martes, 21 de abril de 2009

Héroes, santos, moros y brujas

Primer volumen de la colección Tentenublo, última aventura editorial (esperemos que de momento) del autor Elías Rubio, en este caso en colaboración con Cesar Javier Palacios y Jose Manuel Pedrosa.
 
La colección aborda una vez más la recopilación de la tradición oral, un tema que aparece ya en otros libros suyos, pero en este caso de manera más estructurada y detallada, y sobre todo buscando las bases históricas que puedan sustentar cada variante local.
 
Este primer volumen trata de las leyendas existentes en nuestros pueblos. Comienza el libro con una reflexión sobre la sentencia de muerte que pesa sobre la tradición oral. La última generación que aprendió de sus padres desaparecerá en pocos años y, de hecho, ya se nota la dificultad de recopilar información detallada dada la escasez y la avanzada edad de informantes.
 
Y entra el libro en materia clasificando las leyendas burgalesas en grandes grupos en función de la temática. Podemos ver de esta manera como existen grandes analogías entre diferentes leyendas de nuestra tradición local e, incluso, entre las de nuestra tradición local y las de la tradición universal.
 
Entre los temas abordados, las leyendas sobre fundación de pueblos, las relacionadas con la desaparición de lugares, las de los grandes héroes, la herencia de los moros, brujas y maldiciones...terminando el libro con un curioso capítulo sobre motes e historias, casi nunca bien intencionados, que se cuentan sobre los pueblos del entorno.
 
 

lunes, 20 de abril de 2009

Regreso a los pueblos del silencio: Crespos

Iniciamos aquí una nueva serie de posts, no sé hasta donde llegaré, sobre los pueblos despoblados de Burgos. La idea es partir de los datos del famoso libro de Elías Rubio para echar un nuevo vistazo a los pueblos que se citan en el mismo y, en paralelo, identificar otros pueblos que hayan podido quedar despoblados desde entonces (esperemos encontrar muy pocos).

Como base para el análisis trataremos de averiguar si hay población que viva en el pueblo durante todo el año, dato que en muchos casos nada tiene que ver, en un sentido o en otro, con la población censada.


Aprovechando la Semana Santa y que me pilla más o menos a mano, he decidido empezar por Crespos. Bueno, en realidad hay una razón más. Sabiendo que estos viajes me van a encoger el alma en más de una ocasión, he seleccionado este pueblo del que sé que tiene un panorama más esperanzador para darme ánimos para la tarea.

Nos cuenta Elías Rubio que este pueblo en realidad nunca llegó a estar deshabitado del todo. Desde su marcha en 1973 hasta los años ochenta, un vecino aún regresaba a pasar breves temporadas al pueblo y al poco se instaló alguna familia. Esto sin duda ayudó a que la desolación no se hiciese dueña definitivamente del lugar y que la recuperación sea más fácil y más completa. La apertura hace más de diez años de una casa rural, ha estabilizado al menos durante los próximos años la vida del pueblo.

En todo caso hacía bastantes años que no estaba en el pueblo y la verdad es que me ha vuelto a sorprender por la belleza del entorno. Enclavado en un pequeño valle tributario del Ebro, las laderas aparecen cubiertas de prados y ricos bosques, que con el complemento de las rocas calizas forman un bello entorno. Muy cerca encontramos el espectacular desfiladero de las Palancas, al que se accede cruzando el abedular más compacto de la provincia.


La primera construcción que nos encontramos al llegar al pueblo es la casa rural, con su típico balcón corrido montañés. En todo caso la mayoría de las casas del pueblo, aunque escasas, están en muy buen estado. También se encuentra en muy buen estado la interesante iglesia románica, que posee una inscripción en su parte externa que la data en la primera mitad del siglo XII. Un factor que contribuye a embellecer más el lugar es el hecho de que las calles, aunque bien cuidadas, no se encuentran asfaltadas sino cubiertas por un bello manto verde.

El día que visité el pueblo mostraba éste la animación típica de los días de Semana Santa. Me comentan que, aparte de los propietarios de la casa rural, hay alguna persona que vive más de continuo y que los habitantes y allegados están muy implicados en el adecentamiento del pueblo e incluso están presionando para que los propietarios que aún no han arreglado sus casas pongan en marcha su reforma. Según el INE, son 8 los habitantes de la localidad.
En definitiva, el abandono de Crespos forma parte del pasado y, ójala, no se reproduzca en el futuro.
Si quieres saber más sobre Crespos, puedes consultar el libro "Los pueblos del Silencio" o una página web interesante sobre el valle.


Ver mapa más grande

viernes, 17 de abril de 2009

Ciudades para el siglo XXI: Burgos

Hace algunos años TVE elaboró una serie de documentales dedicados a diversas ciudades españolas, los cuales son reemitidos de vez en cuando. El capítulo dedicado a Burgos "Burgos: ciudad arbolada" incluye unos minutos al final dedicados a la provincia, tal y como vemos en la tercera parte del documental, que os inserto a continuación.
 
 

martes, 14 de abril de 2009

Un árbol singular: El Enebro de Cubillejo de Lara

Nos ocupamos hoy de este poco conocido ejemplar de enebro, situado en las proximidades del pueblo de Cubillejo de Lara, más asociado por su magnífico dolmen (que realmente se sitúa en terreno del desaparecido pueblo de Mazariegos).

Este árbol, probablemente el enebro de mayor tamaño de la provincia, aparece en el listado de especímenes vegetales de la Junta de Castilla y León y en el Libro Árboles singulares de España. No obstante, no aparece en el catálogo provincial de Cesar Javier Palacios, con lo que no nos ha sido posible conocer, si es que existen, historias locales relacionadas con este árbol.

El enebro es un árbol de carácter arbustivo que frecuentemente adquiere una disposición a nivel de suelo (enebro rastrero) y en otras una disposición columnar similar al ciprés.


No obstante, del trabajo de recopilación de información sobre esta localidad realizado por AGALSA, descubrimos no sin cierta sorpresa que la madera de enebro y sabina era utilizada frecuentemente en la estructura de las casas; con lo que los ejemplares de gran tamaño no serían demasiado raros.

El acceso se realiza tomando un camino que parte de la parte trasera del templo de la localidad, hacia el noroeste y en moderado ascenso. Al cabo de unos 200 metros tomamos una pronunciada curva a la derecha y ya vemos ante nosotros, como a 100 metros, el árbol. El ejemplar destaca por su tamaño y por su bella copa en forma de llama de vela, si bien aparece parcialmente desgajado.
 

lunes, 13 de abril de 2009

Imágenes del Pasado

Dentro de las reseñas aperiódicas que dedicamos a los libros que recogen el patrimonio provincial; escribo hoy unas líneas sobre la edición facsímil que editó hace tres años la Diputación Provincial de los artículos de la revista Estampa escritos por el periodista local Eduardo de Ontañón dedicados a nuestra provincia.
 
La revista Estampa tuvo una vida breve, apenas una decena de años entre finales de los 20 y finales de los 30 del siglo pasado, pero cosechó un gran éxito debido a lo amigable de sus textos y a la profusión en la utilización de fotografías. Si a ello añadimos la rica prosa de Eduardo de Ontañón estamos ante un volumen de agradable lectura y realmente interesante para los aficionados a la etnografía burgalesa desde su enfoque menos profesional; si bien desde la perspectiva actual se observa una cierta orientación hacia el amarillismo y la crónica negra.
 
Empieza el libro con un largo pero necesario prólogo que nos permite encuadrar la época, la revista y el personaje. Interesan, por ejemplo, algunas reflexiones de las que pongo aquí una para el lector:

“…lo tradicional sólo tiene lógica dentro de un contexto cultural que vive esas prácticas como otorgadoras de sentido para la comunidad – y no como muchos confunden tradición con espectáculo, tanto para consumo turístico como para ejercicios sentimentales de nacionalismo-Descalifico a quienes se resisten a acercar los pueblos a la ciudad, o, lo que es lo mismo, a esos defensores de inmovilizar los pueblos en un eterno ser tradicional...".

Y pasa ya el libro a enumerar una serie de artículos (hasta 96) en las que podremos conocer como eran antiguamente algunas costumbres y pueblos de Burgos, unos perdidos y otros muy modificados. A modo de ejemplo, he aquí algunos: Las cartillas frente a los demonios que vendían las monjas, las ferias de criadas, los carteros de hace 100 años, el licor de Fredesval, los oficios perdidos, el pueblo que vivía en un monasterio, el castillo vendido por 50 pesetas...

martes, 7 de abril de 2009

Semana santa tradicional en los pueblos de Burgos

En la búsqueda una vez más de los restos de celebraciones populares en nuestros pueblos más pequeños, abordamos en este post la celebración de la Semana Santa. Son decenas y decenas de pueblos las que desarrollan actos específicos, la mayoría relacionados con los aspectos puramente litúrgicos o el desarrollo de procesiones más o menos típicas.

Yendo a aspectos más llamativos, se realizan varias representaciones, como en Covarrubias, Villalbilla de Burgos, Arauzo de Miel o La Molina de Ubierna. En pueblos como Adrada de Aza, Huerta del Rey, Tolbaños de Arriba o Zuzones se pueden escuchar coplas locales. La subasta de los pasos aún se mantiene en Criales de Losa, Nofuentes o Los Barrios de Bureba (entre otros muchos). En Trespaderne y Gabañes pervive la costumbre de la Quema del Judas.

En El Almiñé se celebraba incluso el Juicio del Judas, la víspera del domingo de Pascua. La autora del libro Patrimonio etnográfico en el Valle de Valdivielso  pudo recoger de un manuscrito los versos que se recitaban durante este juicio, en el que intervenían un juez, un defensor y un fiscal, y que acababa indefectiblemente en condena. Luego la quema era el domingo; los mozos iban por las casas y por las tabernas preguntando donde estaba el Judas: “¿Dónde está el judas?”¿has visto al judas?”, eran las expresiones comunes. Finalmente se daba por encontrado un Judas de paja y se quemaba.

Según se nos indica en el libro Leyendas populares del norte de Burgos, en Renedo, Extramiana, Villarán...pero también en otros pueblos de la provincia se celebraba hace muchos años la fiesta de “Las tinieblas de Judas”. 
En la iglesia se colocaba una representación de Judas y tantas velas como rezos se fuesen a pronunciar para pedir el perdón por el deicidio. Cada vez que terminaba un rezo se apagaba una vela y así sucesivamente hasta que al final la iglesia se quedaba a oscuras; momento en que los asistentes empezaban a saltar y gritar de rabia, dirigiendo también sus insultos al Judas, al que acababan apaleando. Parece ser que la celebración se canceló entre otras cosas por los desperfectos que se ocasionaban a las iglesias.

Por último citaré otra antigua costumbre tal vez menos espectacular, pero más singular si cabe. En efecto, estamos acostumbrados a pensar en las saetas que en los pueblos del sur dedican a las procesiones, pero lo cierto es que, tal y como se recoge en el ya añejo libro Vida y costumbres de la comarca burgalesa del Arlanza, nosotros también teníamos una costumbre similar al modo castellano, que no es otro que la ofrenda de curiosas coplas relacionadas con el periodo pascual.

Destaca, por ejemplo, una interesante recogida en el pueblo de Villamayor de los Montes, en la que se hace un símil entre las partes del arado y la pasión de Jesús y que empieza así

“El arado cantaré
de piezas le iré formando,
y de la pasión de cristo,
palabras iré explicando…”

Otra costumbre originales tiene lugar en Sotillo de la Ribera, en donde en Jueves Santo se lleva a cabo una procesión nocturna alumbrada únicamente con hogueras alimentadas con sarmientos, confiriendo a la escena un gran aire atávico. Ciertas singularidades se pueden observar también en las celebraciones de pueblos como Aguilar de Bureba, Huerta de Rey o Baños de Valdearados.