Las sensaciones que tenemos al llegar a Baíllo tampoco son mucho más alentadoras, pero al menos podemos contemplar en la parte alta del pueblo la iglesia de San Antolín, que aún muestra un interesante ábside románico.
En las cercanías, hacia la Tesla, se encuentra la ermita de la Virgen de la Hoz, precisamente junto a una garganta que desciende de la sierra. En este lugar se lleva a cabo una ancestral romería a principios de junio.
Transitar por buena parte pueblos de Cuesta-Urria exige grandes dosis de autocontrol para no dejarse llevar por la tristeza y ganas de huir que transmiten sus desoladas calles y arquitectura popular muy venida a menos. Este es el caso de Casares, del cual no os muestro mas que esta foto pues lo primero que me encontré al llegar fueron los perros ladrando y la sensación de que se había convertido en una "esta es mi granja y hago lo que quiero y no son bienvenidos los visitantes". De verdad, estoy deseando que algún lector me corrija.
No os puedo decir mucho más de este lugar. Según cita el Diario de Burgos, mientras que en 2007 y 2008 aparecía sin habitantes, en 2009 tuvo un empadronado y en 2010 vuelve a figurar despoblado. Según mi censo de 1900 por entonces tenía 38 habitantes que ocupaban 11 viviendas.
Nuestra siguiente parada es muy breve, apenas un instante, para contemplar la iglesia de la Santa Cruz de la localidad de La Aldea. Destaca sobre todo por su torre fortificada del siglo XIV.
No es ningún secreto que soy un enamorado de la provincia que me vio nacer, de sus pocas grandezas y de sus muchas miserias (de ello son buena prueba las más de 500 entradas que llevo publicadas en este blog); y este sentimiento se ve reforzado cuando; de cuando en cuando, me encuentro con lugares como éste, tan humildes, originales y desconocidos, y precisamente por ello tan súmamente especiales.
Siguiendo por la carreterita que conduce desde Cereceda hasta el pequeño embalse al que da nombre. Justo antes de un pequeño túnel, se encuentra una pequeña surgencia natural de caudal relativamente importante. Es la Fuente del Oro María.
La originalidad de esta fuente está en el hecho de que es intermitente, es decir, que tan pronto como mana con fuerza, se seca repentinamente. Pero además, a diferencia de otros escasos ejemplos como las Fuentes Tamáricas de Velilla del río Carrión o la Fuentona de Ruente, en este caso sí que obedece a un ciclo más o menos establecido, lo que no la hace menos sorprendente. En efecto unos tres minutos después la fuente presenta este aspecto.
Y así está otros tres minutos hasta que vemos como el agua vuelve a ascender por el hueco inicial y a manar de nuevo en un ciclo sin fin.
Aunque al parecer esto se confirma sobre todo en primavera y otoño.
Si leemos el artículo referido a las Fuentes Tamáricas, vemos como en la antiguedad se les confirió un poder de funesto presagio, pues vaticinaban la muerte próxima de aquel que al observarlas por primera vez las encontrara secas. En principio desde el siglo XVII se han asociado estas legendarias fuentes con las de Velilla del Río Carrión, pero nunca se sabe...
Los lugareños, por el contrario, han dado una utilidad mucho más amable a esta fuente. Tradicionalmente se acudía al lugar (y especialmente las parejas de enamorados), y se cantaba esta copla cuando la fuente estaba seca, para que volviera a surgir:
“Fuente del Oro María
sal y da de beber a esta niña.
Si se lo dás
por el río arriba subirás
si no se lo das
por el rio abajo bajarás”.
Al parecer hasta no hace mucho hubo un cartel o inscripción junto a la fuente con esta rima.
Nuestro poeta Bonifacio Zamora completaba la historia con esta poesía:
Que la fuente intermitente
de Cereceda es la fuente
del oro, lo dice el coro
de voces, entre la gente,
cantando: "Fuente del Oro,...
Porque un buen día María,
fué a la fuente, sonriendo
Sonreía
María, la fuente viendo
intermitente brotar
mientras la fuente decía:
- ¿ No me dices el Cantar
Fuente del Oro, María?
María, nada decía
Sonreía
y mirábase curiosa,
como en espejo, la cara
en el cristal de agua clara.
repitiendo: -Soy hermosa-
¡Eres hermosa! - la fuente
repetía, - y un tesoro
es la cabellera de oro
que rubia adorna tu frente.
¡ Si pudiera
copiarte la cabellera
en el agua trasparente!...
Volvió la fuente a brotar,
volvió María a mirar
y vió con agrado que era
de oro su cabellera,
que el agua pudo copiar.
Y la fuente proseguía
intermitente y sonora:
- Pues es de oro y es mía
tu cabellera de aurora,
si antes no lo merecía
¿No es verdad que soy ahora
Fuente del Oro, María?
A la fuente intermitente
de Cereceda la gente
le dice desde aquel día
siempre que canta a la fuente:
"Fuente del Oro María".
Y allí nos quedamos sonriendo como María, viendo uno de estos diminutos milagros de la naturaleza; hasta que, es cierto, una pareja muy joven allegóse junto a la fuente, lo que nos invitó a dejarlos tranquilos para cumplir el rito secular.
Termino el artículo con un pequeño vídeo del manantial. El ciclo en este momento era de unos 2 minutos activo por unos 10 minutos inactivo.
En una apartadísima y sobrecogedora atalaya con excepcionales vistas sobre el valle de Valdivielso (lástima de que la foto esté hecha demasiado pronto) encontramos los restos de una edificación que se corresponden con la antigua ermita de San Cristóbal.
Simplemente por la originalidad de su ubicación merecería la pena hacer una mención este lugar, pero es que además existe una curiosa historia relacionada. Hasta tiempos relativamente recientes existió una cofradía dedicada al santo, remontándose las referencias a la misma nada menos que al año 1628.
Cuentan que un pastor un tanto rudo entró un día a la ermita y dijo “San Cristobalón, bailas o no bailas”, y como quiera que no obtuvo respuesta, éste le asestó un golpe en la pierna izquierda partiéndola, y así se guarda la figura en la actualidad en la iglesia de Quintana de Valdivielso. Hasta donde he podido saber se sigue celebrando la festividad de San Cristóbal en Quintana, el primer domingo de junio; alternándola anualmente con Valdenoceda.
En la próxima entrada, que probablemente tendrá que esperar a la semana del 12, os describiré una ruta de senderismo para acceder a este curioso emplazamiento.
Paramos en este lugar de nombre tan sugerente y nos encontramos con esta delicada sopresa
Se trata de una aldaba ubicada en esta añeja puerta.
Muy cerca el elemento de mayor valía del caserío, la torre de los Sarabia de Rueda.
Esta casa es conocida como "El Fuerte" y llama la atención el escudo en esquina.
Otra casa con un centenario arco apuntado casi echado a perder
Bastante peor es el estado de la Iglesia de la Santa Cruz, originaria del siglo XVI con elementos anteriores, y ya arruinada. Actualmente se celebran los actos religiosos en una ermita ubicada en el centro urbano.