Hoy traemos al blog un rincón tal vez no muy espectacular pero que también tiene el encanto de las pequeñas cosas. Se trata de un roble quejigo de tamaño mayor que la media, aunque con sus tres metros largos de perímetro se queda muy lejos, por ejemplo, del de la cercana "roblencina" de Montorio.
Pero la principal originalidad este roble no radica tanto en su tamaño como en su ubicación: Se sitúa exactamente en el "trifinio" o punto de confluencia entre los términos territoriales de Montorio, Huérmeces y San Pantaleón del Páramo. De hecho el propio roble hace de mojón y está "adornado" de las consabidas tablillas de delimitación de cotos de caza.
Otra peculiaridad de este árbol es tener insertada en su tronco una piedra que por azares del destino allí acabó.
Además el roble, al situarse a una altitud relativamente elevada, es punto de referencia sobre el paisaje circundante. Desde aquí vemos el desfiladero del río Úrbel (a la derecha se ven unas antiguas instalaciones militares)
Este tema de los límites locales en general y de los trifinios en particular me parece interesante y tal vez en el futuro me anime a tratarlo con más profundidad. Entre las principales tareas vecinales en el pasado figuraba el amojonamiento o deslinde de cada localidad con los pueblos de alrededor, labor que solía llevarse a cabo una vez al año y se desarrollaba mediante un procedimiento establecido. En este sentido en Huérmeces se llevó a cabo el último deslinde a finales de los año 80 del pasado siglo. A partir de entonces pasa a ser responsabilidad de los adjudicatarios de los cotos de caza.
Otro ejemplo de la importancia de estos amojonamientos lo tenemos en el hecho de que entre los documentos más antiguos conservados en el archivo local del cercano pueblo de Ubierna figura un registro de un amojonamiento realizado en el año 1562 con el pueblo de Santibáñez Zarzaguda.
En cuanto a los trifinios, era costumbre en la zona señalarlos con grandes mojones o bloques de piedra. Aunque las concentraciones parcelarias y procesos modernizadores del campo han acabado con muchos de ellos, aún se pueden encontrar bastantes. En la imagen siguiente, el mojón del trifinio precisamente de los citados pueblos de Ubierna, Valle de Santibáñez y Huérmeces.
También era costumbre tallar, en cada una de las caras del mojón, la inicial del nombre del pueblo hacia la que se orientaba dicha cara. En la imagen siguiente, con un poco de atención podemos descubrir la "U" de Ubierna.
Parte de la información para la elaboración de este artículo ha sido proporcionada por el autor del blog sobre Huérmeces.
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