miércoles, 22 de agosto de 2018

La iglesia de San Salvador de Escaño

Escaño se sitúa en el curso alto del valle del rio Nela. En su limitado casco urbano encontramos este estilizado templo que recuerda lejanamente al de San Pedro de Tejada. No en vano también es la toba el material fundamental en su construcción, y también formó parte de las posesiones originales del Monasterio de Oña.

Escaño en el valle del Nela





El aspecto general del edificio viene determinado en parte por un derrumbe experimentado a mediados del pasado siglo, y es probable que también sufriera un colapso en épocas pretéritas. Por ejemplo, el característico aspecto de torre truncada que muestra en su lado sur una espadaña pudo provenir de ese evento.

Canecillos del ábside

Interesante reloj de sol sobre el tejado de la sacristía
Tampoco el acceso actual en el lado oeste es original. La portada original desapareció de su ubicación en el ala sur, lateral que también fue reformado en la restauración de finales de siglo en la que se eliminó el portalillo y los restos de un antiguo troje.


Puerta de finales del siglo XIX

Tampoco esta entrada es la original

Tanto la arquitectura como la escultura del templo son simplistas, aunque un punto a favor de esta iglesia es que conserva en lo esencial la estructura original. Los canecillos de ábside, totalmente ciego, se conservan en su totalidad, mostrando motivos sencillos.




La austeridad se extiende al interior. Entre los escasos motivos destacables podemos resaltar uno que parece representar la migración al cielo de las almas, flanqueadas por sendos ángeles. Empotrado en un muro encontramos una inscripción que retrotrae la fundación del templo al año 1088, la más antigua del románico burgalés. Sin embargo, esta datación crea serias dudas en los estudiosos, pues la configuración del templo parece corresponder a un periodo algo posterior.

Inscripción fundacional