miércoles, 20 de diciembre de 2017

Regumiel de la Sierra

Regumiel de la Sierra se ubica al pie de la ladera sur del pico Muñalba, ya en el límite con Soria, inmerso en el mar de pinos que ocupa buena parte de la comarca. La casualidad ha querido que aquí se produzca un encuentro entre hombre y dinosaurios; no en el tiempo, sino en el espacio.


Vista general de la necrópolis antes y después de la intervención.
El primer punto de interés lo encontramos en la peña sobre la que se asienta la iglesia parroquial; y es que en su rocosa superficie son perfectamente visibles los restos de una necrópolis alto-medieval, formando una interesante estampa en conjunción con el templo del siglo XVI.


Dado que los enterramientos bordean una parte del templo, no es descabellado interpretar que la actual iglesia sea heredera de una primitiva contemporánea de los enterramientos. De este modo se puede deducir que, al contrario de lo ocurrido en otros yacimientos de este tipo, ha existido una continuidad en el poblamiento del lugar desde aquel lejano siglo IX o X (o quizás incluso un periodo anterior).


En esta imagen se aprecia cómo la iglesia interrumpe la continuidad natural de los enterramientos.
Los enterramientos en roca de Regumiel, pese a ser perfectamente visibles y conocidos desde siempre (de hecho se los conocía con el socorrido apelativo de “tumbas de los moros”), han permanecido desatendidos y semiolvidados durante bastantes décadas. Incluso sufrieron una importante agresión hace unas décadas como consecuencia de la construcción de una desproporcionada escalera de hormigón para el acceso al templo. 

Vista del pueblo desde el yacimiento de "El Frontal"; con réplica de uno de los dinosaurios que dejaron aquí sus huellas
Afortunadamente hace unos meses (hablamos de finales de 2016 y principios de 2017) se ha procedido a desarrollar un proyecto de recuperación del yacimiento; liderado por el arqueólogo Asier Pascual, con raíces en la localidad. Durante el mismo se ha procedido a un análisis en profundidad del yacimiento; del que se han identificado más de 130 enterramientos.

Vista general y detalle del yacimiento de "El Frontal"
Antes de las alteraciones posteriores pudo haber alrededor de 200, algunas sin duda situadas bajo la propia iglesia. Entre los hallazgos más notables se puede citar la presencia de un esqueleto conservado junto a un pequeño ajuar y la recuperación de varias tapas de enterramiento; hechos ambos bastante poco habituales.

Vista general del yacimiento "El Frontal II"; con el pueblo al fondo
Huellas grandes comparten el espacio con otras pequeñas
Subiendo por las calles de Regumiel hasta la parte más alta del pueblo, y justo al dejar atrás el último edificio, encontramos un yacimiento de icnitas (huellas) de dinosaurio. Hace pocos años (año 2013) se actuó sobre este yacimiento de “El Frontón” delimitando el espacio, incluyendo un panel explicativo y construyendo una réplica a tamaño real de uno de los dinosaurios que dejaron aquí sus huellas. En el afloramiento se pueden ver rastros dejados por varios dinosaurios que vivieron hace unos 120 millones de años.

Icnitas con el rastro de la cola del dinosaurio
Durante la reciente campaña de 2016/2017 se ha procedido también a una limpieza y reanálisis del cercano yacimiento de “El Frontón II” (está apenas a 500 metros del anterior). Durante los trabajos se han producido importantes hallazgos, como la identificación de icnitas producidas por el arrastre de cola y, sobre todo, por la localización de miles de huellas de pequeño tamaño (pequeños dinosaurios o crías) que hasta ahora habían pasado desapercibidas (tanto que a esta parte del yacimiento se la ha bautizado con el significativo nombre de “pista de baile”).


Centenares de pequeñas huellas
El proyecto municipal se ha completado con una puesta en valor de ambos yacimientos. Se ha instalado señalización, atriles informativos e infografías en español e inglés para facilitar una visita autónoma, y Códigos QR con acceso a audioguías y contenidos adicionales. Además, en la necrópolis se ha colocado una réplica de un esqueleto que simula un enterramiento típico, mientras que en El Frontal 2 hay sendas réplicas de dinosaurio de tamaño pequeño.


Las "mini-réplicas" y un "dinosaurio moderno" a escasos centímetros

Para más información se puede visualizar el programa de “Cuentos en la Bruma” dedicado a estos hallazgos (primera mitad del vídeo). 

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Castrovido

A tiro de piedra de Salas de los Infantes, municipio al que pertenece, se encuentra la localidad de Castrovido. Parece derivar su nombre de un tal Vido o Vito, derivado de un tal don Vidas que colaboró con Gonzalo Gustios en la repoblación de la zona. 

Vista del castillo desde la zona de Peña Rota. En la parte baja la ermita del Carmen.
El elemento más llamativo de Castrovido es sin duda su enhiesto castillo, centenario vigía de toda la comarca. No obstante camino del mismo merece la pena callejear un poco por la localidad, que conserva buen número de interesantes elementos etnográficos de tradición serrana. En todo caso deberemos buscar el bar para que nos presten las llaves de la antigua fortaleza.




Típica chimenea serrana
A media ladera encontramos la ermita de Nuestra Señora del Carmen, antiguamente dedicada a los Santos Justo y Pastor. Se trata de un aparentemente común edificio en el que sin embargo con un poco de atención podemos observar algunos elementos arcaizantes, como unos canes en forma de modillones, que podrían indicar que aquí hubo un edificio románico o incluso prerrománico. Esta teoría se ve reforzada por la existencia a escasos metros de algunos sepulcros antropomorfos excavados en la roca.



El sendero de ascenso transita por un bosquete de esbeltos robles. En una roca encontramos esculpido un moderno relieve dedicado al fallecido Angel Garcia Sorejo, uno de los fundadores de la Asociación de Amigos del Castillo de Castrovido. Fue esta asociación la que impulsó el proyecto de restauración de la torre, que empezado el siglo amenazaba caer en una ruina definitiva.


La intervención, no exenta de cierta polémica, se realizó con hormigón, vidrio y acero. El objeto fue coser e integrar los muros existentes en una estructura que ofreciera una idea de cómo pudo ser el edificio original. También se recuperó la puerta de acceso original y se realizó un cierre que permitiera cierto uso del espacio interior. Se ejecutó en el año 2005.


La torre como tal es prácticamente cuadrada. Los materiales son más bien de baja calidad. De hecho el expolio de los mejores sillares esquineros fue probablemente la causa de la llegada a una situación crítica para el monumento.




Los vanos son muy escasos, aunque una ventana de cierto tamaño abierta al sur parece ser indicio de una reforma tardía del edificio, que originalmente pudo edificarse a caballo de los siglos XIV y XV. Como por esa época el pueblo estaba en la órbita de la familia de los Velasco, es más que probable que fuera esa estirpe la que erigiese el castillo.


Los análisis realizados parecen corroborar que la fortaleza original ocupaba todo el cerro, extendiéndose al menos unos veinte metros hacia los lados NO y SE. Hacia este lateral encontramos una enigmática pileta circular labrada en la roca, de desconocida adscripción para el autor de este blog.



Existen indicios de que este cerro fue ocupado como elementos defensivo desde la antigüedad. Pudo establecerse aquí una torre en época romana para controlar una cercana vía. Muchos siglos más tarde se erigió aquí un primera torre altomedieval, en el proceso de avance hacia el Duero a finales del siglo IX. Sufrirían los defensores de esta torre el paso de una de las razzias de Almanzor, de la que consiguieron salir con cierta holgura.



Como en la mayor parte de los castillos de nuestra provincia, el castillo de Castrovido dejó de tener utilidad al entrar en la Edad Moderna. Ya desde finales del siglo XVIII los libros reflejan una evidente ruina que afortunadamente no ha llegado a ser total. 

Las vistas desde lo alto son excelentes. Hacia el norte se observan las boscosas laderas de la sierra de Neila. En primer plano las instalaciones de la obra de la presa de Castrovido.

Más información en la excelente página Castillos del Olvido. 

jueves, 7 de diciembre de 2017

Hoyuelos de la Sierra

Se encuentra Hoyuelos de la Sierra a caballo entre Salas de los Infantes, municipio al que pertenece, y el valle de Valdelaguna. Dos son los elementos de interés de la localidad. El primero que mencionamos es una torre restaurada hace unas décadas poco antes de acabar en una ruina total.


Durante la restauración desaparecieron los restos de un palacio, ya totalmente perdido, dando paso a un edificio moderno anexo, con cierto gusto según mi opinión, al edificio medieval. Resulta éste de difícil adscripción, aunque al haber pertenecido la localidad a la familia de los Velasco, se considera que pudo haber sido erigido por tal familia. 


La torre está levantada en piedra arenisca de la zona. Como es habitual, la mejor calidad se concentra en esquinas y vanos. Muestras las ventanas cierto interés estético. A bastante altura aparecen unos canes aparentemente sin función, aunque pudieron ser soporte de matacanes previos a un eventual recrecimiento posterior del edificio. 



Desde las cercanías de la torre es fácil identificar el otro elemento interés de la localidad: la iglesia parroquial. Nos fijamos específicamente en su románico, concentrado especialmente en su portada. 

La sierra del Mencilla aparece detrás de la iglesia.
Es ésta una muestra de sencillez no exenta de cierta calidad de la labra. Se compone de tres arquivoltas en la que la más trabajada es la exterior. La decoración de los capiteles se realiza a base de animales fantásticos pareados; una simbología bastante habitual en otros templos.


En el interior existe una bonita pila bautismal contemporánea de la portada, aunque no he podido verla al ser complicada la visita al interior de este templo.