lunes, 12 de enero de 2015

Ruta de senderismo: Desfiladero de los Castros

El desfiladero de los Castros es una escondida y pequeña garganta que se abre en las primeras estribaciones de la sierra de Peñalara. Se caracteriza por una cubierta vegetal dominada fundamentalmente por un espeso encinar y por las peculiares formas rocosas que se pueden observar en algunos tramos, fruto de la erosión diferencial de los distintos tipos de materiales. Nos acercamos hoy al mismo gracias a una ruta que resulta sencilla tanto por su desnivel como por su longitud.

Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil en general, aunque hay algunos puntos un poco confusos.
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 2 horas y 45 minutos (10,5 kilómetros)



 Situación
Para llegar hasta Quintanalara hemos de salir de Burgos por el paseo de los Pisones y la carretera BU-801. Poco antes de Carcedo nos desviamos hacia la derecha en dirección a Modubar de la Cuesta. Tras pasar por Los tres Barrios de los Ausines y Revilla del Campo, encontramos a la derecha el desvío a Quintanalara. Lo mejor es atravesar todo el pueblo y dejar el coche al final del mismo.

Puntos de interés

Zona de elaboración de carbón vegetal. Encinares. Vistas desde la zona alta. Desfiladero de los Castros.

Descripción de la ruta

La zona en donde hemos aparcado el coche es uno de los últimos reductos provinciales en donde aún se elabora carbón vegetal del modo tradicional (hemos hablado de ello en un reciente artículo). Frente a nosotros nace una amplia pista señalizada como camino rural por la que empezamos a caminar.

Muy pronto alcanzamos unas tenadas que conservan en parte el sabor tradicional, son las tenadas del Valle. A continuación comenzamos el ascenso a la parte superior del monte, superando con facilidad el desnivel inferior a los cien metros. Desde la parte superior tenemos buenas vistas del entorno del pueblo y la zona cercana, distinguiéndose la zona del pico Mencilla.

Entramos en una zona de monte abierto. Llegando a una marcada curva hacia la izquierda observamos un camino que nace casi paralelo a la pista, pero que pronto se aleja de la misma. Tomamos el mismo mientras vemos frente a nosotros algunos picos que destacan en el horizonte. Son las Mamblas y Peñalara (respecto a este último pronto describiremos una ruta de acceso).

Pronto llegamos a una primera bifurcación. Durante los próximos kilómetros nos encontraremos unas cuantas. En general el criterio a seguir será seleccionar la del lado derecho, ignorando pequeñas sendas que se introduzcan en el monte. En todo caso muchas veces las bifurcaciones acaban confluyendo y tienen por objeto evitar zonas embarradas.

Poco a poco vemos como el encinar va haciéndose más espeso. En el mismo observamos signos claros de talas periódicas. Mediante suaves sube-bajas llegamos a los cuatro kilómetros de recorrido. En este punto encontramos una alta valla que cuenta con cámaras de vigilancia. Se trata muy probablemente del comienzo de la finca de San Quirce, un entorno privado de más de 1000 hectáreas que alberga uno de los templos más interesantes del románico burgalés, vedado a la visita de los “plebeyos”.

En este punto detectamos a nuestra derecha una empinada trocha por la que descendemos. Al final de la misma podríamos enlazar con un nuevo camino, pero preferimos seguir en su descenso un pequeño vallejo que recibe el nombre de Tabladillo.

Al principio seguimos unas difusas rodadas pero poco a poco se identifica un claro camino. Por aquí el bosque es algo más abierto. Sin mayores novedades llegamos a la altura de una primera tierra de labor. En este punto salimos del camino por su lado derecho bordeando el cultivo y siguiendo una rodadas. Ascendemos un poco y bajamos hasta la boca de lo que parece un nuevo vallejo y que en realidad se trata del comienzo del desfiladero de Los Castros.

Lo primero que vemos es una pequeña pradera protegida ante el paso de vehículos. Entramos en la misma pasando junto a unas mesas de piedra e inmediatamente accedemos a un sendero que se interna en el cerrado bosquete. Desde aquí y durante los próximos kilómetros deberemos estar atentos a la continuación del sendero, que con frecuencia se desvía hacia las pedregosas laderas laterales.

A la altura de los primeros peñascos giramos un poco hacia la derecha y llegamos a uno de los puntos más característicos de la ruta. Una pared rocosa en la que aparecen varias originales oquedades redondeadas. Seguimos avanzando por un paisaje similar para tomar, algo después, un giro a la derecha, siguiendo en todo momento la parte más baja del desfiladero.

Minutos después llegamos a una especie de pequeño anfiteatro que nos impide seguir de frente. Hemos de remontar con un poco de esfuerzo la ladera de la izquierda (hay que estar atento a la abundante piedra suelta) hasta superar este escollo. Pasado el mismo bajamos de nuevo hacia el fondo del valle por un sendero cada vez más difuminado pero, si estamos atentos, vemos que pronto gira hacia la izquierda.

Desde este punto desaparecen las rocas y el desfiladero, que nunca fue alto, pierde casi todo su desnivel. En esta zona se observa con más facilidad la abundancia de líquenes cubriendo las ramas de los árboles. Tras un giro hacia la derecha apenas se intuyen las laderas laterales pero nosotros continuamos por los senderos que vemos más marcados y siempre por la parte más baja. De este modo acabamos enlazando con el camino que nos trajo desde Quintanalara, en una de sus frecuente bifurcaciones. Desde aquí sólo nos queda desandar lo andado hasta la pista y hasta el pueblo.

Comentarios

Ruta sencilla y con pocas pretensiones, se puede realizar cualquier día que no deseemos un objetivo más ambicioso, por ejemplo durante el invierno. No obstante si realizamos el recorrido en mayo es probable que podamos observar el proceso de elaboración de carbón.

A este desfiladero se suele acceder con más frecuencia desde Revilla del Campo, aunque a mí me parece una opción menos directa y entretenida. En todo caso, si disponemos de dos vehículos podemos plantearnos el recorrido integral Revilla – Desfiladero – Peñalara, acabando en Quintanilla de las Viñas (LINK) o en Lara de los Infantes.
 
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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para acceder a más información)
 
 



Vídeo con imágenes del recorrido.


1 comentario:

Montacedo dijo...

Al anónimo, He eliminado tu comentario (creo que es la primera vez que lo hago). Puedes reformular tu opinión de manera más respetuosa y aquí se quedará si así lo deseas. Por ejemplo puedes poner "en mi opinión este sitio no tiene ningún interés, lo mismo que el recorrido descrito". Un saludo.