zonas del valle de Valdelaguna.
Seguimos ascendiendo de manera que tenemos vistas cada vez más interesantes sobre el valle de Valdelaguna, con Vallejimeno en primer término. Durante la última parte del ascenso nos vemos inmersos por momentos en la parte más densa del bosque, pero al final acabamos saliendo del mismo.
Termina este ascenso junto a una especie de corrales. Hacia la izquierda surge otro camino que recorre el pequeño cordal a modo de cortafuegos entre los pinos que se encuentran por encima de las hayas. Este será nuestro camino de regreso pero ahora seguimos más hacia la derecha.
Mientras avanzamos podemos pensar en el contraste entre la despejada loma que recorremos y las boscosas laderas de la zona conocida como la solana del Mencilla. Empezamos a descender en dirección a las arruinadas tenadas de la Zarzalera.
Unos metros después llegamos a la altura de un camino mucho más marcado. Encontramos un panel explicativo de toda esta gran hondonada que en realidad se trata de un gran prado comunal de
1400 hectáreas propiedad de los pueblos de Hoyuelos de
la Sierra, Barbadillo del Pez, Quintanilla de Urrilla y Vallejimeno. La interesante historia de este monte de Trasomo
la podéis leer en mi anterior entrada.
Descendemos con rapidez por este camino rodeados de prados y ganado. Al final del mismo, con unos seis kilómetros de recorrido total, encontramos el edificio de la Ermita del Rebollar, asociado a la historia antes citada. Unos metros a la derecha de la ermita, a un nivel algo inferior, encontramos una fuente en la que calmar nuestra sed.
Es momento de volver sobre nuestros pasos unos tres kilómetros, hasta los corrales citados. Desde aquí remontamos esta especie de cortafuegos entre los pinos. Observaremos a nuestro lado la serie de puestos para la caza del paso de la paloma.
Tras unos dos kilómetros por este camino lo abandonamos por otro cortafuegos que desciende bruscamente hacia la izquierda. El descenso tiene una longitud de aproximadamente un kilómetro, al final del cual llegamos de nuevo al camino por el que trascurre el GR-82.
Tomamos el mismo hacia izquierda superando un paso canadiense. Enseguida nos vemos rodeados por un interesante bosquete de acebos mientras que al fondo observamos ya de nuevo la dehesa.
Llegamos en unos minutos a dicho bosque que recorreremos de nuevo por su parte baja. Tras solazarnos tanto con los tramos más cerrados como con robustos ejemplares aislados acabamos enlazando con facilidad con el camino por que ascendimos desde Vallejimeno. De todas formas en los últimos metros antes de llegar al cruce nos encontramos con sendos ejemplares de árboles singulares que figuran en el catálogo regional, y de los que os hablaré en la próxima entrada.
Comentarios
Ruta relativamente sencilla con cota inferior de 1080 metros y cota superior en torno a 1400 metros. La orientación creo que es también bastante evidente. Una vez realizada la ruta pude descubrir la existencia de al menos una senda que recorre el hayedo por su interior, de manera transversal, lo que podría hacerla más interesante. Si realizamos el paseo en otoño nos podremos encontrar con los cazadores en la zona de puestos.
Si queremos evitar el regreso desde la ermita por el mismo camino existe una posibilidad, aunque con ciertas complejidades. Durante el descenso por los montes de Trasomo hacia la ermita observaremos hacia el oeste una torre de vigilancia contra incendios que se sitúa a más de 1600 metros de altitud. Desde la ermita continuaremos bajando unos metros hasta localizar un bonito puente de piedra. Una vez al otro lado ascendemos por la ladera de enfrente, en donde de nuevo los acebos son multitud (de hecho esta ladera es conocida como Acebeda).
Buscaremos la torre pero no de manera directa sino primero ganando altura hacia el oeste para luego ir girando paulatinamente hacia dicha cima. No hay camino definido y en muchas zonas el monte bajo nos dificultará el avance y nos obligará a retroceder. Si alcanzamos la torre habremos pasado lo más complicado, ya que desde aquí será fácil descender por la línea de puestos de caza hasta el empinado cortafuegos que citamos en la descripción principal.
Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)