lunes, 4 de junio de 2012

Coruña del Conde

En los textos altomedievales se refiere la destrucción de Clunia por Tarik en 711 y su repoblación en 912, como una de las plazas fuertes de la línea del Duero. A finales del primer Milenio sería objeto de disputa entre cristianos y musulmanes, hasta que el fin del periodo marcado por Almanzor hizo que el frente de la guerra se alejase definitivamente de estos pagos.
 
Coruña del Conde es probablemente la heredera altomedieval de los vestigios de Clunia. Aunque es difícil detectarlo, los sillares de la ciudad romana sirvieron para levantar los edificios de esta localidad. De hecho es probable que el mismo nombre de “Coruña” derive de Clunia. Hay varios elementos de interés en esta localidad, los cuales pasamos a desgranar brevemente.

El castillo, fuerte atalaya del valle del Arandilla, presenta desmantelados muros y torres ruinosas, que el tiempo y el instinto utilitario campesino, han dejado reducidas a montones de escombros. Con todo, aun se acusan en unos de los extremos del rectángulo que dibuja la fortaleza dos torres circulares y en el otro extremo, otra cuadrada. Aunque delata el vacío interior a través de los boquetes de sus muros, mantiene un gesto retador bajo los restos de vetusta corona almenada.

El castillo de Coruña conserva elementos erigidos en distintas épocas, los más abundantes del siglo XV. Es en esta época cuando la población pasó a formar parte del mayorazgo del Conde Lorenzo Suárez de Mendoza, del cual se deriva el añadido de su topónimo.


A principios del siglo XIV poseía la villa y castillo, el infante don Pedro, hijo de Sancho IV, muerto esforzadamente en 1319, en lucha con los moros de Granada. Aunque por testamento les dejaba a su esposa doña María de Aragón, el rey Alfonso XI les segregó de la Corona entregándoles a Juan Martínez de Leiva, noble del séquito de los antiguos señores de Vizcaya, que en 1335, corrió el riesgo de ser ejecutado, al negarse un escudero de Leiva a dar entrada en el castillo de Iscar al propio Alfonso XI.
 
Muerto Leiva, sin dejar hijos varones, le sucedió Pedro López de Padilla, casado con una hija suya, y en el linaje de los Padillas se vinculó el señorío de Coruña, tras una fugaz confiscación del rey Enrique II para unirle a la corona.
 
En el primer cuarto del siglo XV, don Juan de Padilla, señor de Coruña y Calatañazor casó con doña Mencía Manrique, hija del adelantado don Gómez Manrique y de doña Sancha de Rojas, fundadores del monasterio de Fresdelval.
 
En 1466, Enrique IV da la villa a Lorenzo Suárez de Figueroa, hijo del marqués de Santillana y hermano de doña Mencía; esposa del que había de ser Condestable de Castilla, don Pedro Fernández de Velasco.
 



El castillo de Coruña ha sido además testigo del singular acontecimiento protagonizado por Diego Marín Aguilera. Este pastor natural del pueblo destacó desde muy joven por su capacidad inventiva, lo que le llevó a construir prácticos ingenios para serrar mármol, mover batanes o mejorar el rendimiento de los molinos del Río Arandilla. Su curiosidad y el tiempo que por su oficio dedicaba a mirar el vuelo de las aves rapaces impulsaron su deseo de volar.

Con ese fin diseñó un aparato con armazón de madera y alas formadas por varillas de hierro y alambre forradas con plumas de águila. La tarde del 15 de mayo de 1793 se lanzó al vacío desde lo alto del castillo realizando un primer recorrido de más de 350 metros.

Con ocasión del 200 aniversario de esta efemérides el ejército del aire donó un aparato que desde entonces permanece junto al castillo. A mí en particular no me gusta mucho. (NOTA: en diciembre de 2013 fue retirado por causa de la degradación de los anclajes y las dificultades de llevar a cabo un mantenimiento mínimamente razonable)


Esta pequeña figura tal vez represente algo mejor el acontecimiento


 La iglesia parroquial.


Rollo del siglo XVIII, aprovechando un antiguo capitel romano.


Puente con restos romanos sobre el río Arandilla. Aquí confluían las calzadas que desde Clunia se dirigían a las ciudades de Tiermes, Uxama y Numancia, y conectaba con la fundamental vía que siguiendo el curso del Duero comunicaba el valle del Ebro con las explotaciones auríferas del noroeste peninsular. Su origen se puede datar en el siglo I.



A las afueras se encuentra la ermita del Santo Cristo. consta de una única nave en cuyo muro meridional se abre una resaltada portada de sencillas y poco decoradas arquivoltas. Adosado a la cabecera de la nave se descubre el elemento con mayor singularidad e importancia artística del templo: su ábside de planta cuadrada. De aspecto primitivo y difícil datación, algunos expertos se inclinan por asignarle una cronología a caballo entre los siglos XI y XII. Para otros podría ser anterior (heredera incluso de un templo del siglo VII) y estar emparentada con las fases más tempranas del románico de los monasterios de San Pedro de Arlanza y Santo Domingo de Silos.
 
La decoración exterior del ábside, en cuya fábrica se han utilizado muchos materiales romanos procedentes de Clunia, se organiza mediante una serie de arcos ciegos, ligeramente peraltados, distribuidos entre sus tres muros. Mientras que el muro occidental presenta tres arcadas con aristas boceladas que se apoyan en alargados capiteles y altos fustes, los de las fachas laterales sólo muestran dos arcos de aristas vivas y más simple decoración.  Un interesante artículo sobre esta ermita lo podéis leer aquí.











Recientemente se leía en el periódico la noticia de un posible hermanamiento entre Coruña del Conde y la cuidad de La Coruña, al ser las dos únicas con tal denominación en España.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que queda un poco raro el avión en ese emplazamiento... ya leí la historia hace tiempo.
Últimamente no hay rincón que no me recuerde a tu blog: pasando por Valdelateja me vinieron a la mente las fotos de la desembocadura del Rudrón.
Un saludo.

Montacedo dijo...

Gracias por las amables palabras

csc dijo...

Hace 18 años que estuve alli y me parece que fue ayer. La zona del castillo no lo veo tan cambiada, excepto que cuando estuve alli el avion no estaba vallado ¿también se lo habran querido llevar?

Montacedo dijo...

No sé que decirte. Yo no había estado nunca arriba.