La vega de Cerezo se extiende
hasta el límite con La Rioja. Aquí el río discurre por un profundo y encajonado
valle que se ubica entre las rocosas laderas y la planicie cultivable. Poco antes de entrar en La Rioja,
en dicha planicie pero justo al lado del escalón que la separa del río, se
localizan los restos de unas construcciones que se corresponden con el antiguo
pueblo de Quintanilla de las Dueñas, conocido en la zona como Quintanilleja.
Del lugar, deshabitado desde hace unos cincuenta años, sólo queda una casa en pie y los reconocibles restos de la iglesia de San Millán.
Unos pasos más adelante comienza
el descenso hacia el cauce del Tirón. Con un poco de atención encontramos a su
vera hasta tres retorcidos ejemplares de moral, envejecidos por el paso de los
años. A su lado se encuentra lo que parece fue un panel explicativo, el cuál
hoy ha perdido la parte informativa.
Estos morales son los que la
tradición relaciona con el martirio de San Vitores, un santo de existencia no
comprobada que tuvo su periplo en el siglo IX, durante el periodo de amenaza
musulmana. No es la primera vez que citamos este santo en el blog, y
probablemente algún día realicemos un recopilatorio de su curiosa hagiografía,
muy vinculada a nuestras tierras de Burgos.
Pero centrándonos en los morales
que nos ocupan, según la tradición fue en este lugar donde se produjo el
martirio y la degollación del santo por parte de los temidos invasores. Su
seccionada cabeza cayó rodando por la ladera y las primeras gotas de su
milagrosa sangre produjeron el nacimiento instantáneo de estos morales, árboles
a los cuales la tradición popular ha vinculado con lo sagrado.
Los árboles así nacidos tuvieron
a partir de entonces un pretendido poder curativo de cuerpo y mente. Además de
conceder la gracia de Dios, parece que las moras eran especialmente efectivas
en la curación de las calenturas. Cuenta una leyenda que una noble riojana
llamada doña Berenguela intentó acotar los árboles para su uso particular; pero
sucedió que se le morían todos los gusanos de seda alimentados con sus hojas, y
siempre se encontraba los frutos secos, pues era voluntad del santo que todos
cogiesen de aquel fruto.
Por cierto, según vimos hace un tiempo, la tradición
también nos cuenta que uno de los hijos de estos morales se corresponde con el
que ahora vemos a la vera de la iglesia de Villoviado. En todo caso, aunque la historia tuviera
algunos visos de realidad, los ejemplares que ahora vemos tienen
bastante menos de los 1200 años que han pasado desde la época del mártir.
No es esta la única filiación
entre Quintanilla y San Vitores. Años antes de su martirio, y estando el santo
en su retiro de Oña, un ángel le avisó de que su tierra natal estaba
siendo asolada por los moros. En concreto, estos últimos se encontraban a punto
de tomar el casi inexpugnable convento eremítico de sietefenestras con la
intención de ultrajar a sus moradoras. Milagrosamente Vitores llegó a tiempo de
derribar con el poder de su báculo las escalas que estos estaban utilizando
para llegar a las cuevas logrando así hacer fracasar sus intenciones.
El caso es que existe constancia
documental de la existencia de eremitorios de este tipo en la zona, y
posteriormente de monasterios, y de hecho son perfectamente visibles las
oquedades en la vertiginosa pared que se encuentra frente a Quintanilleja
(sietefenestras sería el equivalente a siete cuevas). En realidad el propio nombre
de Quintanilla de las Dueñas permite sugerir que el nacimiento de este pueblo
estuvo vinculado al servicio de la primitiva comunidad monástica.
5 comentarios:
Siempre que paso por la carretera que va desde Haro a Belorado veo de refilón las ruinas no muy lejos de la cuneta pero nunca he parado a echar un vistazo. A ver si en posteriores veces hago una paradita...
1 saludo.
Hombre, como ves lo que se relaciona con este lugar es más bien simbólico que visual. En todo caso te comento que el día que fui yo tuve que tener cuidado con el barro para que no se me quedase el TYT.
Aprovecho para comentarte, estoy saliendo alguno de estos días de caminata pero por una razón u otra no me cuadra para avisaros: lo decido a última hora, salgo los viernes, lo hago en el recorrido hacia Cantabria... no sé como andas de agenda las próximas dos semanas (incluyendo, si es el caso, los días de diario).
Un saludo.
Estos dos proximos fines de semana, imposible, tengo lío los dos. pero lo vamos viendo...
1 saludo
P:D:) Por cierto, no me deja subscribirme para recibir los comentarios de otros a esta entrada...
Pues yo que veo un Circo Romano en esas ruinas....
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