Os presento el último artículo de senderismo que publicaré este año. Se
trata de otra ruta más o menos protegida de los fríos invernales, además de
cortita, que realicé en verano y que he vuelto a repetir hace unos días para
aprovechar las estupendas vistas hacia el pico San Millán. Os he puesto algunas
fotos de esta segunda visita en la que aparecen las montañas nevadas. Por
cierto, que es posible que este mismo
viernes me publiquen algunas fotos en la sección ¡SAL! de Diario de Burgos.
El humilde río Urbión burgalés (no confundir con el que nace en las
sierras del mismo nombre), es el encargado de formar el precioso paisaje por el
que se asciende al pico San Millán. Tan sólo unos kilómetros más adelante forma
un curioso desfiladero abierto en rocas de conglomerado terciario. El paseo de
hoy transcurre por este desfiladero, completando un sencillo recorrido en el
que además se puede disfrutar de muy buenas vistas del sector noroccidental de
la sierra de la Demanda.
Dificultad: Baja
Orientación (sin GPS
con cartografía o track): Hay un pequeño tramo algo confuso por la parte alta,
el resto es fácil.
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 2
horas y media (8,5
kilómetros)
Situación y acceso
El punto de partida de la ruta se
sitúa en el pueblo de Garganchón, aldea perteneciente a Pradoluengo. Para
llegar a este punto la ruta más directa consiste en tomar la N-120, dirección Logroño,
hasta Ibeas de Juarros. Aquí tomamos la carretera comarcal que se dirige a
Pradoluengo, pasando por Arlanzón, Villasur, Alarcia y Valmala. A la altura de
Santa Cruz del Valle Urbión encontramos la estrecha pista que, hacia la
izquierda, nos lleva en unos minutos hasta Garganchón.
Puntos de interés
Panorámicas de la sierra de la Demanda. Desfiladero
del río Urbión. Bosquetes de encinas y Quejigos. Sendero y bosque de ribera.
Descripción de la ruta
Al llegar a Garganchón nos
encontramos hacia la izquierda con una calle ancha en donde podemos dejar el
coche. En esa misma dirección empezamos a caminar avanzando unos 50 metros, girando hacia
la derecha, y luego al poco hacia la izquierda. De este modo salimos del pueblo
ganando altura por un camino en mal estado. Enseguida llegamos a una
bifurcación en donde seguimos por la derecha y, tras dejar atrás un último
edificio, salimos del camino para tomar un sendero que sigue de nuevo por el
lado derecho.
Con estas maniobras vamos dejando
atrás el pueblo. Bajo nosotros encontramos el arranque del desfiladero y, si
nos volvemos, podremos apreciar los restos de su arquitectura popular, a base
de entramados de madera, así como las montañas del macizo de San Millán, cuya
sombra nos acompañará durante buena parte del recorrido. Pasados unos minutos
llegamos a un punto con buenas vistas del paisaje citado así como del
desfiladero del Urbión, ya bajo nosotros.
Desde aquí debemos prestar
atención a la señalización, pues el sendero va trazando una serie de zig-zags
para ascender de forma más decidida por la ladera, acercándose a un pico rocoso
cercano. Cerca de la base del pico entramos en una zona algo más boscosa, en
donde se alternan las encinas y quejigos. Pronto hacemos un pequeño cambio de
vertiente, pero seguimos ganando altura dejando ahora el pico a nuestra derecha.
Un esfuerzo adicional y llegamos
a una especie de meseta que hace las veces de cordal, discurriendo paralelo al
desfiladero del río, decenas de metros bajo nosotros. Estamos rondando los 1200 metros de altitud,
habiendo partido de los 900.
A nuestra derecha seguimos contemplando los paisajes de
la sierra de la Demanda,
a los que se suman los picos de la zona de Fresneda y el valle de Pradoluengo,
cuyo casco urbano se identifica perfectamente. De frente se intuye la salida
del desfiladero y la llanura del bajo Tirón, y más lejos los montes Obarenes.
Caminamos con estas claras
referencias durante un buen tramo sin apenas desnivel. Siguiendo siempre
atentos a las señales, en la cercanías de un vallado nos alejamos un poco hacia
el lado izquierdo para pasar por un tramo de vegetación algo más cerrada, pero
al poco regresamos hacia el lado derecho. De este modo el cordal se va
convirtiendo en una arista que va poco a poco descendiendo. El sendero sigue
este relieve serpenteando entre las encinas.
Pasado un tramo identificamos una
arista secundaria que desciende de forma más clara hacia el desfiladero., con
un llamativo morro rocoso en su parte baja. El sendero sigue esta nueva
referencia hasta terminar precisamente en el morro rocoso. Desde aquí tenemos
muy buenas vistas de a ambos lados del desfiladero. Destaca especialmente la
del lado sur, en donde tras el encajonamiento se levanta el gran perfil del
Pico San Millán.
Para bajar desde esta Peña
buscamos la continuación del sendero por el lado sur, pasamos bajo la roca
(usada como precario refugio para el ganado) y seguimos el sendero hacia el
norte, descendiendo hacia el cauce del río, primero poco a poco y finalmente
mediante unos marcados zig-zags. Alcanzamos así la vereda mucho más marcada que
sigue el cauce del río. De frente el desfiladero continúa durante unos
kilómetros más, hasta su conexión con el río Tirón, pero nosotros giramos hacia
la derecha para retornar hacia el pueblo de Garganchón.
Nos quedan unos tres kilómetros
de ruta. Nos vemos inmersos en una tupida y variada vegetación, que por momentos
estrecha considerablemente el sendero, en donde llama la atención la existencia
de numerosos arces silvestres. Pronto llegamos a un primer puente, lo que nos
permite contemplar las cantarinas y cristalinas aguas del río. A nuestros lados
se levantan las curiosas pareces de conglomerado, apenas visibles entre la
vegetación, que parecen estar hechas a partir de un rústico hormigón.
Disfrutando del paisaje llegamos
a un segundo puente, tras el cual el sendero se convierte en camino y al poco
en pista. Un pequeño y antiguo molino nos indica que ya estamos cerca de
Garganchón, lugar al que llegamos a los poco minutos. Este las casas sorprende
descubrir como el río atraviesa una de ellas, que probablemente diese en el
pasado un antiguo molino.
Comentarios
Sencillo recorrido que se corresponde con el
sendero PR-BU-58, incluido dentro de la red de senderos de Pradoluengo.
La señalización en el momento de realizar la ruta (julio de 2013) es correcta.
No obstante hay que estar muy atentos a las marcas de pintura, salvo en el
tramo de desfiladero. Por momentos los senderos son poco definidos y pueden
confundirse con otros dibujados por el paso del ganado. De hecho hace unos dos
meses se perdieron un par de parejas realizando este sendero.
En general prefiero afrontar las rutas
empezando por los tramos de ascenso, y así lo hice en este caso. No obstante,
en este caso igual es mejor realizarlo en dirección contraria a efectos de una
mejor orientación y contemplación del paisaje.
Debido a la vegetación existente, los
paisajes y la corta distancia, puede resultar buena idea reservar esta ruta
para el periodo invernal, para contemplar nevados las cumbres de la sierra.
Como hemos indicado, se pueden plantear variaciones o ampliaciones del
recorrido. El desfiladero continúa varios kilómetros más hacia el norte, y se
pueden encontrar algunos barrancos secundarios. No obstante es preciso indicar
que en otoño este enclave puede ser escenario de batidas cinegéticas.
Buscando algún dato más por Internet veo con
sorpresa que desde La Rioja
se propone construir una pequeña presa en esta zona, para poder abastecer sus
feraces huertas del curso bajo del Tirón. Por mi parte espero que esta
propuesta se quede en el papel.
Guarda este artículo como pdf e imprímelo cuando quieras
Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)
Vídeo con imágenes del recorrido.
3 comentarios:
Bonita ruta con unas vistas preciosas pues los alrededores son muy montañosos y con mucho bosque , las fotos muy chulas . Que pases unas felices navidades y que el año nuevo nos traiga mas entradas en tu blog , para disfrutar de nuestra provincia . Un saludo
Este desfiladero y el del Cañón de Rio Lobo en Soria, me gustaron cantidad ...
salut
Gracias por vuestros comentarios.
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