miércoles, 29 de febrero de 2012

Vídeos: Espinosa de los Monteros

Para no repetir entradas similares, os pongo el enlace a cuantos vídeos relacionados con Espinosa de los Monteros.
                              

Temas:

Situación e Historia.
Entorno.
Aire Libre.
Arquitectura religiosa.
Museo Monteros del Rey.
Ruta Heráldica.
Fiestas y Romerías.
Gastronomía.

Por cierto, no ha sido premeditado, pero me han salido tres entradas seguidas dedicadas a "Espinosas" varias.


martes, 28 de febrero de 2012

Otros pueblos del silencio: Espinosilla de San Bartolomé

Esto es todo lo que la gran mayoría de viajeros podrán conocer de lo que queda de Espinosilla de San Bartolomé, lugar entre Los Tremellos y Las Hormazas, a no ser que se sea invitado o asalariado de los propietarios, o la curiosidad pueda más que los carteles disuasorios.


Espinosilla no es un ejemplo aislado, así a bote pronto se me ocurren La Cabañuela, Torrepadierne, Retortillo, San Quirce o más recientemente Fuente Humorera, y sé que me dejo unos cuantos por olvido o desconocimiento. Pero este seguro que a muchos no les suena, y eso que posee una relativamente interesante iglesia románica y una torre medieval. Afortunadamente tirando de aquí y de allá se pueden saber algunas cosas.

Aquí una imagen del sig-pac, sorprende lo verde del entorno.


esta es una imagen de la iglesia que aparece en la web "románico digital" de la Fundación Santa María la Real.



También aparecen por internet algunas fotos antiguas de su torre-palacio renacentista. Sobre el mismo y sobre el lugar nos cuenta algunas cosas Teófilo López Mata en su libro "La provincia de Burgos en la Geografía y en la historia" escrito en 1960.

Al parecer Espinosilla fué desde antiguo un coto redondo, propiedad sucesivamente del cabildo burgalés y de las estirpes de los Salamanca y de los Riaño. La torre de sillería, de tres pisos, sin almenas pero con saeteras, ostenta blasones propios de los Lantadillas. También se observa una ventana adintelada con elegantes jambas y alféizar. Se puede fechar su construcción en el siglo XVI.
 
Junto a ella el palacio rural, franquea señorial portada con el vuelo de dos esbeltos arcos de medio punto, sostenidos por columnas con escudos en las enjutas, bajo cornisa recorrida por almenas y bolas de avanzados aires renacentistas.

En 1562 don Pedro de Lantadilla, Arcediano de Burgos y su hermano don Antonio eran señores del lugar, con jurisdicción civil y criminal ; con propiedad de la torre, molino, casas, bodegas y huertas, pan de renta, prados, herrenes, heredades y montes de los Termillos (Tremellos).

A la muerte del Arcediano, quedó como único Señor el doctor don Antonio de Lantadilla, al que una escritura de 1579 le reconoce la posesión de Espinosilla de San Bartolomé “pues todo es suyo y él es señor della”."

En dicho libro también nos indica como propietario de aquel entonces a un tal Eladio Escudero. Supongo que los actuales sean sus herederos.

En el censo de 1900 el lugar aparecía con 18 habitantes, actualmente cuenta con tres.

viernes, 24 de febrero de 2012

Ruta de senderismo: Sabinar del Arlanza

Esta ruta transita en el límite entre la comarca del Arlanza y la de la Ribera, donde se extienden las últimas masas del valioso sabinar de Arlanza y peñas de Cervera.

Dificultad: baja
Orientación (sin GPS con cartografía o track): Media
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: cuatro horas y cuarto y 15 kilómetros.



Situación.

Tomaremos la A-1 en dirección Madrid hasta la salida de Lerma. En este punto seguimos la antigua nacional hasta que pasado el pueblo llegamos a la rotonda desde la que nace la carretera que lleva a Santo Domingo de Silos. Recorreremos casi 30 kilómetros por esta carretera hasta que ya muy cerca de este gran centro de interés llegamos a una nueva rotonda. En la misma tomamos la opción derecha que conduce a Aranda de Duero. Pasado el espacio de La Yecla hemos de continuar aún unos ocho kilómetros más hasta llegar a Espinosa de Cervera. La carretera rodea la localidad por la derecha; dejaremos nuestro vehículo junto a la ermita de San Roque, al lado de la carretera.

Puntos de Interés

Sabinares. Vistas panorámicas. Robles centenarios. Encina centenaria. Ermita de la Talamanquilla.

Descripción de la Ruta


Junto a la ermita existe un panel explicativo de la ruta y un camino que indica el acceso a la ermita de San Ginés. Caminamos por el mismo entre tierras de labor hasta que pasado un kilómetro llegamos a las proximidades de este humilde templo. Para llegar al mismo hemos de abandonar el camino principal.


Tras dejarlo atrás la senda (a partir de ahora hemos de fiarnos de las marcas de pintura blanca y amarilla) continúa cercano al borde izquierdo de unas tierras de labor, mientras que empezamos a transitar entre las primeras sabinas del recorrido. Muy pronto empezamos a observar hacia la izquierda unos cuantos ejemplares aislados de robles de considerable grosor, visión realmente sorprendente en esta zona.


Seguimos por la senda ya entre el abierto sabinar sin cambiar de dirección durante algo más de un kilómetro. A lo largo del mismo se encuentra una encina centenaria. Para llegar a ella tomaremos como referencia una tenada arruinada. Desde la misma un sendero de ida y vuelta de unos 200 metros nos deja junto a la encina. Al final de este tramo, muy cerca de una carretera, un cartel nos orienta a continuar por la derecha, pero nos podemos acercar antes a contemplar la pequeña y original sabina tumbada que se encuentra unos cien metros a la izquierda.


De nuevo por la senda llegamos muy pronto a otra carretera, que en realidad es la que nos ha traído hasta este lugar. Casi enfrente, un tanto hacia la derecha, nace la ancha pista que conduce a la ermita de la Talamanquilla.


Tras un kilómetro por este camino, en un giro hacia la derecha, una nueva señal hace continuar el sendero por la izquierda, aprovechando en cauce de un arroyo seco. Al poco empezamos el único trecho mínimamente exigente de la jornada, que nos deja en un pequeño collado entre dos pequeñas elevaciones. Un pequeño esfuerzo adicional nos deja en el de más a la izquierda, coronado con una cruz y que se encuentra a poco más de 1200 metros de altitud.




Desde aquí tenemos unas buenas vistas del sur de la provincia, y hacia el norte las diversas elevaciones de las peñas de Cervera, y más lejos Peña Carazo y las cumbres de la Demanda y de Neila. En esta dirección observamos no muy lejos una construcción aislada usada como puesto de vigilancia. Nos puede servir un poco de referencia ya que bajo el mismo se encuentra aproximadamente la Ermita de la Talamanquilla.


Volvemos al collado y seguimos buscando las marcas de continuación del recorrido. Para ello descendemos poco a poco hasta dar un camino que deberemos abandonar por su izquierda para llegar a la muy cercana ermita.





La ermita se encuentra en un bello entorno, en la cabecera de un pequeño y abierto valle, y se ve acompañada de la casa del ermitaño y de varias mesas preparadas para la comida campestre. Para continuar tomamos el camino que da servicio a la ermita. Ignoramos un primer camino hacia la izquierda pero tomamos el segundo que nace después de un corto ascenso.

Este camino continúa paralelo al valle, unas decenas de metros por encima del mismo, pero al poco desciende. A partir de aquí seguiremos el camino que continúa por el fondo del valle en sentido descendente. En nuestro caminar entraremos en un bien formado pinar. Cuando salimos del bosque vemos una pequeña hoz que nace hacia la derecha y buscaremos las sendas que nos encaminan hacia la misma.

 

Nos introducimos en la hoz que por momentos se estrecha y muestra interesantes farallones laterales. Son alrededor de tres kilómetros al final de los cuales la hoz se va haciendo cada vez más ancha. Una señalización nos encamina hacia la derecha de modo que al poco nos situaremos en el límite entre el sabinar y las tierras de labor.




Este será la tónica general de los aproximadamente tres kilómetros que nos quedan hasta el final. Durante los mismos atravesaremos el cauce de dos pequeños arroyos habitualmente secos y ya en las cercanías de Espinosa tomaremos un atajo que en unos instantes desemboca en el pueblo.


Comentarios

El recorrido se corresponde prácticamente en su totalidad con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-78, elaborado por la asociación de Desarrollo Ribera del Duero burgalesa. La única variante consiste en que en el recorrido original una vez dejada atrás la ermita y situados por encima del valle no hemos de volver a descender hacia el mismo, sino continuar hasta desembocar de manera algo brusca en la hoz.

La Señalización es correcta aunque un tanto difícil de seguir en los tramos menos definidos. El punto más bajo supera los mil metros y el más alto apenas llega a los mil doscientos con lo que estamos ante una de las rutas más sencillas blog, salvo por su distancia moderada.

En el pueblo existe un restaurante de cierto nivel (léase un poco caro), pero que nos puede ayudar a salir del paso para comer.


jueves, 23 de febrero de 2012

Ermita de la Virgen de Talamanquilla

Han querido las circunstancias que esta semana publique tres entradas dedicadas a ermitas, y es que en pocos lugares se conjugan tan bien naturaleza y hombre. La de hoy se refiere a la ermita de la virgen de Talamanquilla, situada en la mitad sur de la provincia, al sur de las peñas de Cervera, en medio de un paisaje en el que se alternan los cantiles rocosos, las sabinas y los campos de labranza.




En el cercano pico Castro se han encontrado restos prehistóricos. Ya en la Edad Media se tiene noticias de un poblado mencionado como “Talamanquiella”, en el documento fundacional del Infantado de Covarrubias del año 978. Para algunos estudiosos, esta denominación procede de Talamanca, una villa del reino musulman de Toledo, y fue traída al alto Esgueva por un grupo de repobladores mozárabes.



En 1454 el Cabildo de Covarrubias vendió a perpetuidad el territorio y jurisdicción de Talamanquilla a favor del concejo de Espinosa de Cervera por el pago de 37.000 maravedís destinados al “reparo e gastos e crucero de la iglesia parroquial”.



La ermita de Talamanquilla fue tambien testigo de un hecho histórico mucho más cercano en el tiempo. Sucedió en Julio de 1809, cuando los guerrilleros del Cura Merino emboscaron e hicieron huir a un grupo de 200 soldados franceses que habían pasado la noche en el cercano pueblo de Mamolar.


La virgen de la Talamanquilla ha sido objeto de veneración por todas las localidades de la comarca, aunque era en Espinosa de Cervera, pueblo en cuyo término está enclavada la ermita, desde donde partía la romería más concurrida, la de la Virgen de la Cuesta. La procesión se celebraba el martes anterior al día de la ascensión y servía para pedir la bendición de campos y cosechas.


 Hoy aún se conserva esta romería, que tiene lugar en torno al 2 de Julio. El día transcurre entre el fervor religioso y la alegría propia de la fiesta, siendo el baile a la Virgen, alrededor de la ermita y de una duración inestimada, el acto que concita más interés de cuantos se celebran. Durante la misa, la procesión y la despedida a la Virgen, las gentes de Espinosa entonan el breve himno a su Madre.



Virgen de Talamanquilla
eres una linda flor
y por eso todos tus hijos
te obsequiamos con amor.

Virgen de Talamanquilla
eres una linda flor.
¡Oh, dulce imán de mi amor!
Me arrastraré de tus pasos en pos.

Envíanos desde el cielo,
Madre nuestra, la más tierna,
un poquito de tu gloria
para endulzar nuestras penas.

Para acceder al enclave de la ermita podemos optar por realizar un sencillo recorrido senderista que os describiré en la próxima entrada.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Vuelta a Burgos Andando

Desconocía completamente esta espectacular iniciativa hasta que alguien hizo una pequeña mención en un comentario y sobre todo hasta que apareció publicado en el diario Crónica de las Merindades de este mes. Se trata de la idea de dos miembros del grupo espeleológico Niphargus de recorrer todo el perímetro de la provincia de Burgos por etapas escalonadas en el tiempo.

El mapa siguiente muestra el recorrido publicado hasta la fecha. Puedes seguir la crónica de sus aventuras, con preciosas fotografías, en http://www.niphargus.net/vuelta_burgos_andando.htm

martes, 21 de febrero de 2012

Ermita de San Antonio de Villaluenga

Durante los siglos XVI y XVII el camino Real que enlazaba Bilbao con Madrid tuvo un continuo tránsito de mercancías. Como consecuencia de ello, en el año 1787 se levanto en Villaluenga, junto al camino, la ermita de San Antonio de Padua, un encargo de D. Gil de Castresana Villota Ortiz de Orive, empleado en el Real oficio de furriera de la Casa Real en tiempos de Carlos III, llegando a ser Mayordomo de Palacio.

El rey le concedió dispensa para edificar el templo al santo, del cual era también devoto. La tradición cuenta que el fundador trató de hacer una visita a la iglesia una vez terminanda, pero murió envenenado en el trayecto. En el interior hay sendos retratos del rey y del fundador y al exterior un escudo de este último.


En el pasado, se celebraba una concurrida romería en la que había muchos puestos de venta, siendo típica la adquisición de cebollinos para replantar en el huerto y las primeras cerezas de la temporada. Perdida durante décadas, la romería se ha recuperado con fuerza y se celebra cada año el fin de semana más cercano a San Antonio de Padua (13 de Junio).

lunes, 20 de febrero de 2012

Ermita de Nuestra Señora de Ahedo

Ya sabéis los lectores de este blog mi predilección por las ermitas ubicadas en parajes apartados y con encanto. La de hoy tiene además un sugerente nombre, Nuestra señora de Ahedo. En efecto, esta ermita se encuentra a algo más de un kilómetro de San Martin de Losa, al pie de los cantiles y hayedos que cierran el valle de Losa por el sur.


El apellido de Ahedo (=Hayedo), parece por tanto acertado, aún más en el pasado antes de que el hacha de hombre hiciese de las suyas. El edificio, de un sencillo barroco, se encuentra rodeado de una pequeña campa y mesas.



Sin embargo, el árbol más singular del lugar no es un haya, sino un quejigo que se encuentra apenas a unos treinta metros del edificio.El ejemplar, de poco más de tres metros de perímetro de tronco, figura sin embargo en el catálogo de especímenes singulares de Castilla y León.



El paraje de Nuestra Señora de Ahedo acoge cada mes de julio una pequeña romería por parte de los vecinos de San Martín. Antiguamente asistían también vecinos de la cercana localidad alavesa de Bóveda, que llegaban bajando por una estrecha senda que desciende desde monte Escabroso, que es como se conoce esta pequeña sierra. Por este camino venía tambien hace ya muchas décadas el vino de Rioja hasta Losa.

Nuestra señora de Ahedo da nombre a una asociación local y a una cooperativa de la afamada patata de la zona.

viernes, 17 de febrero de 2012

San Miguel de Pedroso

Hace unos días dedicábamos una entrada a la revitalización conseguida por Lodoso a través de la asociación local. Hoy os traigo un ejemplo similar, más alentador si cabe, radicado en el lugar de San Miguel de Pedroso, pedanía de Belorado.

Hay un dato que no conoce mucha gente, y es la existencia de un documento, sobre cuya autenticidad no existen dudas, que indica que en este lugar fué fundado un monasterio de monjas nada menos que en el año 759, una fecha que se sale de toda lógica ya que el resto de fuentes no apuntan a una primera recuperación de toda esta zona hasta bastantes décadas más tarde. Ello podría abonar la teoría de que en realidad muchos de estos valles nunca llegarían a ser abandonados completamente por los cristianos.

Teniendo en mente este dato, me dirigí al lugar el otoño pasado para visitar el museo etnográfico allí radicado, y de paso ver si alguien me podía comentar más sobre el asunto. El museo esta ubicado en la antigua casa del cura y ha sido habilitado gracias al trabajo de la Asociación Cultural "El priorato", cuyos miembros han aportado buena parte de las piezas.


La visita se puede hacer los fines de semana y es atentida por el presidente de la asociación. En el interior, además de objetos tradicionales del campo, podemos observar algunos muebles originales de la casa y unos escasos restos altomedievales.

Hablando con mi anfitrión sobre el particular me contó que no quedan restos visibles ni del priorato original ni de las posibles iglesias sustitutivas. Es preciso indicar que el monasterio se acabaría transformando en un priorato que funcionó como tal hasta mediados del silgo XIX, cuando se transformó en parroquia del pueblo.

En los años sesenta el párroco, no sin cierta polémica, decidió tirar la iglesia abajo y levantar el horrible pegote de cemento y ladrillo que hoy podemos contemplar. Las escasas referencias gráficas que se conservan (hay una maqueta en el interior del museo y un mosaico pegado a la pared de la iglesia) muestran un edificio probablemente del siglo XVII con algunos restos románicos. Hasta hace no muchos años se conservaban algunos muros y restos de edificios auxiliares.



En el año 2009 se celebraron una serie de actos de conmemoración del 1250 aniversario, que tuvieron gran repercusión teniendo en cuenta el pequeño tamaño del pueblo. El acta fundacional fué leído por Fray Valentín de la Cruz.

El grueso de toda la organización fué llevado desde la Asociación, pero sus actividades no se quedan ahí. Así a bote pronto recuerdo la restauración del lavadero y la de la fragua, en donde se desarrollan actividades periódicas. Para el futuro quieren celebrar una fiesta de recuperación de tareas tradicionales y sobre todo abordar el acondicionamiento del símbolo de identidad del pueblo, el molino de origen medieval cuyas primeras referencias se remontan al siglo X, lo que le convierte en el molino más antiguo que aún sigue en funcionamiento en Castilla.


Me comenta Jose María, entre otras muchas cosas, dos últimos datos que llevan a la reflexión. El primero, la facilidad con que los vecinos responden a la "llamada a vereda", o convocatoria para realizar tareas comunitarias de todos tipo; y el segundo, su relativo miedo a que ahora que el Ayuntamiento está empezando a hacer intervenciones en el pueblo la gente empiece a acomodarse y a esperar que las cosas las hagan otros.

De todo esto que os he contado y de mucho más os podéis informar en la web del pueblo.
 

miércoles, 15 de febrero de 2012

Ruta de senderismo: Integral al monte Carrales

Habiendo pasado decenas de veces por el hayedo de Carrales, hace tiempo que me llevada rondando por la mente el preparar y realizar un trayecto que lo recorriera en toda o casi toda su extensión, puesto que el tradicional trazado propuesto por Enrique del Rivero dejaba con cierta sensación de quedarse a medias, amén de que presenta un tramo poco definido. Planeando el recorrido contacté con la gente de Rueda la Bota, más conocedores de la zona; y una cosa llevó a la otra y al final la realizamos juntos.

Este es el resultado de la puesta en marcha de este intento, realizado en la última fase del otoño, en cuanto a coloración de hojas se refiere.

Dificultad: Alta (por la distancia)
Orientación (sin GPS con cartografía o track): fácil
Belleza: Muy alta
Tiempo y distancia: siete horas y 24 kilómetros.



Situación.
Hay que salir de Burgos por N-623 dirección El Escudo hasta que pasados ochenta kilómetros llegamos a Cilleruelo de Bezana. En este cruce de carreteras tomamos la que surge hacia la izquierda, dirección Arija, pero casi consecutivamente otra pista de menor anchura que conduce en primera instancia hasta Quintanilla de San Román y, tras un kilómetro adicional, hasta Villamediana de San Román, aparcaremos el coche junto a la iglesia.

Puntos de Interés

Hayedos de monte Carrales. Arquitectura popular de Quintanilla y Villamediana. Cavidades rupestres de la Tía Isidora y El Horno. Vistas desde Pico Nava y en general desde la parte superior.

Descripción de la Ruta

Junto a la iglesia de Villamediana, al lado izquierdo de la Carretera, nacen dos caminos; una pista ancha que será por donde concluiremos el recorrido y otro estrecho de base herbosa que es el que tomamos. Frente a nosotros vemos el final del hayedo de Carrales en su parte occidental, bajo la sombra del pico Nava. En unos instantes llegamos junto al hayedo y lo bordeamos girando hacia la derecha. Al poco llegamos a una franja desprovista de arbolado con objeto de dejar espacio bajo el tendido de alta tensión.

En este punto dejamos el poco marcado camino para buscar alguno de los senderos que hacia la izquierda se introducen por esta franja. En todo caso la vegetación no es muy alta por lo que andaremos sin especiales complicaciones.




En breves momentos, nada más superar una torre de alta tensión, llegamos a un poco marcado camino que asciende hacia la izquierda. Tomamos el mismo mientras empezamos a disfrutar del paisaje que se abre al oeste de Carrales, pero que luego describiremos en mayor profundidad.
Tras un duro repecho llegamos sin más novedades a un vallado de alambre cuya portilla hemos de superar. Al otro lado se encuentra un pequeño prado más cuidado que los circundantes y al final del mismo el camino continúa en forma de una pista mucho más marcada.

Tras escasos metros, más bien en descenso, y en una curva del camino, llegamos a una zona más despejada. A la derecha observamos mesas y asadores para la merienda campestre y a la izquierda podemos descubrir una antigua iglesia o eremitorio rupestre conocido como cueva de la Tía Isidora. Si encontramos su puerta abierta podemos inspeccionar su reducido interior. Hace unos años este espacio ha sido acondicionado por los vecinos de Montejo de Bricia para realizar una romería anual.

 
 Monte hijedo


Retomamos la pista que transcurre por esta área en el que se alternan prados abandonados y repoblaciones de pinos. Ascendemos un poco y, justo cuando la pista empieza a descender, localizamos hacia la izquierda un sendero indicado por el cartel “senda peatonal” (es probable que este cartel no dure mucho tiempo).


Tomamos esta senda suficientemente marcada que sigue ascendiendo un poco para luego descender bruscamente. Identificamos en este punto una nueva iglesia rupestre, el Horno, menos acondicionada que la anterior, cuya entrada se encuentra un tanto elevada, justo encima de unos dujos apícolas semiabandonados. Al parecer en los años cincuenta vivió aquí un pastor cuyo nombre encontraremos grabado en varios puntos. En realidad existen al menos otras dos cavidades de similares características en las cercanías, asociadas a un antiguo monasterio del que apenas quedan vestigios.




Una vez en la parte inferior de la cueva, donde crece un castaño, seguimos los últimos metros del sendero muy poco marcado y buscamos su continuación hacia la izquierda hasta que desembocamos bruscamente en una ancha pista.
Este camino heredero de uno tradicional, ha sido acondicionado para el ascenso y mantenimiento de las piezas del parque eólico que ahora ocupa la parte superior de Monte Carrales. Ascendemos por el mismo (estas serán las rampas más duras de todo el recorrido) hasta que llegamos a la especie de meseta superior, ocupada por un pinar de repoblación y el propio parque eólico.


Caminamos bajo el movimiento y el sonido de estos gigantes modernos hasta el último de ellos. De frente observamos una especie de anexo de la meseta, el pico Nava (1027 metros) en donde crece un pequeño bosquete de encinas. Observamos una franja de piedras que lo cruza de un lado a otro, lo que da claros indicios del posible uso de este lugar como castro prerromano. El muro de piedras habría sido levantado para defender el único lado débil de la fortaleza.



Caminamos hacia la especie de proa que forma el pico Nava con cierta precaución, pues a nuestros pies se abren los boquetes de varias simas potencialmente peligrosas. Llegados a final del mismo tenemos unas vistas espléndidas de un paisaje que ya se había venido anticipando desde el inicio del recorrido. Hacia el este el primer tramo del hayedo de Carrales y las tierras de Valdebezana. Bajo nosotros, el caserío de Villamediana, en realidad muy cercano, y más alejado la gran mancha del pantano del Ebro y las cumbres de la sierra del Escudo. Hacia el oeste, las tierras del Alfoz de Santa Gadea (con la mancha negruzca de la turbera Margarita en primer término) y la gran mancha arbolada de Monte Hijedo, con un cierre de paisaje ocupado por las cumbres de Alto Campoo.



 Turbera Margarita


Volvemos sobre nuestros pasos retomando el camino de servicio a los aerogeneradores aunque de cuando en cuando nos desviamos hacia el cortado de la izquierda para observar el hayedo y el paisaje existente a sus pies.
 
Tras haber avanzado unos dos kilómetros desde el pico Nava el amplio camino traza una curva hacia la derecha (coincidiendo con la entrada en territorio cántabro). De frente tenemos un vallado ganadero con una portilla que franqueamos (entramos en Cantabria durante unos kilómetros). Al otro lado nace un sendero que nos permite continuar nuestro avance mientras que hacia la derecha el pinar se hace más espeso.

Recorrido otro kilómetro por este nuevo sendero (de nuevo es recomendable desviarse a la izquierda para disfrutar del hayedo) nos encontramos de frente con otra nueva valla de alambre. En este caso en lugar de franquearla la seguimos hacia la derecha, ascendemos un poco (este es el punto más alto del recorrido, 1137 metros) y descendemos bruscamente por una especie de cortafuegos hasta un camino situado unos metros más abajo. De frente tenemos sendas moles pétreas que corresponden a los Castros de Quintanilla y de Barrio (a este segundo ascendimos hace ya un tiempo en una ruta aquí descrita).









Tomamos el camino hacia la izquierda, incorporándonos con ello al pequeño valle formado por el arroyo del Pozo. Los prados en diverso estado de mantenimiento alternan con un bosque mixto de pinos (especie dominante), robles y hayas.
 
Descendemos con rapidez y facilidad por esta pista y al cabo de menos de un kilómetro llegamos a las construcciones de la semiabandonada granja de Vallujera. Tras un rápido vistazo continuamos descendiendo por el camino dos kilómetros más hasta acabar desembocando en la carretera que une Polientes con el Puerto de Carrales.

 





Como buscamos este último punto continuamos nuestro recorrido siguiendo la carretera en su ascenso. No mucho después volvemos a entrar en la provincia de Burgos, tal y como podemos ver por el camino de asfalto y la cartelería.
 
Cuando llevamos más de un kilómetro de avance por la carretera, ésta empieza a trazar la amplia curva que hacia la derecha le va a llevar a enlazar con la N-623. Hacia el final de esta curva, en el lado izquierdo, vemos que un prado semiabandonado da paso a un bosquete al que se puede acceder por una portilla.

Bordeando el bosquete por su lado izquierdo podremos identificar los restos de un antiguo camino, hoy apenas sendero herboso. Siguiendo los trazos de esta vereda giraremos hacia la derecha pasando por encima del bosquete y algo más arriba hacia la izquierda poniéndonos en paralelo a la N-623. Poco más adelante termina el camino junto a una alambrada que hay que superar justo a la altura del Puerto de Carrales.

Justo al otro lado de la carretera nace un marcado camino que será por el que sigamos; así que cruzaremos con cuidado la carretera y avanzamos por el mismo a la vez que nos vemos inmersos en el hayedo, que nos acompañará durante la mayor parte del resto de la jornada.

 


Avanzamos por el bello bosque en donde la especie dominante es sin duda el haya, con algunos ejemplares de buen porte. No obstante se distinguen algunos acebos e incluso algún pequeño tejo. Mientras afrontamos una suave ascensión durante aproximadamente dos kilómetros.
 
Llegamos con ello a un collado despejado de arbolado. Desviándonos hacia la izquierda llegaremos a un saliente desde donde tenemos una interesante vista de la parte más oriental del hayedo. En todo caso el recorrido continúa por el camino que empieza a descender de forma brusca.
 



Un brusco giro hacia la izquierda, justo a la altura de una desviación a la derecha, nos orienta hacia el oeste, empezando con ello el camino de regreso hacia Villamediana. Seguimos con ello disfrutando del bosque durante algo más de un kilómetro, al final del cual éste empieza a clarear bordeando algunos prados.





Instantes después alcanzamos la carretera que desde la carretera nacional comunica con Torres de Abajo. Tomamos la misma hacia la izquierda regresando con ello al hayedo. Un entorno de gran belleza nos conduce de nuevo a la carretera Nacional citada y casi enfrente, unos metros por encima de nosotros, observamos el inicio de otro camino similar al que hemos venido siguiendo.




Empezamos a caminar por este camino, conocido como Camino de la Calleja Bajera, el acceso más habitual al hayedo de Carrales, que asciende un poco e inicia un suave descenso que nos permite disfrutar con mayor deleite del entorno.

Serán unos cuatro kilómetros por este interesante camino hasta llegar hasta Quintanilla de San Román. Al llegar a las primeras casas nos encontramos con una bifurcación en la que seguiremos la calle de la izquierda. Vamos dejando atrás las separadas casas del pueblo hasta que unos doscientos metros después la calle asciende hacia la derecha para buscar la carretera que recorre el pueblo.

Poco antes de llegar a la misma veremos un camino de hierba que sale hacia la izquierda. Avanzamos por el mismo girando bruscamente hacia la izquierda y desembocando en una ancha pista de tierra. La seguimos en un nuevo giro, esta vez hacia la derecha mientras dejamos atrás las últimas casas de Quintanilla.

Durante la última parte de nuestro paseo habremos visto de manera cada vez más marcada el hayedo desde la parte inferior. Ahora lo vemos de manera más clara. Unos doscientos metros más adelante llegamos a una bifurcación en la que seguimos por la izquierda y al poco llegamos a un tramo recto al final desde el cual ya observamos Villamediana. Contemplando una vez más el último tramo del hayedo llegamos sin mayores problemas al pueblo.
 






Comentarios

Estamos ante una ruta larga aunque no especialmente dura. El desnivel entre el punto más bajo y el más alto no llega a los 250 metros existen sucesivos subes y bajas que aumentan considerablemente el desnivel acumulado.

Aunque creo que la belleza compensa la realización de la ruta completa, existen varias posibilidades para reducir su longitud. Tal vez la más obvia es eliminar la aproximación hasta el pico Nava, con lo que nos ahorraremos unos dos kilómetros. También podemos realizar por la N-623 el escaso kilómetro que separa el puerto de Carrales con el inicio del camino de Calleja Bajera, pero con ello se perderá la esencia de este recorrido, que es recorrer completamente este interesante bosque. Por último, resulta factible aunque incómodo ascender desde la cueva de la tía Isidora hasta el pico Nava, entre la cerrada vegetación.

Los cruces no representan en mi opinión mayor problema en cuanto a orientación. No existen fuentes en el recorrido. Track de la ruta: