martes, 27 de abril de 2021

GR85 (PLUS) - Puentedey - Quintanilla del Rebollar.

En algunos momentos de mis excursiones por el sendero de largo recorrido GR85 (Sendero de las Merindades); me ha llamado la atención el hecho de que este trazado no se hubiera diseñado para completar de modo circular. Es más, más de una vez he visto descripciones de personas (especialmente ciclistas) que tras realizarlo se planteaban la necesidad de retornar desde el punto final (Puentedey) hasta Villasana de Mena; para recoger su vehículo

Durante las próximas semanas voy a mostrar un propuesta para completar "el círculo"; que desde luego no es la única ni quizás la mejor; todo ello como escusa para seguir recorriendo nuestra variada y extensa provincia. Al finalizar haré una pequeña recapitulación.

Dificultad: Media
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil
Belleza: Media
Tiempo y distancia: cinco horas y media y 18 kilómetros.



 
 
Situación.

Hay que salir de Burgos por la C-629 dirección Villarcayo hasta alcanzar dicha localidad. En este punto tomamos la carretera que remonta el Nela hasta Puentedey. Aparcamos en cualquiera de los parkings habilitados.

Puntos de Interés

Arco natural de Puentedey. Cascada de la Mea (opcional). Quintanilla-Valdebodres. Pozo del Infierno. Barrancos del Dulla y de la Mata Villamartín de Sotoscueva. Ermita de Ojo Guareña. Sumidero (opcional). Quisicedo. Paisajes del valle de Sotoscueva. Vivero forestal de Quintanilla del Rebollar (opcional). Casco urbano de Quintanilla del Rebollar.

Descripción de la Ruta


Dejamos para otro momento el contemplar con calma el sobrecogedor puente natural de Puentedey, además del resto de puntos de interés de la localidad, y empezamos a caminar por la pista asfaltada dirección Quintanilla Valdebodres. Tras una curva cerrada a izquierdas encontramos el acceso a la singular cascada de la Mea, bastante estacional, que implica algo más de medio kilómetro adicional entre ida y vuelta.
 
Al poco llegamos al citado pueblo que aún muestra interesantes muestras de arquitectura popular basada en la piedra plana en seco. No obstante, el elemento más característico del sitio es el manantial del llamado Pozo del Infierno. Seguimos las marcas amarillas y rojas de PR y GR, respectivamente partiendo de la iglesia y perpendicularmente a la carretera. Estos primeros kilómetros se corresponden con el trazado del GR1, con el que el GR85 convencional ya ha coincidido en tramos anteriores.

Así entramos en el barranco principal de Dulla, aunque al principio este hecho es menos perceptible al estar el mismo poco encajonado todavía. El sendero se sigue con facilidad, aunque a veces hay que salvar el curso de agua (dependiendo de la época del año) o estar atentos a algunos desvíos. Tras un par de kilómetros y casi sin darnos cuenta entramos en un barranco secundario hacia la derecha, el barranco de la Mata.

Poco a poco el vallejo se encajonando y ganando interés. Debemos superar el pequeño arroyo en varias ocasiones hasta que las señales se alejan claramente del cauce hacia el lado derecho. Afrontamos un claro pero llevadero ascenso hasta un collado. A nuestras espaldas queda el barranco que hemos superado, hacia la izquierda la imponente muela del Dulla, de frente la meseta intermedia que nos separa del valle del alto Nela y hacia la izquierda se vislumbra la torre de la iglesia de Villamartín de Sotoscueva.

Seguimos las marcas de sendero bajando inicialmente un poco hacia la izquierda, pero pronto el sendero gira y se encamina hacia unos depósitos de agua por una zona bastante descarnada. Superamos una portilla y enseguida alcanzamos la localidad. En este punto abandonamos ya el trazado del GR-1.
 
Encontramos algunas edificaciones de sabor popular entre el disperso caserío. En ligera bajada alcanzamos la zona principal, en la zona de una fuente. Al poco se inicia el asfalto, pero seguimos de frente siguiendo ahora las marcas amarilla y blanca que indican 2,5 kilómetros hasta el alto de la Concha (Ojo Guareña), ya que hemos entrado en la red de senderos de Monumento Natural de Ojo Guareña. Las correspondientes señales nos guiarán el resto de la etapa.

Salimos del pueblo por el norte y entramos en un bosquete de pequeñas carrascas, primero en suave ascenso y luego el suave descenso. Sin mayores novedades alcanzamos el citando Alto de La Concha, el aparcamiento de visitantes de Ojo Guareña. Bajo nosotros los prados de Sotoscueva con el fondo de los Montes de Somo. Bajamos hacia la ermita rupestre, una de las estampas más características de la provincia, y continuamos bordeándola y bajando por unas escaleras de gruesas piedras.

Entramos en un bonito y sombreado sendero mientras que bajo nosotros el Guareña se hunde en el Ojo que da nombre al lugar. Existe alguna derivación que permite acercarnos. En todo caso nosotros hemos de continuar por esta senda en ligero descenso, que nos lleva rápidamente hasta el pequeño pueblo de Cueva. Alcanzamos una especie de plazoleta junto a la bolera. Aquí el sendero se desvía hacia la derecha buscando la dirección Quisicedo.
 
El espacio lo completamos siguiendo un tramo totalmente asfaltado, aunque esto no le quita belleza al paisaje de prados cerrados por las redondeadas moles calizas conocidas como “Conchas” de Sotoscueva. Llegamos al pueblo de Quisicedo a la altura de una voluminosa casa de corte indiano, pero sin cruzar aún la carretera seguimos hacia la derecha bajando un poco, saliendo del pueblo y cruzando consecutivamente la carretera y la vía del ferrocarril de vía estrecha.

Inmediatamente abandonamos el camino recién comenzado, tomando un sendero paralelo a la vía del tren, algo confuso al principio y que en el día de hoy tiene bastante punto parcialmente encharcados. Por cierto, a partir de aquí y durante la práctica totalidad del trazado que nos queda hasta Villasana, seguiremos en sentido inverso el trazado del llamado “Camino Olvidado”, una variante del camino de Santiago reconocida como tal recientemente. De vez en cuando encontraremos señales específicas.

Son casi cuatro kilómetros los que nos faltan hasta Quintanilla, por un bosque bastante cerrado, y en los que habremos de superar varias veces los arroyos que bajan desde el monte usando rústicos puentes. Ello le confiere mayor interés a este último tramo, aunque contribuye a hacerlo algo pesado. La referencia de la vía paralela, de la cual a veces nos alejamos un poco, reduce las posibilidades de perderse.

A menos de un kilómetro del destino una estructura de madera nos permite acercarnos hacia un antiguo vivero forestal del que ya hemos hablado en este blog. Finalmente superamos un paso ganadero, un puente sobre la vía del tren, y alcanzamos el edificio de la Casa del Parque de Ojo Guareña. Para bajar al pueblo hay una pequeña senda en las cercanías del campo de fútbol. Terminaremos la etapa a la altura del valioso y original lavadero-abrevadero.

Comentarios
 
Ruta bastante llevadera en la que el único tramo de ascenso de cierta entidad es más o menos al principio. Orientación fácil. Si quieres conocer más acerca del sendero GR85, puedes consultar los artículos que publicamos a lo largo del mes de junio de 2014.

Track para GPS (pulsar para más información):


Powered by Wikiloc

Vídeo con algunas escenas del trazado.

viernes, 23 de abril de 2021

Regreso a los pueblos del Silencio: Hormicedo

Ya comentábamos hace unos cuantos posts, la cercanía entre dos de los pueblos abandonados de Burgos, Icedo y Hormicedo, teniendo como eje la localidad de Villanueva de Puerta. No obstante, pese a distar tan sólo 2 kilómetros de esta última localidad, el acceso es un tanto complejo al haberse desfigurado el camino. De este modo, la vía más fácil pasa a ser la que parte de Villalbilla de Villadiego.

No sabía yo esto cuando me puse a andar desde Villanueva de Puerta aunque, bien pensado, si el camino se hace a pie y se conoce el camino, se sigue tardando menos. En todo caso el recorrido es como sigue.
Al llegar al cartel de Villanueva desde Villadiego sale un carreteril de acceso al centro del pueblo a la derecha. Sin tomar la pista, en este punto un camino asciende a la izquierda en dirección a una inesperada báscula. Se deja el coche aquí.
Nace un camino que se aleja de la carretera y se interna en un incipiente robledal. En unos 100 metros dejamos un primer cruce a la izquierda e inmediatamente llegamos a una bifurcación en V en la que tomamos la opción de la izquierda. Se gira en esta misma dirección y al poco el camino se difumina. Tomanos una senda que se introduce en un tramo algo más espeso pero en unas decenas de metros se acaba la zona arbolada y vemos de frente un pequeño collado hacia el que debemos de ascender.

Desde aquí el camino desaparece con lo que la referencia será la línea de matorral (vestigio del primitivo camino) que va en ese sentido, pudiendo alternar entre las tierras de labor que se encuentran por encima y por debajo de la línea indicada. Una vez se alcanza el collado vislumbramos al fondo de un cruce de vallejos los restos de la iglesia de Hormicedo.

Descendemos hacia la misma por un camino que de nuevo puede desaparecer entre las tierras de labor. Ya casi en el fondo nos incorporamos consecutivamente a dos caminos más marcados, ambos hacia la izquierda, cruzamos dos pequeños arroyos y llegamos a lo que queda de esta antigua localidad.


En realidad en el pueblo quedan los restos cada vez más difusos de la iglesia y de una casa anexa.




También hay una pequeña edificación de servicio a una huerta.



Gracias a la información recogida por Elías Rubio en su libro "Los pueblos del Silencio" sabemos que los pinos que se observan por las laderas fueron plantados a finales de los años 50 por colonias de portugueses, una estancia que luego se convertiría en el canto del cisne del lugar. 



 
Por aquí pasaba el camino que unía Villadiego con Valderredible, con lo que el pueblo era lugar de paso de muchos transeuntes, en especial los que se desplazaban a las distintas ferias de ganado. Muestra el libro también una foto de antiguos vecinos, que se reunieron junto a la iglesia para recordar viejos tiempos. Comparada con su estado actual, la verdad es que se ha deteriorado muy rápidamente. Más cosas cuenta el libro, pero os lo dejo para su lectura. 
 

Dos fotos más de la iglesia

 

miércoles, 14 de abril de 2021

Un emprendedor en las Loras Burgalesas

Hoy voy a dedicar el artículo a un personaje que tuvo mucha influencia en esta comarca de Burgos durante la primera mitad del siglo XX; una persona de la que hasta hace poco no tenía noticia; no sé si por mi ignorancia o por haber caído su historia en el semi-olvido.  

Casa familiar en Rioparaiso y finca aneja, que se extiende bastante hacia el lado ziquierdo. En el centro de la foto se aprecia la parte alta del monolito en recuerdo de nuestro protagonista. Foto tomada desde el campanario de la iglesia.

Don Angel García Vedoya (o Bedoya), nació en el pequeño pueblo de Rioparaíso a finales del siglo XIX. Su padre era médico y natural de Tablada del Rudrón, de donde también era oriundo el también médico y relativamente afamado Missael Bañuelos, que parece mantuvo relación de amistad con Ángel. Su madre era originaria de Rioparaíso, en donde la familia disponía de una casa solariega e incluso contaba con una capilla en la iglesia.

Escudo familiar en una capilla de la iglesia
 

Ángel estudió la carrera de Ingeniería de Caminos y Puertos en Madrid, obteniendo el título en 1921 siendo el número uno de su promoción. Apenas acabada la carrera como ingeniero de caminos, canales y puertos, su vida se derivó hacia la política. En julio de 1928, durante la dictadura de Primo de Rivera, acaba obteniendo el cargo de alcalde de la ciudad; puesto que ocupará hasta la desaparición de la dictadura.  


Las reseñas que encontramos de entonces resaltan su buena gestión, aunque dado las posiciones extremas de aquel entonces es difícil asegurar hasta qué punto responden a la realidad. Políticamente perteneció al partido Unión Patriótica. Siempre llevó a gala sus tendencias conservadoras y su ferviente catolicismo practicante.  


Los dos escudos de la fachada. En este segundo, probablemente reubicado, llama la atención de una representación de ruedas de carro de tipo antiguo o "chillón", sin giro independiente del eje. Estuvo extendido en amplias zonas de España; pudiendo verse aún en la cornisa norte aún algunas ruedas de este tipo.

Lo cierto es que en el periodo que ocupó la alcaldía de Burgos tuvo numerosas iniciativas e hizo numerosas propuestas que, además, se llevaron a la práctica, entre ellas: Propulsor de la municipalización del abastecimiento de agua a Burgos, potenciar el desarrollo de las nuevas asociaciones culturales, deportivas y artísticas, fomento del turismo, impulso del sanatorio antituberculoso, fomento de las obras del Santander-Mediterráneo, apertura del mercado de abastos de la zona sur, actualización en el registro de la propiedad de todos los bienes municipales, terminación del proyecto de encauzamiento del río a su paso por Burgos e impulso del embalse del Arlanzón, además de un largo etcétera.  

Puerta de acceso al jardín, proveniente de la iglesia de un despoblado cercano ya desaparecido
 

Con la caída del General Primo de Rivera quedó destituido de su cargo de alcalde y concejal de manera fulminante, regresando a su trabajo de ingeniero hasta que en 1931, con la caída de la monarquía, se presentó con el Partido Agrario a las elecciones para diputado en Cortes, y fue elegido en segunda vuelta. Ocupará dicho cargo hasta 1936.  

Durante el tiempo que ostentó el cargo de diputado defendió diversas iniciativas como la construcción de un pantano en la cabecera del río Odra, y la toma de una decisión definitiva sobre el pantano de Retuerta. Realizó una proposición de ley relacionada con la declaración por parte del Congreso de considerar como prioridad estatal el abastecimiento de aguas y saneamiento de los poblados rurales, argumentando que, aunque las medidas en vigor estaban traspasadas a los ayuntamientos, estos carecían o de los recursos o de las iniciativas para acometer esta clase de obras, que suponían una mejora en la calidad de vida de los pueblos.  

Angel García Vedoya se trasladó a Madrid tras no resultar reelegido en 1936. Cabe decir que, pese a sus ideas conservadoras, fueron sus planteamientos moderados los que le generaron muchos enemigos entre la derecha y contribuyeron en buena medida a dicha derrota. De poco le ayudó esto en el momento clave; iniciada la contienda acabó siendo fusilado en noviembre de 1936 en el aciago lugar de Paracuellos del Jarama.  


Dos vistas del antiguo molino y central hidroeléctrica de Amaya.

 Su hermano Enrique, en 1939, solicitó al Ayuntamiento de Burgos que se facilitase una cantidad de piedra para la construcción de un monumento a la memoria de Ángel en el jardín de la casa de Rioparaíso, a lo que se accedió. Este monumento hoy perdura. El Ayuntamiento de Burgos en pleno, el 18 de agosto de 1960, le dedicó en la ciudad una calle denominada calle de Ángel García Vedoya (en la placa de la calle figura Bedoya).  

Foto del día de la inaguración. En la franja central se lee "Hidroelectrica Peña Amaya. Harinas García Vedoya Hnos". Fuente: sandovaldelareina.com

 Durante su vida política no se olvidó de la comarca que le vio nacer. Además del proyecto que se ha comentado de la presa del alto Odra, gracias a su trabajo se construyó la carretera de enlace entre Humada y Valdelucio, amén del enlace a su pueblo natal, y promocionó el abastecimiento de agua y luz a los pueblos de la cara sur de Peña Amaya. Se conservan placas conmemorativas al menos en Sandoval de la Reina y Los Barrios de Villadiego.  


Canalización y depósito para la recogida de aguas en la zona intermedia o "cincho" de Peña Amaya. Nótese la caída existente hasta el fondo de la llanura.

 Para este último proyecto se embarcó en dos actuaciones realmente innovadoras para la época: construir sendas centrales hidroeléctricas en Amaya y Villamartín de Villadiego; recogiendo el agua de los arroyos de la altiplanicie y aprovechando la gran caída existente merced a depósitos de almacenaje y tuberías de gran longitud. Fueron inauguradas en 1922, al poco de acabar su carrera universitaria.  


Antigua Central hidroeléctrica de Villamartín de Villadiego, al pie de Peña Amaya. Algunos equipos ubicados en el exterior del edificio
 

Los edificios, que aún se conservan aunque modificados y convertidos en viviendas particulares, funcionaban como molinos harineros durante el día y por la noche llevaban una exigua luz a los pueblos, pero que resultaba un paso fundamental respecto a toda una eternidad de oscuridad de la vida cotidiana nocturna. 

Placa de agradecimiento en Los Barrios de Villadiego. Fuente: Sandovaldelareina.com
 

Algunas de estas cosas me contó un vecino de Rioparaíso, que también me dijo que ahora la finca está semiabandonada y que en su juventud pudo ver muchos documentos con los proyectos realizados o ideados por “don Ángel”. También me comentó que su hermano también fue muy querido en la comarca ya que ejerció como médico rural hasta los años sesenta del pasado siglo. 

La fuente principal para la elaboración de este artículo ha sido la página web www.sandovaldelareina.com. Pulsando en el enlace encontraréis más información; incuyendo una interesante entrevista a una persona que trabajó en la Central de Amaya.

viernes, 9 de abril de 2021

El Canal de Castilla en Burgos

El Canal de Castilla apenas roza la provincia Burgalesa (apenas 10 kilómetros) pero en los mismos se concentra buena parte de la esencia de esta malograda obra, hoy cargada de nostalgia.
 
Apenas internado en territorio burgalés, llega el canal a la esclusa que hace el número 14 de su recorrido, siendo una de las mejor conservadas. Fue construida hacia 1770 y aquí la observamos en todo su esplendor, al encontrarse cerrada para alimentar el canal de riego aledaño.
 
 

Vista al norte.

 

Vista al sur. Se aprecian perfectamente los caminos de sirga, hoy trasegados por ciclistas y andarines. En la parte inferior derecha la plataforma de parada del barco que recorre el canal.

 
 
A la altura de la esclusa. Un bonito puente. No debemos olvidar que todas estas construcciones datan de mediados del siglo XVIII y muchas de ellas están construidas con excelente sillería.
 

El puente de servicio y la casa del esclusero, que fue rehabilitada en principio para ser usada como centro de recepción de Visitantes, proyecto que según parece ha quedado a medias.


Una foto del edificio de hacia 1930.



Anexo a la casa del esclusero hay edificio que originalmente funcionó como molino maquilero y luego como pequeña central hidroeléctrica, un bello ejemplo de nuestro patrimonio industrial que merecería más atención.

Unos cuantos kilómetros más adelante, en el punto en el que la antigua N-120 cruza el Canal de Castilla nos encontramos con el excelente puente de Carrecalzada.


 
Este puente sirve de acceso al embarcadero del barco que recorre el la parte burgalesa del canal, bautizado como San Carlos de Abánades. Al lado tenemos un edificio que ha sido habilitado como centro de turismo rural y también da servicio de bar.
 


 
Aproximadamente a un kilómetro de Carrecalzada se encuentra el puente-Acueducto de Abánades, que con sus cinco arcadas es, probablemente la más espectacular de las obras del Canal de Castilla, y permite al cauce salvar las aguas del rio Valdavia. 
 
Se necesitaron cinco años, de 1775 a 1780, para construirlo. Los sillares de piedra fueron labrados a mano uno por uno y colocados con poleas de madera.


así lo describía Jovellanos en 1791:
"el famoso puente-acueducto es de cinco ojos, de treinta y séis pies de luz; todo él tendrá una altura de cintuenta piés y como trescientas varas de largo, incluidas las aletas antes y después de él [...] hay unos diques de tres mil varas de largo [...] se han hecho con la mayor economía, conduciendo en barcos la tierra sacada de la cuesta de cenizales"


El proyecto lo diseñó el arquitecto Fernando de Ulloa.



El barco San Carlos de Abánades (que toma su nombre de un poblado que se creó ex profeso al lado del acueducto) también se acerca hasta esta obra ingenieríl, tal y como vemos en esta foto.