Declarada de Fiesta de Interés Turístico Regional, se celebra el primer fin de semana de febrero (originalmente en San Blas) y su principal atractivo es el baile del Escarrete o Desjarrete, en el que los protagonistas son animales –gallinas, gallos y conejos- en torno a los cuales mozos y mozas bailan con una espada. Algunos musicólogos consideran el origen de esta danza relacionado con la cultura prerromana autrigona. También pueden tener cierta influencia algunos elementos relacionados con la guerra de la independencia, ya que al parecer en las cercanías se libró una importante batalla.
En sus orígenes, esta fiesta estaba relacionada con el culto a la llegada de la primavera. Lo cierto es que las fiestas de gallos en otros tiempos, no tan lejanos, fueron muy populares en numerosos pueblos de la provincia de Burgos. Hay constancia de que se celebraba en Prádanos de Bureba, Castrojeriz, Gamonal, Atapuerca, Castrillo del Val, El Almiñé, Sotoscueva, Salas de los Infantes y Mecerreyes. y aunque no había coincidencia en las fechas, el rito era similar. Pero la más famosa de estas fiestas era y es la de EL ESCARRETE, en Poza de la Sal, perdida en la década de los sesenta pero recuperada años después.
La fiesta del Escarrete comienza por la mañana, cuando la Banda de Música obsequia con las dianas a las autoridades y al mayordomo de la Cofradía de San Blas, quien se encarga de organizar la fiesta. Por la tarde, se celebra el canto de la Salve en la Iglesia de San Cosme y San Damián y se canta el Himno a la Virgen de Pedrajas. Aquí, acuden mozas y mozos vestidos con los tradicionales trajes pozanos. Uno de ellos sujeta el palo del que penden los animales de corral (gallos, gallinas y conejos) que serán el objeto central de la danza. A este mozo se le llama pollero.
Tras este acto las parejas se trasladan, pasando por la Plaza Vieja y este Arco, hasta la Plaza Nueva, donde las gentes se sitúan en círculo y en el centro del mismo se celebra la danza. En este punto central se anclan los animales, y los mozos y mozas van danzando alrededor de los mismos, con una mano en jarra y sujetando una espada adornada con cintas de colores y una escarapela con la otra.
Cada uno de los mozos y mozas van danzando sucesivamente. Se inicia cada turno con un saludo al animal y se procede a ejecutar siempre el mismo pie en alto (es decir, “a la pata coja”). Al finalizar, nuevo saludo y aplauso de la concurrencia. Finalmente bailan todos juntos la Jota de Bodas, pozana, alrededor del pollero. Como no podía ser de otra forma en Poza, la Banda Municipal es la que toca varias piezas durante el desarrollo de la danza.
La fiesta en el pasado era
bastante diferente. Los cambios vienen relacionados fundamentalmente con la
erradicación del maltrato animal, ya que por aquel entonces el rito concluía
con descabezado de gallos y conejos (de ahí la palabra “desjarretar”). No obstante un colectivo animalista, con una interpretación a mi entender maximalista del bienestar animal, ha denunciado ante los tribunales este acto exigiendo que se celebre con animales simulados. A 2020 la cosa está en el aire ya que la Junta de Castilla y León ha iniciado el correspondiente expediente.
Por otro lado, antiguamente, los protagonistas de la danza eran las parejas que habían contraído matrimonio ese año, simbolizando los animales domésticos la prosperidad del nuevo hogar. Hoy participa cualquier pareja local joven que conozca el baile. Para más información sobre la celebración en el pasado de ésta y otras fiestas de Gallos en la provincia de Burgos, se puede consultar este artículo de la Revista de Folklore.
Terminamos el artículo con un pequeño vídeo
1 comentario:
Maravilloso lugar Poza de la Sal.
Leía el artículo y me extrañaba que no hubiesen protestado los urbanitas ecotalibancetes. Hasta que ¡tate! Interpretación maximalista. Qué expresión más amable utilizas... Si ya no matan al animal ¿que más quieren? Espero que la Junta tenga un poco de cabeza.
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