Hoy cambiamos bastante de zona. Empiezo mostrándoos este bosquete que se abre en un pequeño vallejo dentro de los montes de Oca.
Si uno se introduce en el mismo podrá observar lo que parecen los restos de un poblamiento antiquísimo.
Y sin embargo hace poco más de medio siglo aún vivía gente en este pueblo de Alba, que así se llamaba este lugar. Elías Rubio recoge la historia de Alba, condicionada por su aislamiento, dentro de su obra "los pueblos del Silencio". Allí habla de un lavadero en el que se podía leer la fecha de 1931.
Pero más recientemente, en su blog nos cuenta la curiosa historia que ha llevado a la deducción del grabado completo.
En el censo de 1901 el lugar figuraba con 57 habitantes y en el de 1940 con 20. La última familia dejó Alba en 1956. Hoy el nombre de Alba se conserva gracias al pequeño embalse de tal nombre que construyó la Diputación Provincial hace unas décadas para recoger las aguas del Oca.
En la próxima entrada os describiré una bonita y sencilla ruta de senderismo que transita por esta parte de los montes de Oca.
3 comentarios:
Hola Montacedo, que poquita agua tiene el embalse.
Zona muy bonita ésta.
Un abrazo
Hace unas semanas también estuve en Alba y la presa la ví bastante baja de nivel, pero es que este invierno estuvo aún más baja que en tus fotos. La verdad es que me interesaba ver lo que queda del castillo que por tu última foto, creo que se sitúa por ahí. Lástima que tan solo quedan restos tumulares de muros, pero el profundo aljibe en lo alto, que siempre conserva algo de agua, delata que fue un castillo de cierta entidad.
Tengo también prevista una entrada de lo que queda del castillo de Alba.
Otro más de los pueblos del Silencio, que como no vayas fino, es fácil pasarse de largo.
Saludos,
Hola majetes. Parece que vais en paralelo: En la feria de Salas de Bureba, en los comentarios en blogs...
Abilio. En efecto. De todas maneras creo que tiene más o menos este aspecto durante todo el año. Uno se pregunta hasta que punto era necesario construirlo.
Zález. Es el castro Somoro. Hasta que no llegué allí no sabía nada del lugar. En efecto se observan unas onducaciones en la cima signo evidente de que aquí "hubo algo", pero no he entrado a buscar más información. En todo caso las vistas son muy bonitas, como podréis intuir en las fotos de la próxima entrada.
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