viernes, 29 de mayo de 2015

Santuario y convento de San Pedro Regalado.

No lejos de Aranda de Duero, en las afueras del pueblo de La Aguilera, se encuentra el Santuario de San Pedro Regalado. Antiguo monasterio franciscano, tiene su origen en una pequeña ermita donde, a principios del siglo XV, se retiró el monje Fray Pedro de Villacreces.

Convencido de la necesidad de una reforma profunda de la orden, Fray Pedro funda en el este lugar el monasterio de Domus Dei y desde aquí inicial el proceso hacia la recuperación de los valores primigenios de la congregación. Pronto la fama del maestro es superada por un discípulo, Pedro Regalado, que dedica su vida a la peregrinación adquiriendo fama de “milagrero”. El monje acaba siendo nombrado santo, patrón de Valladolid y cambiando el nombre del monasterio, en el que residirán sus restos.
 
 
La iglesia, originaria del siglo XV, tuvo que se ser reconstruida casi totalmente a principios del XVIII debido a un incendio. En el momento de realizar mi visita se encontraba en proceso de restauración y no era visitable. Me tuve por tanto que conformar con la vista de su elevado y característico chapitel barroco.

 
Si se tiene oportunidad de acceder a su interior se podrá ver la enorme cúpula que alberga el chapitel, así como otros elementos de interés: sargas, retablos y, especialmente, la capilla funeraria del Duque de Peñaranda, Juan de Zúñiga y Avellaneda.



 
Lo que fuera el antiguo monasterio es hoy ocupado por la congregación femenina Iesu Communio, que además ha levantado, no sin cierta polémica, un edificio de factura moderna. Esta orden de reciente creación, escindida de las clarisas, destaca por una sorprendente vitalidad (muy alejada de las de otras órdenes) y, para el visitante ocasional, por la fabricación y venta de repostería que ha adquirido cierta fama.

Nota: en verano de 2015 habían finalizado las obras de restauración, pero no existía un programa de visita al interior.

lunes, 25 de mayo de 2015

Antiguos monasterios burgaleses: Santa María de los Valles de Torresandino

Volvemos a publicar el artículo dedicado a una de nuestras antiguas ruinas monasteriales menos conocidas, las del monasterio de Santa María de los Valles de Torresandino, aprovechado que recientemente, por fin, he podido cursar una visita a sus ruinas.
 
El acceso a este escondido lugar se realiza por una pista que nace en el pueblo de Torresandino y que transcurre paralela al río Esgueva. Pasado más de dos kilómetros nos desviamos más del río ganando altura; hasta llegar a la todavía importante mole de la iglesia gótica del antiguo monasterio. También se puede llegar desde el pueblo de Villovela de Esgueva, por un camino que pasa junto a la ermita de Santa Lucía y su enorme moral.
 
 
 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Eremitorios altomedievales de Burgos: San Pedro de Argés

Aunque son más conocidos los vecinos ejemplos de Valderredible (Cantabria) y Palencia, en Burgos también existen numerosos ejemplos de eremitorios altomedievales. Incluso se puede establecer una continuidad geográfica desde la zona de las Tuerces Palentina hasta el condado de Treviño. Algunos expertos se atreven a hablar incluso de una Capadocia Cantábrica.
 
Cuando se habla de eremitorios altomedievales estamos hablando de pequeñas cavidades excavadas en rocas blandas a las que se les da una configuración de iglesia más o menos elaborada. Estos lugares serían el centro de referencia de pequeñas comunidades eremíticas establecidas en torno a los siglos IX y X, aunque también las hay anteriores.
 
Recientemente, algunos autores apuestan más por la denominación de iglesias rupestres, asumiendo que, más que corresponder a una población eremítica, lo que estamos observando es más bien los restos de antiguas poblaciones; considerando que las otras edificaciones de los poblamientos serían menos resistentes al paso del tiempo y habrían desaparecido. De este modo, iglesias como las de San Bernabé en Sotoscueva o Nuestra Señora de la Peña en Tosantos serían herederas de estas primitivas iglesias.
 

lunes, 18 de mayo de 2015

Ruta de senderismo: La sierra de Oña

(Volvemos a publicar un artículo antiguo totalmente reformado y actualizado)
 
La sierra de Oña, y más en concreto la Mesa de Oña, es una elevación fácilmente distinguible desde las parameras del centro burgalés. En contraprestación, desde este lugar se tienen muy buenas vistas de toda la comarca de La Bureba. Hoy caminaremos por esta zona que supone el inicio de los Montes Obarenes; por un paisaje de prados, arbustos y arbolado de diversas características.
Dificultad: Media. El ascenso inicial se puede hacer duro por lo prolongado del mismo.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Más bien fácil en general. Es un pelín complejo encontrar la mejor opción para subir a La Mesa.
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 4 horas y 45 minutos (17  kilómetros) (sin acceso a la mesa de Oña se reduce aproximadamente en 1 km y media hora, respectivamente).
 
Situación
 
La mejor opción para llegar a Oña desde Burgos es la clásica combinación Briviesca-Cornudilla. También se puede acceder por la carretera de Poza. El punto de inicio se sitúa en la plaza del padre Cereceda, a escasos metros del Monasterio de San Salvador de Oña.
 

 

viernes, 15 de mayo de 2015

Eremitorios altomedievales: las Gobas de Laño

Vamos a terminar este recorrido por el Condado de Treviño con la visita a las llamadas “Gobas” de Laño. Se trata de un relativamente alto número de estructuras altomedievales excavadas en la roca, con un categoría y grado de conservación que las han convertido en uno de los elementos patrimoniales de mayor interés de todo el enclave.
 
Las “Gobas” (denominación que parece provenir del euskera Goba – cueva) se encuentran en la base de las escarpadas laderas calizas del lado derecho del estrecho valle que conduce a Laño. En el lado izquierdo se localiza otro grupo rupestre, Santorcaria, de interés algo menor y de acceso algo más complejo; y que por diversas razones no incluimos en esta visita.
 
Área de Santorcaria visto desde "Las Gobas". Obsérvese como el fondo del valle es utilizado como vivero de árboles.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Iglesia de Saraso

La iglesia de Saraso tiene una estructura con origen en el románico tardío, aunque muy alterada por reformas posteriores. La podemos descubrir gracias a la presencia de algunas ventanas de arco ligeramente apuntado.
 


 
 
Y sobre todo en una portada más bien sencilla que concentra su interés en los capiteles. Entre sus escenas existen algunas de martirios, eventos de caza o episodios bíblicos.
 


 
 
No podemos dejar de destacar la puerta, con un claro sabor a añejo, y la propia forma de la jamba.
 
 
 
En algunos sillares se distinguen inscripciones, lo que puede implicar la utilización de antiguas estelas romanas.
 
 

lunes, 11 de mayo de 2015

Ermita románica de San Vicentejo de Treviño

Desde el camino que conduce a Ochate ya se puede distinguir, si se sabe hacia dónde mirar, el pueblo de San Vicentejo y, especialmente, su conocida ermita románica de la Purísima Concepción. Este pueblo se ubica por el paso principal que comunica Treviño con Vitoria (no en vano estamos a unos 10 kilómetros de dicha ciudad).
 
 
Estamos sin duda ante una los templos románicos más interesantes de toda la provincia. El edificio, como algunos otros de su categoría, destaca desde el primer momento por la impresión general de armonía y calidad de construcción. A ello contribuye también el hecho de que se encuentra algo apartada del casco urbano, sin interferencias que dificulten contemplar su perímetro.
 
 
No obstante, aunque la nave y la portada, más bien sencilla con sus siete arquivoltas, se limitan a cumplir este patrón, el conjunto del ábside muestra multitud elementos originales que el maestro logró incorporar con gran habilidad, como si quisiera demostrar hasta donde llegaban sus dotes.
 
Dividido en cinco tramos, separados ya por curiosos contrafuertes de base poligonal, en cada uno de ellos observamos arcadas apuntadas; estando los tres centrales ocupados por ventanas abocinadas. Por encima de las ventanas aparecen curiosos resaltes decorados, apareciendo en uno de ellos dos misteriosas figuras. Por encima de los resaltes el constructor diseñó una culminación a base de una complicada arquería de arcos ciegos trilobulados, integrando hábilmente capiteles intermedios en el arranque de cada uno de ellos. La escultura, con base de motivos vegetales, es sencilla pero muy bien trabajada, demostrando también la alta capacidad del artista que aquí intervino.

 
El fuerte contraste entre lo que encontramos en el ábside y en el resto del templo han hecho plantear a los expertos el hecho más que probable que el plan original fuese mucho más ambicioso; teniéndose luego por alguna razón que modificarlo para concluir el edificio de manera correcta y elegante pero mucho más sencilla. Resulta interesante imaginar cómo hubiese sido en este caso, aunque nunca lo sabremos.
 

El interior, al que lamentablemente no pudimos acceder, obedece a los mismos patrones descritos, aunque con mayor riqueza ornamental. La originalidad e importancia de San Vicentejo, obra singular dentro del románico castellano, destaca aún más por la ausencia de ejemplos de calidad en el entorno; hechos todos ellos que permiten clasificar a esta fábrica incluso como enigmática.
 
Cerca de la portada aparece una inscripción fundacional en cuya interpretación, en general, se tiende a aceptar la fecha de 1162, aunque pudiera ser algo posterior. Dentro de las teorías explicativas acerca de las relaciones de este templo, parece estar vinculado con el románico borgoñón, con lejanas similitudes a lo que encontramos en algunos puntos de los templos de Oña y Cardeña.
Más información en la web Románico Digital.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Regreso a los pueblos del silencio: Ochate

Probablemente sea Ochate, de lejos, el pueblo abandonado de Burgos sobre el que más se ha escrito. No obedece este interés, sin embargo, al propio pueblo, sino a la supuesta leyenda negra que arrastra: epidemias, desapariciones, fenómenos paranormales...; que han atraído hacia el lugar a buen número de visitantes amantes de lo esotérico.
 
No vamos aquí a entrar en detalle en  casa una de estos supuestos hechos, que ya hay suficientes sitios en internet que tratan de ello. Tampoco vamos a entrar a rebatirlos, aunque los análisis serios han mostrado que estas "anomalías" no se han podido demostrar, cuando no son directamente falsas. También es cierto que, en mi opinión, desde el momento en que una persona cree en algo de este tipo, es "en cierta medida" verdadero para esa persona. 
 
A lo que queda de Ochate se puede llegar mediante un bonito y corto paseo desde el pueblo de Imiruri, siguiendo un camino en trance de desaparecer. Aparece recostado en una ladera, junto a un arroyo que ha perdido buena parte de su cauce.  
 
 
Apenas se encuentran algunos muros de sus escasísimas casas.

 
Y lo más característico es la torre de su antigua parroquial, enhiesta y aislada en medio del paisaje. Los creyentes de extrañas teorías ubican en esta torre el centro neurálgico de sus teorías.

 
A escasos trescientos metros, ladera arriba, de Ochate se ubican las ruinas de la ermita de Burgondo, lugar de romería anual (según parece aún se mantiene) de lo pueblos de las cercanías agrupados en cofradía documentada desde el siglo XVII.

 
No voy a negar que el que suscribe sintió cierta inquietud al visitar este lugar, aunque totalmente explicable conociendo lo que se cuenta del lugar y teniendo en cuenta que siempre inquieta visitar en soledad un sitio de este tipo.
 
En realidad el devenir histórico de Ochate se puede explicar de manera mucho más común y similar a la de otros pueblos en situación parecida. En general los núcleos ubicados en lugares apartados, con mala comunicación y escasos recursos siempre se han desarrollado menos, han alcanzado menor población y han sido los primeros expuestos a la despoblación. Desde luego en este blog hay varios ejemplos de este tipo, en los que uno se pregunta, en cierta medida, "a quien se le ocurrió fundar un pueblo aquí".
 
Según parece en Ochate hubo un primer poblamiento altomedieval, para pasar a ser uno de los numerosos despoblados documentados en los siglos XIII y XIV. Sin embargo, el lugar se recupera en el siglo XVI, fruto de su ubicación en un camino que comunicaba con las tierras alavesas. Es en este periodo en el que se produce el mayor desarrollo, coincidiendo con la edificación de su iglesia (la cual, no obstante, tenía bastantes elementos románicos que evidencian un edificio anterior, en especial su portada; que como ya sabemos se encuentra actualmente en Uzquiano).
 
Lo que ayudó al repoblamiento de Ochate fue también lo que causó su eventual desaparición. A partir del siglo XIX se promueve un camino más directo hacia Vitoria que queda bastante apartado de Ochate y que se corresponde con la actual carretera. Poco a poco se va produciendo un lento goteo de emigrantes, en especial hacia el pueblo más cercano, Imiruru. Hacia este pueblo se dirigió el último habitante de Ochate en el año 1934.
 
Durante un tiempo algunos edificios fueron utilizados como corrales. La iglesia avanzó en su ruina, ayudada por el expolio y un incendio.  También hacia Imururi fueron buena parte de sus bienes muebles. Desde la década de los Ochenta se empezó a difundir la imagen de Ochate como lugar de experiencias paranormales, con la presencia de un supuesto ovni. La presencia de algunos desaprensivos junto con a la clásica acaparación de materiales de construcción desde lugares cercanos han hecho que ya sea poco lo que queda ya de sus casas.
 
Para mayor información sobre todo lo relacionado con Ochate basta con buscar por internet. Recomiendo leer especialmente la interesante, amplia y documentada web www.ochate.com. También podéis leer el artículo del siempre recomendable blog de Zález.
 
Aunque, de momento, en esta serie de artículos Ochate es el único despoblado que visitaremos, queremos resaltar que el Condado de Treviño es una de las áreas burgalesas que ha sufrido mayor despoblación. Este efecto ha sido especialmente intenso en las áreas alejadas del cauce del río Ayuda; de modo que se pueden contabilizar hasta 15 núcleos con menos de 10 habitantes, demás de los ya despoblados y abandonados Caricedo y Ochate.

lunes, 4 de mayo de 2015

Iglesia de Uzquiano

Volviendo al Condado de Treviño, paramos en el pueblo de Uzquiano para visitar una sencilla iglesia de estilo románico tardío; en el que lo más llamativo es la existencia de dos portadas en el mismo muro. La original aparece protegida por un atrio relativamente moderno, mientras que la que aparece insertada al lado de la anterior procede del relativamente famoso y cercano pueblo abandonado de Ochate.
 
 
Especialmente sencilla es la primera de ellas, compuesta de seis arquivoltas. La que procede de Ochate, aquí trasladada en 1964, da acceso a una estancia que funciona como baptisterio. Muestra una decoración más trabajada a base de acantos y florones en dos de sus arquivoltas. En los capiteles aparecen motivos figurados, aunque en general bastante deteriorados.