lunes, 31 de agosto de 2015

Castillo de los Velasco de Espinosa de los Monteros

En las afueras de Espinosa de los Monteros, y sobre una pequeña colina a orillas del rio Trueba se levanta el castillo de los Velasco, aunque también recibe otros nombres como “Torre del Duque de Frías” o “Torre Ilustre”. Rodeado de un frondoso bosquecillo, todavía presenta una imponente silueta alargada en la que destacan sus bien conservadas almenas. Durante la baja Edad Media fue el bastión principal de la familia Velasco.

 


La torre es aproximadamente el doble de larga que de ancha. Se asciende al primer piso a través de un patín protegido con almenas y saeteras. Encima de la escalera se descubren dos pequeñas ventanas, una de ellas ajimezada, enrejadas y sobre las que campean los blasones de la poderosa familia feudal propietaria del castillo: Los Velasco.
 
Uno de los rasgos más llamativos del castillo de Espinosa de los Monteros era la desafiante balconada o cadalso de madera con el que se reforzaba la defensa de la fortaleza cuanto ésta era asediada. Todavía son visibles las filas de mechinales – orificios de canes – salientes de piedra para sujetar el armazón y el techo del bélico artilugio – que recorren a media altura los cuatro lienzos de la torre.

 
Después viene el último piso destacado por una ligera imposta. Los materiales aquí son menos compactos, lo que hace pensar en una ampliación posterior del cuerpo bajo. Las almenas son pequeñas saeteras. La torre es de mampostería tendiendo al sillarejo que en los vanos es especialmente de buena calidad. El interior está completamente desmantelado.
 
El castillo, que aún sigue rematado por su correspondiente cuerpo de almenas, fue levantado a mediados del siglo XV, seguramente sobre restos anteriores, por el primer conde de Haro. Su belleza e importancia histórica no ha impedido que hoy en día se encuentre dentro de la lista Roja de Patrimonio Histórico en Peligro.

Más información e imágenes en el excelente blog "Castillos del Olvido".

Utilizaremos el castillo de los Velasco como punto de partida de una ruta de senderismo que describiremos en nuestro próximo artículo.
 

viernes, 28 de agosto de 2015

San Pedro Samuel

San Pedro Samuel, además de una monumental iglesia y un casco urbano construido sobre la base de su recia piedra de páramo, muestra en sus alrededores al menos dos puntos de interés. El primero es un emblemático menhir que se ubica en lo alto del páramo, recibiendo el significativo nombre de "Piedra Alta".
 
 
El monumento megalítico (que recuerda sospechosamente el logo de una antigua entidad bancaria de infausto recuerdo para muchos) tiene más de dos metros de alto. Se encuentra en las proximidades de un parque eólico y tal vez una de las razones para haber llegado a nuestros días es que pudiera servir como señal de proximidad del cercano punto de encuentro entre los municipios de Pedrosa de Rio Úrbel, Isar y Valle de Santibáñez.

 
Este menhir ha servido como punto de introducción a un libro que trata sobre el megalitismo en el noroeste burgalés: Piedra Alta, el guardián del tiempo.
 
El segundo punto de interés es la ermita románica de San Pelayo situada a unos cuatro kilómetros del pueblo y recuperada hace unos pocos años. Del periodo indicado es su cabecera. Muestra al exterior una decoración sencilla, siendo más interesantes algunos capiteles del interior; al que no pudimos acceder. La romería tiene lugar el fin de semana más próximo a la festividad; el 26 de Junio.





 

miércoles, 26 de agosto de 2015

Melgar de Fernamental

No habíamos vuelto por Melgar de Fernamental desde que hablamos, hace mucho tiempo, del Santuario de la Virgen de Zorita. El pueblo en sí no atrae mucho en primera instancia desde el punto de vista patrimonial; por el aspecto impersonal de sus calles típico de muchos pueblos de tamaño medio. 
 
No obstante con un poco de paciencia también encontramos rincones de interés. En una visita rápida encontramos la monumental iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Monumental iglesia de planta de salón cuyos trabajos se extienden del siglo XVI al XVIII. Al exterior destaca por su gran torre.
 

lunes, 24 de agosto de 2015

Castillo de Castrojeriz

Me había quedado pendiente de mi anterior paso por Castrojeriz el ascenso al castillo. Aunque desde la lejanía parece que sólo se mantienen unos pocos restos, si completamos el duro ascenso observamos que en realidad el volumen del actual castillo es aún relativamente considerable.

 
Aquí se situó el original Castrum Sigerici, inicialmente celtibérico y posteriormente romanizado. Desde este cerro se podría vigilar las depresiones circundantes, en la época de la guerra contra los cántabros. Precisamente su favorable situación defensiva la llevó varias veces a ser atacada.
Tras siglos de escasa actividad, en el año 855 Munio Núñez se asentó en la zona y repobló la villa, y poco después el conde Rodrigo Laínez reedificó el castillo que tantas veces había sido derribado. En época medieval, siglos XII al XVI, la villa alcanza su mayor esplendor, y va tomando su configuración actual al pie del castillo.


Las intervenciones arqueológicas han descubierto rastros de basamentos romanos sobre los que se edificó el castillo. La edificación original empezó en el siglo IX; y fue reforzada y ampliada entre los siglos XI y XII.


viernes, 21 de agosto de 2015

Los Balbases

La siguiente parada la realizamos en el pueblo de Los Balbases, con sus dos barrios identificables por sus respectivas iglesias. Pero antes os pongo una foto de una de las dos puertas de la antigua muralla que se conservan.


Aquí vemos la iglesia de San Esteban y a sus pies el barrio respectivo.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Torrepadierne

Torrepadierne es el nombre que recibe una finca situada en el curso bajo del río Arlanzón, pocos kilómetros antes de que el mismo alcance la localidad de Pampliega. Se trata de un lugar de notable interés, en el que se combinan los bosques de ribera, las fértiles vegas y un importante encinar de gran valor natural.



El lugar de Torrepadierne ya aparece citado, como torre de una persona llamada Paterno, en algunos documentos de los monasterio de Cardeña y las Huelgas a comienzos del siglo XIII. En el año 1468 compró todas las posesiones y derechos de Torrepadierne un tal don Lope de Valdivielso. Este personaje era el prototipo de advenedizo y emulador del modo de vida nobiliar y caballeresca que imperaba en la época. Su riqueza se consolidó en distintos negocios relacionados con el comercio del vino y su influencia política tuvo su origen al intervenir en las disputar políticas del reinado de Enrique IV. Más tarde fue mayordomo de la reina de Portugal y con el tiempo llegó a convertirse en maestresala de los Reyes Católicos , monarcas con los que participó activamente en la toma del reino nazarí de Granada. Creando el señorío de Torrepadierne, Lope de Valdivieslo, además de hacer un buen negocio, colmó buena parte de sus aspiraciones de ascenso social.