jueves, 18 de septiembre de 2014

Ruta de senderismo: valles pasiegos burgaleses

En la redacción original de este artículo se combinaba el recorrido por los valles pasiegos con el ascenso a Castro Valnera. La siguiente descripción, además de ser más actualizada y detallada y aprovechar los caminos actuales, considera por separado el ascenso final a Castro Valnera, que podéis consultar en este otro artículo.

Aunque encontramos algunos rastros en áreas cercanas, la zona de distribución del paisaje del tipo pasiego en la vertiente burgalesa se corresponde con la parte norte del municipio de Espinosa de los Monteros, más en concreto con la demarcación conocida como Cuatro ríos o Cuatros Valles Pasiegos: Lunada, Trueba, La Sía y Rioseco. En la ruta de hoy conoceremos los dos de mayor tamaño: Lunada y Trueba, además de contactar parciamente con la parte más montañera de la zona.

Dificultad: Media-Alta, por el desnivel y longitud algo elevados.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil (sin niebla)
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 5 horas (18 kilómetros)



Situación y acceso

El acceso a Espinosa de los Monteros desde Burgos se realiza siguiendo hacia el norte la N-627 y la C-629. Pasado Villarcayo y el portillo de Bocos llegamos al pueblo de Baranda. Desde aquí nace una carreterita que nos permite atajar el tramo hasta Espinosa. Alternativamente podemos seguir algo más hasta la glorieta de El Crucero y llegar al pueblo por una carretera de más entidad.

Una vez en la villa seguiremos la carretera hacia los portillos pasiegos. Pasados ocho kilómetros tomamos la subida hacia el portillo de Lunada. En unos metros cruzamos el rio Trueba. Dejamos el coche en un pequeño aparcamiento en el lado derecho.

Puntos de interés

Paisaje pasiego. Bosquetes de hayas, robles y fresnos. Paisaje montañoso. Canal y collado de Castro Valnera. Cascada de Garguero.

Descripción de la ruta

Empezamos a caminar por una pista cementada que nace frente al aparcamiento, en donde existe un panel explicativo. Dejamos a un lado una casa de turismo rural y ganamos altura suavemente. Estamos en la zona de Salcedillo, en donde encontramos cabañas pasiegas bastante cuidadas, aunque en general un tanto transformadas. En todo caso la vista de las mismas junto a prados, hileras de árboles y con el fondo de la montaña es deliciosa.

Ignorando las derivaciones secundarias llegamos en unos cientos de metros a un marcado cruce. Nosotros seguimos hacia la derecha (volveremos por el camino de la izquierda unas horas más tarde). Pronto alcanzamos una conexión con la carretera, pero nosotros seguimos hacia el camino que nace hacia el lado izquierdo.

Los siguientes minutos transcurren en paralelo a la cercana carretera. Vemos como poco a poco las cabañas y los prados van dando paso a las rocas y al bosque. Siguiendo en todo momento el camino principal observamos cómo el valle de Lunada se cierra al fondo por el Picón del Fraile, inconfundible por el radar esférico que ocupa su cima.

En una zona boscosa cruzamos el arroyo de Lunada acercándonos a una serie de cabañas. Tras dejar atrás la última de ellas el camino se transforma en una senda que se interna entre la vegetación. En los siguientes metros se alternan tramos más boscosos con otros de monte bajo, siguiendo una trocha que por momento es un tanto difusa.

Finalmente desembocamos en la amplia pista que conduce hacia el valle del Bernacho. La seguimos por una zona mucho más abierta y con escaso arbolado. Pronto aparece ante nosotros la mole de Castro Valnera, que asemeja una tarta de varios pisos. A los lados podemos identificar Cubada Grande y el Alto de las Corvas.

Aunque son casi tres kilómetros de pista hasta las cabañas del Bernacho, la belleza del paisaje permite que no se hagan demasiado monótonos. A medida que nos vamos acercando observamos en el lado izquierdo de Castro Valnera la canal, parciamente ocupada por un hayedo, que se utiliza para el ascenso a dicha cumbre. Su forma delata un origen glaciar.

Precisamente cuando el camino alcanza el borde del hayedo (1090 metros), vemos como un sendero se introduce decididamente en el bosque. El sendero está bastante marcado, si bien en algunos momentos las hojas crean algo de confusión. Tras unos centenares de metros salimos del bosque hacia una zona de arbustos. Ello nos permite comprobar que hemos entrado en la canal antes citada y que nuestro objetivo es un collado que aún se encuentra bastante por encima de nosotros.

Con una pendiente moderada entramos en un segundo tramo de hayedo, más corto, y volvemos esta vez definitivamente a la zona despejada. El tipo de piedra y roca que encontramos a nuestro alrededor son características de la morrena glaciar en la que fueron formados. El sendero se va haciendo cada vez mas empinado hasta alcanzar un collado, a 1440 metros.

En realidad este collado se trata de una peculiar planicie plagada de torcas y dolinas (en invierno hay que extremar las precauciones si queremos andar por esa zona). Al fondo se observa la inquietante pirámide de Peña Negra y un poco más allá se intuye la vertiginosa caída hacia los valles cántabros. La impresión que produce el paisaje se ve realzada por el hecho de que desde hace tiempo no vemos ni árboles ni arbustos.

Siguiendo el sendero se intuye una bifurcación. Hacia el lado derecho continúa el ascenso hacia Castro Valnera, mientras que otra senda menos marcada, la que tomamos, va más hacia la izquierda en dirección a Peña Negra atravesando la ondulada superficie. Este sendero desemboca en un camino bastante degradado desde el que ya se intuye el descenso hacia el valle del Trueba. En todo caso desde este punto tenemos la opción de asomarnos hacia los valles pasiegos de Cantabria, desviándonos unos cientos de metros hacia la izquierda para luego retornar hasta este punto.

A nuestra derecha se abre el valle del arroyo de Peña Negra, que según las épocas forma bonitas cascadas en su caída. No muy lejos visualizamos algunas cabañas arruinadas, lo que denota el aislamiento de este valle. El camino no obstante no desciende por el mismo, sino que en primera instancia gira hacia la izquierda, bordeando Cubada Grande.

Tampoco descendemos mucho, sino que más bien llaneamos hasta que bastante más adelante empezamos a girar hacia la derecha y por fin bajamos hacia el valle. Tras un último vistazo hacia las alturas de Castro Valnera entramos ya directamente en el valle del Trueba. Observamos incluso la zona de su nacimiento, en las proximidades del puerto de Estacas de Trueba. Bastante más abajo encontramos la zona de prados cercados y cabañas. El paisaje está cerrado por el sur por los montes de Somo (describiremos un recorrido por los mismos dentro de unos meses).

El camino empieza a bajar rápidamente hacia el valle, aunque el descenso es prolongado. En un momento dado observamos la cascada del Guarguero, formada por el río Trueba, lugar de chapuzones estivales. A medida que vamos bajando observamos río abajo un estrechamiento del valle en donde existe un extenso hayedo. La vista frontal se ve culminada por el Picón Blanco, en donde pueden distinguirse los restos de su antigua instalación militar.

Las estampas del paisaje pasiego se suceden hasta que alcanzamos la vega del río Trueba. Hacia la derecha nace una senda que nos conduciría hasta la cascada Guarguero (serían unos dos kilómetros adicionales, sólo la ida). Nosotros continuamos junto al río (con frecuencia lleva poca agua debido a los procesos de filtración). Al otro lado vemos una zona de acampada gestionada por la Junta de Castilla y León.

El camino se separa del río. Ignoramos una opción que vuelve a subir por la ladera mientras que nosotros nos mantenemos justo en el límite de los cercados. Pasada una cabaña el camino se transforma en un sendero un tanto cerrado pero perfectamente practicable que termina junto a una pista cementada. Bajamos otra vez hasta el rio, momento en que giramos hacia la izquierda.

Dejando a un lado un bonito puente de piedra nos vamos acercando a la zona más cerrada del valle, ganando algo de altura. Enfrente encontramos el hayedo al que hicimos referencia anteriormente. Tras dejar atrás un tramo en el que por momentos observamos los restos de empedrado, alcanzamos el punto más alto del tramo.

Repentinamente vuelve a aparecer ante nosotros el valle de Lunada. Nos alejamos un tanto del río por un camino no excesivamente definido que deriva en una pista cementada. Siguiendo la misma llegamos a una bifurcación en donde seguimos hacia la izquierda. Pronto trazamos una amplia curva y por fin descendemos hacia el río.

Entre cabañas alcanzamos un puente sobre el rio Lunada. Siguiendo el camino a continuación alcanzamos el cruce del inicio de la jornada. Desde aquí sólo nos queda retomar los metros que nos separan del punto de inicio de la jornada.

Comentarios

El recorrido propuesto se corresponde con parte de los senderos de la montaña pasiega recientemente acondicionados y señalizados (años 2013-2014) por el Ayuntamiento de Espinosa de los Monteros. En principio la información se publicará en breve en la página web del municipio. En concreto recorreremos consecutivamente, los senderos de las Cabañas del Bernacho (color amarillo), Canal de Castro Valnera (color verde), collado de Castro Valnera (color azul claro) y senda cascada Guarguero (color morado). No obstante creo que perdí parte del sendero cuando alcancé por primera vez el río Trueba, cuando debería haberme mantenido junto al mismo.

Por cierto que la señalización en el momento de realizar el recorrido (julio de 2014) era bastante buena pero como veis no perfecta. El estado de los caminos y senderos es bueno. La ruta como tal tiene cierta dureza pero es perfectamente llevadera para senderistas experimentados. La ruta se puede completar con el ascenso a la emblemática cumbre de Castro Valnera, cuyo acceso directo (que coincide en parte con esta descripción) he publicado aquí recientemente. En este caso hay que calcular aproximadamente una hora y 2 kilómetros adicionales, sin olvidar que con ello la dureza de la ruta se amplía considerablemente.

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Track de la ruta (pulsa en el círculo verde para más información)
 


Vídeo con imágenes de la ruta

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa ruta