miércoles, 24 de noviembre de 2021

Lagunas de Gayangos o de Antuzanos

Las lagunas de Gayangos son un interesante conjunto de pequeños lagos de origen tectónico situadas a medio camino de las localidades de Gayangos y Bárcena de Pienza. Conocidas también como lagunas de Antuzanos, constituyen la mejor zona húmeda de toda la provincia, si exceptuamos el embalse del Ebro, y son el único lugar provincial de cría para especies tan escasas y valiosas como el zampullín cuellinegro, el porrón común o el pato cuchara.


Su peculiaridad geológica le confiere un suministro casi continuo de agua, lo que hace posible que las aguas de las lagunas de Gayangos sean profundas y sufran muy pocas oscilaciones, con lo que se favorece el crecimiento de una vegetación que tiende a distribuirse en orlas concéntricas.
 
 
Cuenta la tradición que el origen de estas lagunas se debe a un antiguo pueblo que existía en este punto, Antuzanos, y que fue castigado con una inundación por maldecir a la virgen. 

 

Lo que sí que es verdad es que en este lugar existió en la edad media el monasterio de Santa María de Antuzanos, tal y como lo atestigua un documento de adhesión a San Millán de la Cogolla.


También cita este hecho el artículo de 1887 que mostrábamos en nuestro anterior post, referido al Balneario de Gayangos, y que dice lo siguiente:


"Entre las varias curiosidades que tiene este pueblo y que me han movido a escribir estas líneas están cinco pozos o lagos de los que uno mide 400 áreas aproximadamente, y tiene unos 5 metros de profundidad. Sus aguas con claras y transparentes, sin que aumenten ni disminuyan en invierno ni en verano. No tienen comunicación con río alguno, viéndose en ellos abundantes anguilas, sangujas, y barbos de dimensiones extraordinarias. Antiguamente hubo una pequeña barca para recreo de los bañistas, pero hubo de sumergirse por las desgracias que ocasionaba a jóvenes inexpertos. Próximo a este lugar, en la montaña de Mediodía que da vista a Medina de Pomar, existió en el siglo XIII el célebre santuario de Nuestra señora de Antuzanos, que fue destruido en el año 1850."
 

 

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Ermita de la concepción de Tablada del Rudrón

Acercarse a este templo es una escusa tan buena como cualquier otra para tomar el carreteril que, desde Tubilla del Agua, nos permite remontar un buen tramo del alto Rudrón. Nos encontramos con un cañón tal vez no tan espectacular como lo que vemos río abajo, pero sin duda interesante pues se alterna el paisaje semiárido del páramo con bosques de valor sorprendente.
 
 

A los cinco kilómetros llegamos a Tablada del Rudrón y el primer edificio con el que nos encontramos es esta sencilla ermita. Muestra signos de haber sido reconstruida parcial o totalmente; careciendo de la primitiva cabecera. 
 
 
En el hastial occidental de la ermita se dispone, en torno a una estrecha saetera, una remontada ventana de arco de medio punto doblado. En la cesta del lado izquierdo se disponen tres personajes formando una enigmática escena, con dos de ellos de pie, el izquierdo tocado con una especie de bonete y ataviado con corta saya y manto, uno de cuyos pliegues recoge con su diestra, mientras parece dirigir su otro brazo, fracturado, hacia la cabeza de la figura central. Ésta, lamentablemente descabezada, viste ropas talares, porta un manípulo en su muñeca izquierda y alza ante su compañero un muy perdido objeto cilíndrico, quizá un cirio; tras él, y en una forzada y grotesca contorsión, se dispone un tercer personajillo, aparentemente desnudo. Con todas las reservas posibles, quizá nos encontremos ante una escena de exorcismo. 
 



En el capitel derecho se recurrió al tema del personaje dominando leones, en este caso afrontados y compartiendo cabeza en el ángulo de la cesta. Otro pequeño relieve, arbitrariamente incrustado en el paramento del hastial, al norte de esta ventana, muestra un personajillo barbilampiño y con cabellera partida en actitud frontal, ataviado con sayón y capa. 
 


Sin duda es la portada meridional, abierta en un antecuerpo de sillería, el elemento más destacado del conjunto. Se compone de arco de medio punto cerrado con un tímpano levemente apuntado, de interesante iconografía, no tanto por su calidad plástica, como por el tema escogido. Aparece una representación de las Armas Christi o Cristo triunfante mostrando las llagas y acompañado por dos parejas de ángeles con los instrumentos de la Pasión. El tema se repite en algunos templos Palentinos.
 



miércoles, 10 de noviembre de 2021

Ruta de senderismo: la Sierra de Árcena


El apartado y semidesconocido municipio de Jurisdicción de San Zadornil presenta unos valores naturales variados y en ocasiones sorprendentes; fruto de su orografía y su situación geográfica. En la larga ruta de hoy recorreremos buena parte de las ladera de la Sierra de Árcena burgalesa, descubriendo sus paisajes y sus bosques, en un recorrido que, si se realiza en otoño, puede catalogarse como uno de las más desconocidos e interesantes del panorama provincial. 

 Dificultad: Alta. Si se evita el ascenso al Revillallanos la dureza baja sensiblemente, pasando a ser media-alta.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Buena, salvo en el tramo de ascenso al Revillallanos
Belleza: Muy Alta.
Tiempo y distancia: 6 horas y 19 kilómetros (incluyendo el ascenso al Revillallanos)




miércoles, 3 de noviembre de 2021

Ruta de senderismo: El Pozo Negro y el Tejo Milenario

La sierra de la Demanda burgalesa constituye una inusitada comarca en el que aún podemos disfrutar de parajes alejados de cualquier núcleo de población, con cumbres que rondan los 2000 metros y profundos valles cubiertos de bosques caducifolios. La laguna de origen glaciar del Pozo Negro, muy cerca del límite con la Rioja, constituye uno de los destinos de mayor interés, pero hoy combinaremos el acceso tradicional con la búsqueda de uno de los árboles más longevos de la provincia, formando una ruta circular que nos permitirá disfrutar de sendos valles.

Dificultad: Alta 
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Regular 
Belleza: Muy alta 
Tiempo: 7 horas (17 kilómetros)

Situación. 
 
Para acceder a Fresneda de la Sierra Tirón tenemos dos opciones. Por una parte podemos seguir la N-120 hasta Belorado, y desde allí tomar la comarcal que une este núcleo con Pradoluengo. Muy cerca de este último municipio tomamos, a la derecha, la pista que a través de Villagalijo enlaza con la carretera que lleva a Fresneda y Excaray. Otra opción es tomar la carretera que, naciendo en Ibeas de Juarros, y a través de Arlanzón……

Una vez en Fresneda, y tras pasar el puente sobre en incipiente Tirón, antes de afrontar las primeras rampas del alto de Pradilla hemos de tomar la pista de tierra, en razonable buen estado, que en unos 5 kilómetros nos lleva al señalizado lugar de Tres Aguas, en donde se ubica un refugio.

Puntos de Interés

Valles de Montaña. Bosques de ribera. Arroyos con sus caídas de agua. Bosques caducifolios. Vistas desde el cordal. Tejo Milenario. Pozo Negro.

Descripción de la Ruta

Tres Aguas, punto de confluencia de tres canales serranas (Ricumbea, Pozo Negro y Rehoyo), se considera el nacimiento tradicional del rió Tirón, cauce que tras un recorrido de 65 km en sentido norte vuelca sus aguas en el Ebro, no sin antes regar parte de las tierras de la Rioja Alta. Desde Tres Aguas tenemos dos caminos. El de frente, algo menos marcado, es el que seguiremos, y el de la derecha por el que regresaremos al punto de partida. 
 
Este primer camino nos adentra en el Barranco de Rehoyo pero, al cabo tan solo de unos 500 metros, abandonamos el mismo por un puente de piedra que cruza el cauce hacia la izquierda. El nuevo camino, más rústico, discurre prácticamente paralelo al anterior, pero por el otro lado del arroyo. 
 
Llevaremos poco más de un kilómetro andado cuando desde la izquierda se nos une un arroyo relativamente caudaloso, caracterizado por una bonita cascada que se observa a unos cinco metros. Para continuar hemos de retroceder unos metros, siguiendo la señalización del sendero del tejo milenario, realizada hace unos años. 
 
Deberemos cruzar al poco el arroyo, De manera que lo dejaremos a nuestra derecha. Por momentos se ven los restos de un antiguo camino prácticamente perdido que remonta el Barranco de Zarzabala, acompañados de un denso y bello hayedo. 
 
Tendremos que superar el cauce en varias ocasiones hasta que al cabo de unos dos kilómetros y medio unos hitos de piedra nos indican que hemos de remontar la empinada ladera derecha. No mucho después giramos hacia la izquierda de manera que nos aproximamos algo al río alcanzando un notable ejemplar de tejo acompañado de otro de menor tamaño. 
 
A continuación superamos un saliente y bajamos un poco hacia un tejo de mucho mayor tamaño, el mayor de la provincia, con sus casi 10 metros de perímetros de tronco y su edad que puede acercarse al milenio. Tras contemplar este venerable ejemplar, rastro de un pasado muy lejano seguimos sin variar mucho de desnivel hasta alcanzar de nuevo el curso de agua. 
 
El camino continúa en sentido contrario al otro lado del vallejo, siguiendo con su ascensión. Al poco llegamos a un calvero en la zona conocida como cocina del Cura. De frente iniciaríamos un sendero que nos conduciría al barranco del Poco Negro en su tramo final, pero nosotros tenemos que tomar el camino que asciende más directamente, hacia nuestra izquierda. 
 
En realidad, y este es el tramo más complejo de la ruta en cuanto a orientación, hemos de buscar un sendero, o en su defecto buscar el ascenso por la arista entre valles, siempre rodeados de hayas, con tendencia hacia la izquierda. De esta manera y sin mayor novedad salimos del bosque y tenemos la primeras vistas del Pico Otero y cimas circundantes: Toborlaza, Campos Blancos… 
 
Seguimos ascendiendo por la arista, ahora hacia la derecha, por una pendiente llevadera. Alcanzamos la poco marcada cima del Lagunitas, a unos 1800 metros, y de frente la mole del Zarzabala que empezamos a remontar. No obstante antes de llegar arriba el sendero de forma natura lo bordea por la izquierda evitando este esfuerzo adicional. Con ello nos incorporamos al cordal principal de la Sierra de la Demanda Burgalesa, que hacia la derecha nos acabaría conduciendo hasta el Pico San Millán. 
 
Nosotros seguimos hacia la izquierda viendo al fondo el pico Otero. Ahora descendemos teniendo a nuestra derecha los valles del alto Pedroso y a la izquierda los que alimentan el río Tirón. Llegamos a bajar hasta unos 1800 metros de altitud y afrontamos la fuerte pendiente final. Un primer tramo nos deja en el Toborlaza, a unos 1950 metros de altitud. Ahora llaneamos hasta alcanzar el cruce con las señales del sendero de largo recorrido GR “Dos Aguas”. En esta ocasión optamos por no ascender hasta el Pico Otero reduciendo algo el esfuerzo global del recorrido. 
 
De esta manera tomamos el sendero GR-290 marcado por estacas, girando hacia la izquierda y bajando por una arista que poco a poco se va marcando cada vez más. A nuestra derecha aparece ya el llamado “Pozo Negro”, una pequeña laguna cuyas aguas en realidad tienen color turquesa. Un fuerte giro nos acaba dejando a la vera del lugar. Si el tiempo lo permite el borde de la laguna es un buen lugar para disfrutar de un merecido descanso. Llevaremos algo más de 8 kilómetros de recorrido. 
 
Desde este punto alcanzamos el desagüe del lugar, protegido por una artesanal presa. A la derecha del incipiente arroyo localizamos una nueva vereda que se aleja un poco del mismo, aunque en unas decenas de pasos gira bruscamente a la izquierda y se interna rápidamente en el hayedo. Desde aquí los montones de piedras y las pinturas de color rojo y blanco nos guían para continuar la ruta a través del umbrío bosque. Los primeros metros son los más complicados, ya que la pendiente es pronunciada y los resbalones están a la orden del día. En este primer tramo un pequeño desvío nos permite contemplar una bonita cascada. 
 
Serán unos 3 kilómetros por el precioso bosque, acercándonos y alejándonos sucesivamente del arroyo, que deberemos cruzar en varias ocasiones, a veces con ayuda de troncos. El avance, pese a ser en descenso, se hace un tanto pesado, pues estaremos en un continuo sube y baja con riesgo de resbalones y tropiezos, sobre todo teniendo en cuenta que a estas alturas estaremos un tanto cansados.

Afortunadamente a cada paso surgen nuevos rincones invitan a ser contemplados. Sorprende, por ejemplo, la presencia de gran cantidad de líquenes; lo que habla de la pureza del aire que se respira. Finalmente, muy cerca de una confluencia de varios barrancos el sendero remonta unos metros otro barranco hasta la altura de otro rústico puente. Al otro lado desembocamos, en un marcado camino, a la altura de una cerrada revuelta, que desciende desde el pago de La Cocina del Cura. Tomamos este camino, conocido como de San Antonio, de manera que sin cambiar de dirección y en unos 3 kilómetros adicionales alcanzamos por fin el refugio de Tres Aguas.

Comentarios

Estamos ante un trazado muy bonito pero hemos de tener en cuenta que presenta cierta dureza; mitigada si acaso por su moderada longitud total. No en vano el desnivel supera los 800 metros. El tramo anterior y posterior al Tejo puede hacerse un poco desesperante aunque si no perdemos la paciencia lo superaremos sin demasiados contratiempos. En todo caso no aconsejo realizar la ruta con niebla, sobre todo si no disponemos de GPS.  La época recomendable es sin duda el otoño, pero también ha de ser muy bonita en primavera y verano, y, para los más aventureros, en invierno.

Resulta mucho más habitual el ascenso y descenso directo a Pozo Negro, por el camino empleado aquí para terminar la ruta, que se puede combinar con el acceso al Otero, de 2040 metros y que hace frontera con La Rioja. Si se dispone de dos vehículos se puede realizar esta ruta con mucha mayor facilidad, ya que el Otero se encuentra a tan sólo un par de kilómetros del alto de La Cruz de la Demanda, al que se accede desde Ezcaray.

Track de la ruta (En la zona de la cocina del cura recorridos algunos metros de más, siendo evidente que se podría haber recortado algo). 
 
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Vídeo con imágenes del recorrido