Según nos cuenta Eduardo de Ontañón en la revista Estampa, en 1481, concretamente el 12 de noviembre, los frailes de Arlanza cedieron a los tres pueblos de la Sierra, Quintanar, Canicosa y Regumiel, cerca de 3.000 hectáreas de pinar enclavados en el término municipal de los tres y el pastoreo en el valle de San Millán. La ermita de la Virgen de Revenga se levanta en un calvero en medio del pinar, parece ser el ángulo de los tres pueblos, el sitio hasta el que todos tienen la misma distancia.
La romería se celebra el ultimo sábado del mes de mayo, aunque anteriormente era el domingo y primitivamente lo era el día uno. Los tres pueblos se turnan en la preparación y organización de los actos.
En la fecha, se acercan con sus respectivas insignias hasta la explanada. El que "capitulea" es el encargado de recibir a los otros dos con todos los honores. Se saludan las cruces, los pendones, y los representantes de cada localidad, así como los curas párrocos.
El ramo, tradicionalmente un pino, con roscos y cintas, lo preparan las mozas del pueblo que ese año tienen la jurisdicción y luego se rifa con papeletas. Cada pueblo tiene un sitio establecido, "las cocinas", donde se preparaba el ajo carretero a base de carne con ajos, tomate, etc.; primero se tomaba la carne y luego la sopa.
El 8 de junio se reúnen los tres ayuntamientos que se turnan cada año para hacer las cuentas y comer en hermandad comunera.
Cuando vayas a la sierra
no pases por el pinar
porque dicen que las mozas
al pinar van a cazar.
A la Virgen de Revenga
un serrano le pidió
el amor de una serrana
y la Virgen se lo dio.
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