martes, 8 de septiembre de 2009

Árboles singulares: El roble Sesteadero

En el alfoz de Santa Gadea, muy cerca de la localidad de Higón, se encuentra este fantástico y fotogénico roble, incluido en el Catálogo de especímenes vegetales de singular relevancia de Castilla y León.


El acceso al mismo es muy sencillo; en los últimos metros antes de acceder a Higón viniendo desde Santa Gadea, afrontaremos un descenso y una curva a la izquierda antes de llegar al pueblo. Justo en la curva citada nace una pista cementada hacia la derecha para el acceso a una nave ganadera anexa. Pese a la prohibición, podemos avanzar por la pista unos metros simplemente para aparcar con más comodidad, junto a la nave citada.


A partir de aquí, ya a pie, hemos de superar dos portillas y continuar de frente por un amplio prado natural, dejando el camino un tanto a la izquierda. Al frente observaremos el comienzo de un tupido bosque, y, unas decenas de metros antes del mismo, varios robles aislados de gran tamaño, entre los que se encuentra el que buscamos.


Su identificación no resulta complicada, al ser el que muestra un tronco de mayor desarrollo (más de seis metros de perímetro) y a su peculiar oquedad. Su estado se puede caracterizar como de regular, pues aunque muestra una correcta foliación, la misma no es todo lo tupida que sería de esperar en un ejemplar de este desarrollo. Por otro lado la oquedad que le da ese carácter tan original podría ser la causa de su ruina.


No he encontrado historias relacionadas con este árbol, como no sea su propio nombre. Según me contó un amable paisano, efectivamente es un lugar en el que el ganado acostumbra a sestear aprovechando su amplia sombra y la extensa pradería.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustaría que alguien sea capaz de calcular la edad de nuestro querido roble del sistiadero, ¿ pueden ser seiscientos años? ¿ cuántas tormentas con rayos incluidos le pueden haber caido? ¿cuantos fuegos habrán hecho a su alrededor los pastores ? creo sinceramente que para la edad que tiene y la vida que ha llevado se conserva fenomenal.Un saludo.

Montacedo dijo...

Hola. Gracias por participar. Yo no soy experto pero por lo que he leído creo que es muy dificil calcular la edad en ejemplares vivos, sólo se puede tirar de documentos históricos que den alguna pista o aproximar en función del grosor. En este sentido, para árboles más o menos parecidos sí que he leído edades en torno a 40 años. Por cierto, su peculiar forma puede llegar a ser su condena, si la gente se acostumbra a hacer fogatas bajo su cobijo.