miércoles, 20 de febrero de 2019

Ruta de senderismo: Cascadas de Mena

Propuesta de recorrido sorprendentemente poco conocido, que combina en un recorrido sencillo y más bien corto dos de las zonas de cascadas más interesantes de la zona: las del río Hijuela y las del río Ordunte. Además el ascenso al humilde pico Cabrio nos ofrece muy buenas perspectivas del valle de Mena.

Dificultad: Baja, exceptuando el trasiego entre el frecuente barro, que según las circunstancias puede resultar exasperante.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media. Hay que estar atentos a los cruces. Es preferible ir acompañados del track, en cuyo caso es fácil de seguir.
Belleza: Alta. Intentar evitar los meses entre julio y noviembre, ya que es bastante probable que encontremos las cascadas secas. Además el bochorno puede ser importante.
Tiempo y distancia: 13 km y 3 horas y media.

 



Situación

Saldremos de Burgos por la C-629 dirección Villarcayo y el Crucero. Desde este último lugar continuamos recto, pasando primero a la N-629 y luego a la C-6318 dirección al valle de Mena. En pleno descenso del puerto del Cabrio encontramos la raqueta que nos permite acceder a Irús de Mena, en el lado izquierdo. Salvo que vayamos entre semana, es difícil encontrar aparcamiento en el centro del pueblo.

Puntos de interés

Casas e iglesia de Irús. Capilla del cementerio. Camino real de las Enderrozas. Cascadas del río Hijuela o de Irus. Vistas de los prados y montes de Mena. Bosques caducifolios. Cascadas de Aguasal. Vistas desde el Pico Cabrio.

Descripción de la Ruta

Antes de iniciar esta descripción quisiera señalar que es probable que sea más recomendable realizar este trayecto en sentido inverso al propuesto, afrontando la ascensión al inicio y permitiendo hacer más llevadero el resto del trazado. Si yo lo hice de esta manera es porque mi periplo se efectuó por la tarde, y por ello quise aprovechar mejor las horas de luz. 

En el reducido casco urbano de Irús hay varias llamativas casas de aire indiano, con grandes volúmenes y con sus correspondientes jardines y verjas de hierro. Buscamos la callejuela que nos lleva hacia la iglesia parroquial, un robusto edificio gótico en el que se puede apreciar el corte de atalaya defensiva de torre-campanario. Bordeamos el templo por su izquierda y pasamos junto al cementerio. Allí destaca la cúpula de una capilla-panteón de principios del siglo pasado. 

Junto al cementerio encontramos un panel explicativo del camino real de las Enderrozas. Serán varios los tramos en los que veamos de forma evidente el aspecto del empedrado, en singular armonía con el río y la vegetación circundante. Bajamos con facilidad por el resto de esta calzada, acompañados por el rumor del humilde río Hijuela, que permanece seco varios meses al año.

Pasados unos minutos alcanzamos la altura de la primera cascada, en una zona abierta en la que hay una marcada curva hacia la izquierda. No obstante debido a la vegetación no se observa con mucha facilidad el salto de agua, que queda a un nivel inferior al nuestro. Instantes después alcanzamos la zona de las dos cascadas principales, que en realidad son prácticamente consecutivas. En esta ocasión si hay varias trochas que nos permiten ver los saltos de agua desde varios ángulos. En este mismo blog hemos dedicado un artículo específico a las mismas.

En realidad el tramo que hemos recorrido es relativamente transitado por excursionistas, especialmente en la segunda mitad del invierno, cuando muestra su mayor esplendor. Nosotros seguimos adelante por la calzada, pasando una zona de robustas hayas para al poco dejar de descender. No mucho después salimos a una zona más abierta, con amplios prados a nuestra derecha y las primeras vistas de los Montes de la Peña.

Sin demasiada complicación ascendemos poco a poco hacia la localidad de Arceo, fin del tramo señalizado del camino de las Enderrozas. Hemos andado unos tres kilómetros. El caserío no tiene especiales elementos de valor. Hacia la derecha aparece la carretera que da servicio al pueblo pero nosotros nos fijamos en un camino que asciende prácticamente de frente y por el que continuamos.

Tras un primer tramo asfaltado en fuerte subida alcanzamos una portilla. Llegamos a una especie de planicie con buenas vista del valle. Enseguida encontramos a la izquierda el nacimiento de un camino que viene indicado en la topografía como Camino de Sarón. Será la principal referencia de la parte central de nuestro recorrido. Ascendemos por el mismo evitando las derivaciones que surgen a izquierda y derecha. La tendencia es ir bordeando la loma que aparece a nuestra izquierda, y que no es otra que el pico Cabrio. 

Tras aproximadamente un kilómetro desde Arceo llegamos a una especie de collado que en realidad es la divisoria de aguas entre el rio Hijuela y el rio Ordunte. De frente aparece la sucesión de los montes homónimos. Tras girar un poco a la izquierda y superar una portilla (no citamos todas en esta descripción) encontramos una bifurcación y seguimos por el camino de la derecha, en suave descenso. En general la tendencia será evitar todos los caminos que impliquen subidas o bajadas bruscas. 

A partir de aquí el barro se hace presente, aunque su persistencia dependerá del tiempo que haya hecho las semanas precedentes. Al poco ignoramos otro camino a la izquierda. No mucho después se nos incorpora un camino por la derecha. Poco a poco vamos entrando en el valle alto del Ordunte, aunque el arbolado es tan tupido que apenas podemos ver otra cosa que el bosque.

Pronto nos encontramos con la agradable sorpresa de encontrar abundantes ejemplares de tejo de cierto porte que parecen convivir en desconcertante armonía con plantas de corte mediterráneo (enebros, encinas, madroños). Mientras el camino ha pasado a ser un sendero y empieza a serpentear por el bosque en general en suave ascenso. 

Avanzamos por el delicioso sendero atentos a los lugares en donde ponemos el pie (a veces es incluso recomendable salir del sendero para evitar el barro). Un buen tramo después se nos une otro camino por la derecha y poco a poco el sendero vuelve a tomar el aspecto de camino. Llegamos a una zona en donde oímos el fragor del río encajado a cierta distancia bajo nosotros. Si nos asomamos le llegamos a vislumbrar entre la vegetación.

Pronto encontramos una trocha que se dirige de forma decidida hacia el cauce. En unos instantes alcanzamos el punto de unión entre el rio Ordunte y un arroyo secundario que baja por una espectacular cola de caballo desde lo alto de la montaña. En el punto de unión ambos cursos de agua forman una bonita cascada. Es momento de explorar la zona lo cual podemos hacer aprovechando que el camino que traíamos cruza el río principal.

En realidad la cascada del arroyo “principal” se alimenta en buena medida de una canalización derivada desde el río Aguera con objeto de alimentar el embalse de Ordunte. Como en estas fechas el embalse está lleno, la canalización está probablemente cerrada y dicho arroyo trae poca agua. Es en estas circunstancias cuando uno piensa que probablemente el verdadero rio Ordunte es el otro, el que baja por la cola de caballo. En todo caso hablamos de dicha canalización en este artículo y de las cascadas en este otro.

Para continuar hemos de tomar como referencia el camino que traíamos, justo antes de cruzar el río “principal”. Salimos del mismo y caminamos unos pasos por el borde del río hasta alcanzar una alambrada que podemos superar gracias a que aquí se une un arroyo secundario. Remontamos junto a este arroyo secundario y enseguida vemos un sendero borroso pero evidente que remonta dejando el torrente a la derecha. 

Tras una zona de cierta dureza de ascensión, entre pinos aislados de repoblación, alcanzamos otro camino que cruza trasversalmente. Lo tomamos hacia la izquierda, casi en llano hasta alcanzar una cerca de un pinar bastante más espeso. En este punto es buena idea salirse del sendero unos pasos hacia la izquierda para tener una preciosa vista de la cola de caballo de la cascada de Aguasal, con el pico Zalama, con sus más de 1300 metros de altitud, de fondo. Es posible una ruta diferente combinando ambos elementos, opción que comento en este otro artículo

Seguimos ascendiendo dejando el pinar a la izquierda y trazando una amplia curva. Por nuestra zona los pinos son más aislados y nos permiten buenas panorámicas. La pendiente es relativamente fuerte, pero corta, ya que apenas en unos 300 metros alcanzamos un collado principal que nos devolverá de nuevo a la cuenca del río Hijuela. En este collado principal encontramos múltiples caminos. El de enfrente nos devuelve directamente hacia Irús, pero el ascenso al Cabrio es rápido y sencillo; y del todo recomendable. 

Para ello nos volvemos hacia la izquierda y vemos dos caminos, el de más a la derecha más ancho y el de la izquierda más bien un sendero. Este último nos permite ganar terreno sin excesiva dificultad, ya que al cabo de unos metros salimos a una zona abierta, con el refugio que hay en la cima a la vista. Sin mayores dificultades alcanzamos este punto (cerca hay una marca en el terreno con el aspecto de haber sido una trinchera de la guerra civil).

Desde lo alto del Cabrio o Cabrío (a poco menos de 900 metros de altitud) hay muy buenas vistas del entorno: la parte alta de la Merindad de Montija, con su parque eólico, toda la sucesión de los montes y valles de Ordunte, con su embalse al fondo, y el valle de Mena con todos los picachos que lo cierran por el sur. 

Tras disfrutar del paisaje volvemos sobre nuestros pasos hasta el último cruce. Aquí giramos hacia la derecha tomando un rápido y cómodo descenso de más de dos kilómetros hasta el fin de la ruta. Al principio transitamos por un agradable bosque de robles. Tras un buen tramo, ya entre encinas carrascas, nos unimos a otro camino que viene por nuestra izquierda acompañándolo hacia la derecha. 

Esta última zona es más abierta, llamando la atención los muretes de piedra en seco y el hecho de por momentos el piso sobre el que andamos sea la propia roca madre pulimentada. En los últimos metros, ya a unos pasos de Irús, giramos hacia la izquierda acompañando a lo que parece ser una torrentera aparentemente seca con frecuencia. 

Comentarios

Ruta bastante bonita y sencilla, ya que además de corta los desniveles son muy llevaderos. La mayor dificultad estriba, tal y como hemos dicho, en el barro que encontramos en buena parte del recorrido.

Es bastante frecuente la excursión en exclusiva a las cascadas de Irús. Otra ruta muy completa, que integra dichas cascadas y el camino de las Enderrozas la describo aquí. A las cascadas de Aguasal también se puede acceder desde San Pelayo. Desde dicho pueblo se puede realizar otra ruta combinando el ascenso al pico Zalama.

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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)

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Vídeo con imágenes del recorrido (sólo las cascadas)



4 comentarios:

Anónimo dijo...

he ido haberla hoy y desde luego es impresionante como caia agua, el problema para llegar es que esta todo embarrado el camino, pero a merecido la pena.

Montacedo dijo...

Gracias por el comentario. Efectivamente ya lo avisaba en la descripción, pues a mí me pasó lo mismo. De todas maneras, si el objetivo es ver la cascada parece haber un acceso más directo y sencillo desde el pueblo de San Pelayo (a media subida de Los Tornos). Tengo pendiente ir algún día para comprobarlo.

idh - Iñigo del Hoyo dijo...

Será la subida de el Cabrio, no de los Tornos ;-)
Como aportación la calzada se puede hacer en bici. Es una ruta chula tanto hacia arriba como hacía abajo.
Felicidades por la web!!!!

Montacedo dijo...

No, es el puerto de Los Tornos. Desde San Pelayo. De todas maneras recientemente he visto que parece haber un camino que va directamente de Irús a la cascada de Aguasal. A ver sien el futuro puedo ir por aquí y actualizo esta descripción tan antigua. Gracias por comentar.