Dominando el paisaje de un buen pedazo del oriente burgalés, a la gran mayoría le suenan los ecos históricos y legendarios de este enclave: Peña Amaya. Los ecos de su fama son razón más que suficiente para el asalto a esta enorme mole calcárea a modo de "tarta" o "barco invertido". Superando sus cejas rocosas y caminando por su altiplanicie aún podremos percibir algo de la esencia de su legado.
Dificultad: Media. La debida a la distancia y a los tramos de ascenso y descenso desde la parte más alta.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil en general día despejado. No obstante hay que prestar atención en algunos puntos clave.
Belleza: Media.
Tiempo y distancia: 5 horas y 18 kilómetros
Situación.
Saldremos de Burgos por la Autovía de León hasta la localidad de Villanueva de Argaño. Desde aquí tomamos la C-627 y tras pasar por Villadiego alcanzamos la localidad de Sotregudo. Ahora hemos de buscar la carretera local que hacia la derecha nos conduce en unos siete kilómetros hasta Amaya.
Puntos de Interés
Escarpes de Peña Amaya. Restos del Castro prehistórico. Vistas desde Peña Amaya. Peña El Castillo. Vistas sobre Albacastro, Pueblo abandonado de Puentes de Amaya.
Descripción de la Ruta
Dejamos el coche en la plazoleta que existe junto a las antiguas escuelas. Ascendemos en dirección norte unos metros hasta alcanzar la iglesia que destaca por su pórtico y torres neoclásicos. También puede citarse la portada gótico flamígera. Frente a la misma existe una original fuente del artista Salaguti.
Por detrás de la iglesia llegamos al principal cruce de la ruta de hoy. Terminaremos por la izquierda y empezaremos por la derecha. Podemos seguir el camino pero es posible recortar terreno subiendo por unas roderas que remontan la ladera. En unos instantes alcanzamos el ancho camino que asciende hacia Peña Amaya. Sobre nosotros observamos la primera línea de rocas que defienden a la plataforma intermedia del altozano.
Sin mayores novedades superamos el cruce que nos ofrece la opción de acceder a Puentes de Amaya y un poco más adelante alcanzamos el fin del camino y el aparcamiento de acceso a Peña Amaya. Desde aquí tenemos unas buenas vistas de la Lora de Albacastro, una de las varias que se pueden contabilizar en la comarca, formando un paisaje que hace las delicias de los geólogos.
Por nuestra derecha continúa el camino, esta vez peatonal, que nos permite acceder sin mayores esfuerzos al emplazamiento de la zona arqueológica. Podemos observar con facilidad los restos de las antiguas construcciones de época medieval, dispuestas de manera aparentemente anárquica, los prados que lo rodean y detrás la peña El Castillo, que operaba precisamente como tal. No obstante dedicamos un artículos específico al aspecto arqueológico del lugar en otro artículo.
Junto al poblado encontramos una señal de cruce. Nosotros seguimos de frente, quizás un tanto hacia la derecha, serpenteando entre los restos y tras dejar éstos atrás empezamos a tener buenas vistas sobre Amaya y paulatinamente sobre buena parte del occidente burgalés (si el día está claro).
El bello sendero herboso va girando paulatinamente ofreciendo nuevas perspectivas del gigante. En unos minutos alcanzamos el paraje de Fuente Hongarrera; un vallejo que recoge buena parte de las aguas de la peña, las cuales son canalizadas por un ancestral sistema de canales que en su día alimentaron una pequeña central hidroeléctrica.
Tras dejar atrás el arroyo hemos de prestar atención, a unos 200 metros, a un gran bloque que aparece a nuestra izquierda. Aquí buscamos el sendero poco marcado que asciende decidido hacia la cima. Curiosamente a medida que avanzamos el sendero es más evidente y se ve ayudado por varios hitos montañeros. La última parte de la ascensión es la más interesante: combinando zig-zags e incluso ayudándonos con las manos aprovechamos una grieta para terminar de ascender hasta el altiplano en el que culmina la peña.
Tras dejar atrás el arroyo hemos de prestar atención, a unos 200 metros, a un gran bloque que aparece a nuestra izquierda. Aquí buscamos el sendero poco marcado que asciende decidido hacia la cima. Curiosamente a medida que avanzamos el sendero es más evidente y se ve ayudado por varios hitos montañeros. La última parte de la ascensión es la más interesante: combinando zig-zags e incluso ayudándonos con las manos aprovechamos una grieta para terminar de ascender hasta el altiplano en el que culmina la peña.
Una vez arriba empezaremos a caminar por este desolado paisaje en dirección Este para recorrer los cerca de dos kilómetros de longitud de la planicie, en la búsqueda del punto culminante de la misma. El suelo esta constituido casi prácticamente por la roca descarnada, lo que evita el desarrollo de vegetación que no sea herbácea.
Para seguir nos orientaremos por los montoncitos de piedras y señales de pintura amarilla y blanca. Adicionalmente, si la visibilidad lo permite, veremos consecutivamente varias construcciones populares destinadas a servir de refugio ante los frecuentes y fuertes vientos. Pasando de una a otra de estas construcciones acabamos observando el punto más alto, que se encuentra un tanto hacia nuestra izquierda. Desde este punto, señalizado con vértice geodésico. Opcionalmente podemos llegar al mismo dando un rodeo por la parte derecha, buscando las vistas hacia Peña Ulaña, Villamartín de Villadiego, Fuenteodra…
Desde el hito de la peña, a 1373 metros de altitud, emprendemos el regreso hacia el oeste, pero esta vez cerca del límite norte de la planicie; siempre guiados por las señales de pintura. Bajo nosotros se encuentra el valle que separa Albacastro de Peña Amaya. En esta zona la vegetación es algo más generosa, aunque no supera el porte herbáceo.
Desde el hito de la peña, a 1373 metros de altitud, emprendemos el regreso hacia el oeste, pero esta vez cerca del límite norte de la planicie; siempre guiados por las señales de pintura. Bajo nosotros se encuentra el valle que separa Albacastro de Peña Amaya. En esta zona la vegetación es algo más generosa, aunque no supera el porte herbáceo.
Sin más novedad caminamos cerca de kilómetro y medio siguiendo las indicaciones de la planicie hasta que estas nos encaminan hacia una pequeña canal que baja por nuestra derecha. Mediante zig-zags bajamos con precaución por la misma pasando junto a la boca de una cueva y descendemos por debajo de la primera línea rocosa. A partir de aquí el sendero continúa justo por debajo de la misma.
Así llegamos al punto que separa Peña Amaya de Peña El Castillo. Desde este punto observamos la cueva del Castillo. Para seguir bordeamos esta última Peña por la derecha y empezamos a descender hasta alcanzar de nuevo los restos de la población prehistórica. Retomamos desde aquí el camino de ida hasta el aparcamiento.
El objetivo ahora es tomar el camino que va a Puentes de Amaya, pero en lugar de descender hasta el cruce que indicamos anteriormente podemos recortar campo a través hasta alcanzarlo más adelante. Desde aquí seguimos el mismo descendiendo durante unos dos kilómetros en la búsqueda del río Gallinas. Nada más cruzar el mismo encontramos un cruce en el que hemos de seguir hacia la izquierda, pero antes podemos explorar, hacia la derecha, las ruinas de lo que fue el pueblo de Puentes de Amaya.
Tomamos el camino indicado que va paralelo al río Gallinas. Tras dejar una loma a nuestra izquierda llegamos a un cruce en el que tomamos el camino de la izquierda. Al poco volvemos a cruzar el río Gallinas y empezamos un llevadero ascenso por otro camino también muy marcado. Tras unos dos kilómetros termina el ascenso y cambiamos de vertiente.
Desde aquí el camino gira un poco hacia la izquierda y volvemos a tener una vista general de la Peña Amaya. Poco después vemos el pueblo de Amaya. Muy cerca del mismo tomamos un camino secundario para entrar al mismo por su parte superior. Desde aquí alcanzaremos el cruce del principio del recorrido.
Comentarios
La ruta se corresponde con la integración de los senderos PRC-BU-200 y PRC-BU-201, señalizados por el Grupo de Desarrollo Turístico Cuatro Villas de Amaya. La señalización es bastante buena, salvo en la cima donde el tiempo borra con rapidez las marcas de pintura.
En todo caso, la ruta PRC-BU-201 presenta un interés limitado salvo para los que se vean atraídos por los pueblos abandonados. Para aprovechar las vistas es preferible seleccionar un día despejado. Además en caso de niebla puede ser complicado orientarse en la cima.
Track de la ruta (pulsa en el triángulo verde para más información)
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Vídeo con imágenes del recorrido.
7 comentarios:
Estás que te pasas. No me extraña que para los ruteros (y los que no lo somos demasiado), este blog sea un punto de referencia.
Detalles, descripciones...es que es imposible perderse y encima este montón de imágenes que a pesar del día tan gris, te han quedado estupendas....cambiaste de cámara hace algún tiempo, verdad?.
Saludos,
Pues chico, tampoco te han quedado tan desgraciadas las fotos, yo las veo tambien con su encanto.
El pueblo abandonado ¿es el de las culebras?
Hecho en falta una foto con Joselon, que es el "guarda de la Peña Amaya"
Gracias por dejar unas palabras. Zález, eso se intenta. Efectivamente cambié de cámara aunque la nueva sigue siendo automática (sin reflex). No compro una de esas porque me conozco y no tendría la suficiente paciencia para aprender y buscar el enfoque adecuado a cada lugar. Tengo una SAMSUMG que saca un color como muy débil y hay que reforzarlo quedando las fotos algo antinaturales. De todas maneras seguí tu consejo en lo referente al zoom, que es relativamente alto.
Csc. Efectivamente es ese pueblo, aunque hablo de él en el post de hoy. La ciudadela estaba bastante desolada aquel día.
Hola Montacedo:
Las compactas digitales (aunque sea en forma automática) no tienen demasiado que envidiar a las reflex ya que lo que veas por el visor es exactamente lo que saldrá después. Antiguamente tenían más sentido las reflex porque las que no lo eran, tenían el problema de paralaje, cosa que, como digo, eso está más que solucionado con una digital compacta normal, y si encima tienen un buen zoom...
Peña Amaya la hicieron de piedra para que soportara toda la historia que lleva encima , si la recorres conociendo un poco su historia sin duda se la ve con otros ojos , un lugar magico . Un saludo .
Hola Montacedo,aunque ya había estado con anterioridad en Peña Amaya,hoy he vuelto a subir y haciendo un recorrido similar al tuyo,primero a la ruinas de Puentes de Amaya y luego a Peña Amaya,pero subiendo por distinto sitio,casi directamente a la Cueva del Castillo,una bonita ruta muy recomendable.
Hola Diego. Gracias por comentar en el artículo. Te voy adelantando que muy probablemente salga este finde (dependiendo como siempre de como evolucione el pronóstico del tiempo). En principio el día será el sábado y la ruta subida a Peñalara desde Torrelara (unos 18 km).
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