martes, 6 de noviembre de 2018

Ruta de senderismo: La Hoya de Huidobro y Cortiguera

La hoya de Huidobro es un asombroso paraje natural ubicado en pleno páramo de Masa consistente en una pequeña cuenca hidrológica completamente orientada al norte y protegida de los rigores del altozano, lo que confiere un carácter climático absolutamente diferente y permite que sus laderas estén cubiertas de un interesantísimo bosque caducifolio. Tras su relativamente reciente integración en el Parque Natural de las Hoces de Alto Ebro y Rudrón, hoy podemos recorrerla merced a varios senderos señalizados.

La propuesta que hoy mostramos tiene dos variantes: una más sencilla que se limita exclusivamente a la hoya propiamente dicha, y otra más larga que permite enlazar con el pueblo de Cortiguera, uno de los más emblemáticos pueblos despoblados (aunque no completamente) de nuestra provincia.

Dificultad: Baja la opción corta. Media la opción larga, en la que los problemas vienen dados por la distancia y por la acumulación de tramos en subida.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil.
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas (11 kilómetros) la opción corta. 6 horas (22,5 kilómetros) la opción larga. No se incluye en ninguno de los dos casos la parada para la comida.





Situación.

Hay que salir de Burgos por la carretera C-629 en dirección a Villarcayo. Tras cruzar el páramo de Masa se llega a Pesadas, lugar donde hemos de tomar una desviación a la izquierda. En un par de kilómetros vemos como la vegetación cambia sensiblemente. Poco después encontramos el desvío a Villaescusa del Butrón, pueblo que alcanzamos rápidamente.

Esta ruta también se puede empezar desde Huidobro o desde Cortiguera.

Puntos de Interés

Pueblo e iglesia de Villaescusa del Butrón. Hayedo y depresión de Huidobro. Barranco Molinillos y su bosque. Pueblo de Cortiguera. Iglesia de Huidobro. Restos de minas de cobre.

Descripción de la Ruta

Dejamos el vehículo en la gran plaza de acceso a Villaescusa. Junto a una poco estética nave agrícola encontramos desparramadas por la loma las vetustas casas de este pueblo, que en otras circunstancias podría ser uno más de los bellos pueblos de la zona. Abundan casas con entrada de medio punto y buena sillería, aunque muchas en ruinas y con los escudos perdidos. Afortunadamente da la impresión de que el proceso de deterioro se ha detenido, con varias casas restauradas y otras con ruinas más o menos consolidadas, fruto del afán de los vecinos y allegados al lugar.

Para empezar a caminar tomamos la calle que continúa a continuación del pilón (hay un cartel descriptivo de la ruta), con buenas muestras de los elementos constructivos que acabamos de citar. Dejamos atrás el pueblo siguiendo un camino recientemente rehabilitado que pasa junto a un antiguo lavadero. Al otro lado de las tierras de labor observamos las primeras muestras de un maduro hayedo. En unos cientos de metros llegamos a la confluencia con otra pista, ya en el borde del citado bosque.

Disfrutamos de las primeras estampas del hayedo hasta que al cabo de algo menos de un kilómetro, en las proximidades de un pequeño pinar de repoblación, alcanzamos un primer cruce. La opción derecha muere rápidamente en una tierra de labor, así que seguimos recto. Pero casi inmediatamente llegamos a una nueva bifurcación. Seguimos en este punto por la derecha (volveremos por la otra opción) y entramos en un tupido robledal formado fundamentalmente por ejemplares jóvenes. 

Al principio vamos en claro descenso, pero luego empezamos a ascender. En esta zona tenemos un punto con buenas vistas de la hoya de Huidobro, aunque la mala luminosidad las hacen desmerecer un poco. Identificamos no obstante las hayas en las laderas contrarias y los robles en las más cercanas. Todo es arbolado. Afrontamos una subida bastante fuerte pero no mucho después llaneamos por un camino, casi sendero, que parece hacer sido reacondicionado hace poco. En esta zona hay algunos ejemplares llamativos de roble.

Seguimos el sendero más marcado, ayudados por las marcas de pintura blanca y amarilla del sendero de pequeño recorrido. Pronto afrontamos una clara bajada, con algunas curvas de herradura. En la parte final del sendero el paisaje se vuelve a abrir. Podemos así comprobar que el fondo de la hoya está ocupado por prados. Identificamos también el menguado pueblo de Huidobro, a la sobra de peña Otero y sus aerogeneradores.

El sendero termina a la altura de un camino más ancho. Desde aquí tenemos dos opciones. La primera consiste en seguir el camino hacia la izquierda hacia el citado pueblo, lo que implica aproximadamente un kilómetro de llevadero ascenso. Si optamos por esta variante más sencilla, deberemos obviar los siguiente párrafos, hasta que se haga mención a Huidobro.

La opción más ambiciosa implica girar a la izquierda, justo en la boca del barranco de Molinillos. Se trata de una estrecha y alargada garganta que nos ofrece preciosas estampas debido al arbolado, al arroyo y a las paredes rocosas. Son muy abundantes las hayas e incluso se observan algunos tejos. Cruzaremos varias veces un pequeño pero agradable arroyo.

Tras algo más de un kilómetro por el desfiladero, y de forma casi imperceptible se nos une por nuestra derecha el barranco Turrientes. Pese a que su fondo está seco y ser de menos entidad que la garganta que venimos recorriendo, el nuevo barranco pasa a dar nombre al resto de la hoz. Enseguida nos vemos obligados a alejarnos del cauce del arroyo para ascender por unas revueltas. Ello nos permite no obstante tener una buena vista del tramo de barranco que acabamos de recorrer.

A partir de este punto el camino transita por una zona más abierta y soleada. Los árboles que nos acompañan ahora son quejigos, encinas, enebros y cipreses, entre otros. No obstante en la ladera de enfrente es fácil apreciar la exuberancia del hayedo. Descendemos un poco ignorando algunas desviaciones hacia el lado derecho pasando a continuación a un tramo sin casi desnivel.

Ya en suave subida empezamos a distinguir frente a nosotros los paisajes de los cañones del río Ebro. Terminamos llegamos a la carretera Dobro-Pesquera, a la cual seguimos en su descenso tan sólo unos pasos, pues pronto encontramos la pista que conduce a Cortiguera. A lo lejos vemos ya este pueblo, en la falda del monte, y también la bella localidad de Pesquera de Ebro.

Entramos en la parte más tediosa del recorrido de hoy. La ancha pista desciende lentamente hasta el fondo del barranco Turrientes y luego afronta el fuerte ascenso camino de Cortiguera. Cerca ya de esta localidad llegamos a una bifurcación. Hacia la izquierda tenemos el acceso de vehículos al pueblo, pero decidimos tomar la de la derecha, siguiendo el trazado del sendero GR-99, Gran Sendero del Ebro.
En unos pasos localizamos una senda se asciende por una especie de túnel vegetal hasta alcanzar la primera casa de Cortiguera. Frente a nosotros aparece la semiarruinada iglesia. Para continuar hemos de seguir la calle que bordea el edificio religioso a la altura de su ábside, y continúa hacia la izquierda. No obstante decidimos dedicar unos minutos a pasear junto a las centenarias casas de este pueblo en semiabandono.

Ya en la calle citada dejamos atrás las últimas casas y llegamos al final del pueblo, justo en el punto al que habríamos llegado caso de seguir la pista de acceso de vehículos. Hacia la derecha tenemos un cartel informativo de una ruta que coindice en buena medida con la que estamos realizando, y un camino por el que hemos de ascender.

La pendiente desaparece rápidamente y vamos dejando atrás paulatinamente el pueblo. Detrás del mismo pueden intuirse los meandros que forma el cañón del Ebro. Avanzamos por un agradable tramo a la sombra de quejigos. Como vamos girando poco a poco, empiezan a aparecer de nuevo las hayas, en combinación con otros árboles. Avanzamos con facilidad disfrutando del entorno hasta que un nuevo giro nos lleva a un entorno de arbolado más seco.

Nada más superar una cadena que sirve para restringir el paso de vehículos tomamos la opción derecha en una bifurcación. Hacia dicho lado aparecen dos estrechas y pequeñas hoces. Entramos en un tramo de fuerte pendiente ascendente en el cual vuelven a aparecer de nuevo las hayas. Tras varias revueltas llegamos a una especie de collado en el que existe un cruce. El sendero señalizado sigue hacia la izquierda y desciende ya hacia Huidobro. Aún podemos ampliar aún más el recorrido subiendo hasta Peña Otero, opción que se describe en esta otra ruta que coincide en buena medida con la que hoy proponemos.

Bajamos unos cientos de metros otra vez entre robles. Al poco hemos de desviarnos hacia la derecha y bajar rápidamente hacia el pueblo. El primer edificio que observamos es la altiva iglesia, sobre una pequeña loma, aún más bonita gracias a una reciente restauración que la ha salvado de la ruina. Subimos a la misma para ver los bonitos relieves de su ábside y portada, que describimos más detenidamente en este otro artículo.

Este es un punto excelente para disfrutar de la hoya de Huidobro en toda su extensión. La única salida natural se encuentra al norte por el pequeño desfiladero que recorrimos hace un buen rato. El fondo está ocupado por las praderas que sirven de alimento al ganado vacuno de la única explotación y actividad del lugar. Todas las laderas aparecen cubiertas de excelentes bosques: Los hayedos ocupan las zonas de mayor umbría y los robles las de mayor insolación.

En primer plano observamos la confusa distribución de este pequeño pueblo. Dos grandes edificaciones más o menos modernas y bastante separadas entre sí parecen ser los únicos restos del pueblo, aunque en segundo plano existen otros edificios de aspecto más tradicional, ya sea en buen estado o arruinados. Para continuar buscamos la carretera que da servicio a la reducida localidad y subimos por la misma en dirección a la salida sur de la hoya.

La pendiente es evidente y constante, pero al ser por asfalto es llevadera. Al cabo de unos cientos de metros podemos fijarnos en las oquedades de las rocas que aparecen a nuestra derecha, a unas docenas de metros, que son los restos de antiguas minas de cobre explotadas de manera más bien artesanal y muy dura. Algo más adelante, en una curva del trazado, encontramos otras entradas de minas en el mismo borde de la carretera.

Desde aquí el hayedo se hace dominante embelleciendo el paisaje. Aún hemos de seguir subiendo una larga recta por la carretera. Cuando ya se intuye una curva de herradura encontramos a la izquierda de la pista un cartel indicando 3 km hasta Villaescusa (en realidad quedan alrededor de cuatro). Entramos así en la parte más interesante de la ruta.

Los ejemplares jóvenes, hasta este punto dominantes, se alternan con otros vetustos y retorcidos y con otros que ya cayeron al piso del bosque. Avanzamos con facilidad por el hayedo lo que ayuda a disfrutar aún más del entorno. Apenas hay variaciones de altitud. En algunos puntos hemos de estar atentos a la continuación del sendero, un tanto borroso por las hojas caídas. Las señales de pintura son siempre el principal apoyo.

Al cabo de unos dos kilómetros atravesamos una zona embarrada en las proximidades de un manantial. Desde este punto las hayas y en general el arbolado tienden a clarear poco a poco. Finalmente acabamos llegando al cruce de la parte inicial de la ruta. Ya sólo queda desandar el tramo hasta Villaescusa. No obstante en la bifurcación inicial, a unos 500 metros del pueblo, tenemos la opción de ir hacia la izquierda para ver el último tramo del hayedo (de hecho la ruta como tal está señalizada por este otro camino).

Además de lo comentado, esta opción alternativa permite tener una vista del pueblo, con la iglesia en lo alto recientemente restaurada. El camino finaliza en la carretera de acceso al pueblo, de modo que tendremos que retroceder unos metros hasta llegar al pueblo.

Comentarios

Todo el recorrido propuesto coincide con tramos con la red de senderos del Parque Natural de las Hoces del Ebro y Rudrón. En este parque se han propuesto tramos de senderos sin circunscribirlos a senderos de pequeño recorrido, de modo que se pueden plantear diversas combinaciones de variada longitud y dificultad. No obstante en el momento de realizar el recorrido (noviembre de 2017) no podemos garantizar que la señalización sea completa. 

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Track para GPS (pulsa en el círculo verde para más información)

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Vídeo con imágenes del recorrido


23 comentarios:

El tejón dijo...

Preciosa y bien documentada ruta.
Saludos.

Anónimo dijo...

vamos de vacaciones a esa zona y nos serviran de mucho tus indicaciones gracias

Montacedo dijo...

Gracias por dejar unas palabras

Anónimo dijo...

Como ya he anotado en otro hilo, cuando fui hace unos años a ver la hoya, me salieron a saludar unos enormes perros sueltos en la entrada del pueblo (menos mal que iba en coche). Me di la vuelta rápidamente. Daban miedo, de verdad.

Unknown dijo...

Un grupo de Burgos: hemos ido con el AMPA del cole, muy bonito y recomendable para ir con peques, se lo han pasado genial¡¡

Anónimo dijo...

Seguro que si los peques hubieran visto los perros que vi yo desde la ventanilla de coche, no se lo hubieran pasado genial. Al retroceder miraba por el espejo a ver si me seguían. Los perros sueltos (y más aquéllos) son muy peligrosos.

Montacedo dijo...

Me alegro que os haya gustado

Montacedo dijo...

En realidad de mi experiencia puedo decir que el 90% de los perros sueltos no hacen nada. La mayoría sólo quieren acercarse y muchos otros ladran un poco y si conservas la calma y no te acercas demasiado te dejan en paz. El problema es encontrarse con el 10% restante.

Amador dijo...

Que ruta mas guapa y que andrinas mas ricas para el pacharan casero anual . Con fotos tan buenas no hace falta ni hacer la ruta .

Anónimo dijo...

Los perros qué me salieros a recibir, me asustarón tanto, qué jamás he vuelto a intentarlo. Y no sabeis cuanto lo siento por no poder revivir los recuerdos de mi infancía
feli

Ancheloti dijo...

Con los perros sin problemas. Los dueños son los propietarios del bar, majísimos.

Ancheloti dijo...

Hasta Huidobro PRECIOSO

Ancheloti dijo...

El Barranco de Molinillos, una chulada... El de Turrientes, odioso:
No llevábamos gps y creímos habernos pasado algún barranco a la derecha. Decldimos subir la montaña de la derecha, llegamos agotados y angustiados con dos niños de 10 años.
Llenitos de garrapatas!!!

Montacedo dijo...

Lamento que tuviéseis tan mala experiencia. Intento explicarlo lo mejor posible pero hay algunas rutas poco definidas. Al menos espero que no os desanime para hacer otras salidas en el futuro. Lo de las garrapatas es típico de este periodo del año.

Anónimo dijo...

HOLA,

Acabamos de intentar hacer la ruta hoy, los perrazos que salen a recibirte son muy buenos aunque imponen.
En el bar nos dijeron que se habia perdido el camino que sale del pilón pero por la otra senda fuimos sin problemas hasta Huidobro. Nos acercamos al dolmen, está cerca y merece la pena.
Lo inesperado es que cuando nos metimos en el sendero que viene señalizado desaparece casi al final, no está marcado ni se ha mantenido, te metes en un maleza imprenetrable, estuvimos dando vueltas en todas las direcciones y al final tuvimos que ascender como buenamente podimos y volver por unas tierras de labor hasta el acceso de la carretera nacional. Fue una sensación no muy agradable así que lo sensato aunque no deseable es moverte por la carretera desde Huidobro.

Montacedo dijo...

Hola. Me parece que hay una confusión entre los perros de Villaescusa y los de Huidobro. En todo caso no estoy seguro de entender tu último párrafo. ¿Te refieres al último tramo antes de volver a Villaescusa, lo mismo que le pasó a "ancheloti"?. Habrá que pensar en retocar la crónica o plantear una ruta alternativa; aunque yo hace tres años CON GPS no tuve mayores problemas.

Lamento en todo caso que os fuese mal.

Anónimo dijo...

la hemos hecho dos veces y en la segunda tampoco encontramos la desviación de turrientes, acabas saliendo del desfiladero y volviendo tras un repecho por los campos de cultivo y orientandote por la iglesia de villaescusa. La primera vez nunca me mojé tanto..pero es uno de los sitios mas maravillosos de burgos. Amigos de Ibarrangelu

Anónimo dijo...

Nosotros hemos ido hoy desde una curva de la carretera a Cubillo de butrón, se va todo el rato por pista cómoda y ha sido muy chulo hemos llegado hasta la mina de cobre y vuelta.

Montacedo dijo...

último anónimo, el problema es el vallejo hacia el pueblo de Villaescusa. No obstante se está en proceso de señalización de una ruta muy parecida a la mía; cuando esté listo se realizará con muchas más garantías.

Anónimo dijo...

Hola Montacedo,
Sabrías si se puede cruzar el barranco Molinillos con una bici de montaña? Creo que sería una buena ruta para llegar hasta Cortiguera.
Un saludo y felicidades por este pedazo de blog.

Montacedo dijo...

Yo diría que sí, sin mayores problemas; aunque hace ya unos años que no voy por allí.

Unknown dijo...

Yo soy de Paraguay, soy descendiente de Huidobro...me gustaria conocer La Hoya de Huidobro. MUCHAS GRACIAS POR EL BLOG! MUY BUENO

Aprilio & aprilia dijo...

Los pobres perros de Villaescusa, tan majos,dando la bienvenida a los visitantes.. Se entiende a Feli pero no a algunos senderistas y demás que mean con pinza y klinex, qué puto horror urbanita!!!Algunos no deberíamos salir de nuestras ciudades por si acaso...puede molestarnos hasta que suenen las campanas del pueblo al que vamos. Le pregunté a la Sra de Villaescusa por los mastines y creo recordar que no acabaron bien. Una pena