miércoles, 12 de septiembre de 2018

Ruta de senderismo: Las Palancas y el Piscarciano

Recorrido que nos acerca a este precioso y minúsculo desfiladero de las Palancas o del Río de la Serna y a las interesantes formaciones kársticas de las cuevas del Piscarciano. Se ve completada la ruta con varios pueblos de arquitectura popular de interés. Paisajes abiertos y bosques de ribera y de quejigo.

Dificultad: Media-baja.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): fácil salvo en algunos puntos clave.
Belleza: Alta

Tiempo: 4 horas y cuarto (15 kilómetros) 





















Cómo llegar

Para acceder a Lándraves, punto de partida de este recorrido, tomaremos la C-627 dirección Villarcayo. Terminado el desfiladero de los Hocinos llegamos a Incinillas, en donde tomamos a la izquierda la carreterita que remonta el Ebro por el valle de Manzanedo en dirección a Soncillo. Tras unos 15 kilómetros llegamos a Lándraves. Lo mejor es seguir las indicaciones de parking atravesando el pueblo, pasando un puente estrechito y dejando el coche en un agradable espacio junto a unas mesas de hormigón. 

Puntos de Interés

Arquitectura popular de los pueblos. Desfiladero de las Palancas. Bosques mixtos cantábricos y mediterráneos. Vistas del valle de Munilla. Entorno de las cuevas del Piscarciano.


Descripción de la Ruta

Lándraves bien merece unos minutos de paseo al inicio o al fin de la ruta para descubrir su arquitectura popular basada en la solana montañesa, incluyendo una bella fuente y lavadero. 

Justo en el punto en el que nos encontramos se produce la confluencia entre el río Trifón y el arroyo de La Serna. Tomamos un bonito sendero que acompaña a este último sin cruzarlo. Estamos en el trazado del sendero de largo recorrido GR-85, al que seguiremos durante más de la mitad de la ruta. Esta senda discurre por zona sombreada y el continuo tránsito hace que esté bien marcada. Al cabo de unos minutos llegamos a una zona más abierta en la que se ven las formaciones rocosas de la sierra de Munilla. Nos vamos aproximando a ellas hasta llegar a la primera dorsal que superamos con facilidad.

A partir de aquí observamos el agua cayendo de piedra en piedra a nuestros pies mientras avanzamos hacia una segunda dorsal rocosa. En breve alcanzamos el punto más emblemático de este minúsculo desfiladero: un tramo de aproximadamente cincuenta metros en el que las paredes rocosas se sitúan apenas a tres metros una de otra, formando un canal en el que apenas cabe el río. Para salvarlo hemos de andar con cuidado de piedra en piedra. 

El sobrenombre de Las Palancas deriva que unos antiguos machones que existían antiguamente empotrados en la roca, y que servían para sujetar la pasarela que permitía superar la hoz en momentos de avenidad. Hoy apenas se pueden encontrar algunos restos de las oquedades en donde se sujetaban estos machones.

Pasado este tramo el desfiladero termina. Llegamos a un valioso bosquete de alisos, uno de los más homogéneos de la provincia, y salimos del mismo por su lado derecho. Por momentos el sendero se difumina pero con un poco de atención, y mientras ascendemos suavemente, logramos encontrar su continuación.

Un tramo más adelante el sendero se transforma en un camino mientras se interna en un bosque de quejigos. Finalmente, mientras seguimos ascendiendo suavemente, vislumbramos una gran nave ganadera en estado totalmente ruinoso. Llegamos a la misma y la bordeamos por su lado izquierdo, entrando a continuación en Munilla, llevamos algo más de tres kilómetros de recorrido total.

Podemos visitar este pueblo, que alterna casas montañesas restauradas con otras en estado ruinoso, así como una pequeña iglesia que muestra un ábside románico. En todo caso el camino continúa por la parte trasera de los corrales, junto a un humilladero bastante deteriorado. Su seguimiento puede resultar un poco confuso al principio, pero como referencia señalaremos que asciende paulatinamente por la ladera, en dirección este, hacia la parte superior del desfiladero.

El bello sendero nos permite tener cada vez mejores perspectivas de este valle de Munilla, así como de la zona de Arreba y Bricia. El paisaje se presenta cada vez más boscoso, debido al abandono de las actividades tradicionales en los pueblos de la zona.

Nada más abandonar el bosque llegamos a un pequeño portillo en el que se sitúa una alambrada. Al otro lado tenemos los paisajes del valle de Arreba, caracterizado por varios pliegues anticlinales y al fondo distinguimos la parte más oriental de la cordillera Cantábrica. A nuestros pies se puede distinguir el pueblo de Lándraves. 

El sendero empieza a descender, ahora entre encinas y en dirección norte. Al cabo de unos cientos de metros, y tras pasar una zona cubierta de brezos, se llega a una zona más despejada y se gira hacia la izquierda. En el siguiente tramo empezamos a descender por una suave ladera mientras el camino se hace cada vez más marcado.

En el kilómetro siete de recorrido llegamos al fondo del valle, giramos a la derecha y alcanzamos el pueblo de Hoz de Arreba. Llegamos a un primer puente sobre el río Trifón que hemos de cruzar. Alcanzamos una carretera que tomamos hacia la izquierda; de modo que continuaremos al borde del río, esta vez por su derecha.

El acceso a la zona de las Cuevas de Piscarciano es un camino de ida y vuelta. Podemos realizar ir y venir por el camino más evidente, pero ofrecemos aquí una posibilidad alternativa más interesante. Llegados a la altura de un puente de cemento, aprovechamos el mismo para cruzar al otro lado. Continuamos sin senda clara por unos prados semiabandonados, a la vera del río Trifón. Nos sorprende este por la claridad de sus aguas, acompañadas de esbeltos chopos. 

Los prados dan paso a una gran tierra de labor, que seguimos hasta su final, siempre paralelos al río. Terminada la tierra de labor hemos de seguir nuestra intuición para buscar el sendero correcto, siempre paralelos y cercanos al río. Por momentos amenaza con desaparecer, pero siempre conseguimos encontrar su continuación. Sin muchas novedades encontramos un punto de captación de agua y una oquedad que sin duda suministra agua al río en épocas de crecidas.

Dejamos atrás este punto yéndonos un poco hacia la derecha. Enseguida desembocamos en un camino transversal, pero simplemente lo cruzamos y seguimos buscando la mejor trocha. Al poco el vallejo se va encajonando pero milagrosamente el sendero nunca llega a cerrarse del todo, aunque siempre hemos de estar atentos. 

En un momento dado llegamos a la altura de una pequeña pero bonita cascada, de unos cinco metros. Nos alejamos un poco del cauce, aquí hemos de estar especialmente atentos para seguir el borroso sendero, y llegamos a la altura de la cueva de las Arenas. El acceso se realiza bajando un poco hacia nuestra derecha, aunque es fácil pasárselo si no se dispone del track. 

Esta cavidad es el principal sifón que alimenta el río Trifón. Recibe su nombre por el fondo arenoso de la misma. También observamos signos de que el agua que mana es aprovechada para abastecimiento. De vuelta al sendero, otra nueva derivación hacia la derecha nos lleva al gran portalón de la cueva de Vacas. Con unos veinte metros de anchura y diez de altura, el espectáculo del agua manando de la misma es especialmente interesante en época invernal. En verano se puede atravesar con relativa facilidad los pocos centenares de metros que la separan de la hoya del Piscarciano; hoy los cubriremos por superficie.

Recuperamos el sendero, que poco a poco va siendo más evidente. Llegamos a un cruce hacia un sendero más transitado (el GR-85) que hemos de tomar hacia la derecha para volver a Hoz de Arreba. No obstante merece la pena caminar unos pasos hacia la izquierda y bajar por el sendero que en unos instantes nos conduce a la hoya del Piscarciano. Se trata del resultado del hundimiento del techo de una gran sala subterránea, aunque la abundante vegetación mitiga en buena medida el efecto. Al menos sí que se observa bien el gran portalón del acceso oriental a la cueva de Vacas.

Retomamos el sendero citado y en unos instantes salimos a una zona más abierta en donde se encuentran varias construcciones dispersas a modo de chalets (en el pasado había aquí unos agresivos perros que aparentemente ya no están) Junto al último edificio encontramos una bifurcación en la que seguimos de frente. Entramos así en un camino maltratado en suave descenso que nos conduce a uno de los numerosos humilladeros de la zona, este restaurado recientemente. 

Sin cambiar de dirección terminamos en la carretera y volvemos enseguida al pueblo de Hoz de Arreba. Volvemos a cruzar el puente pero giramos a la izquierda e dirección al pueblo. Para continuar seleccionamos las calles más a la derecha, aunque podemos explorar un poco las calles del pueblo. 

La zona cementada termina y se convierte en un precioso sendero que discurre entre grandes ejemplares de quejigo. Tras un primer cruce en el que evitamos ascender por la ladera, en el siguiente ignoraremos el camino inferior y continuamos a cierta altura. Al cabo de un kilómetro el camino gira a la izquierda y se aproxima al río, que superamos por una pequeña pasadera de cemento.

Al otro lado se encuentra la carretera que tomamos hacia la derecha y que aproximadamente kilómetro y medio nos lleva a Lándraves.

Comentarios

La mayor parte del recorrido, entre Landravés y la zona de Piscarciano, discurre por el trazado del sendero de gran recorrido GR-85, con lo que nos podremos guiar por las señales de pintura blanca y roja.

En el tramo final existe la posibilidad de completar la ruta con el acceso al pueblo de Pradilla de Hoz de Arreba. Para ello la mejor opción parece ser la ida y vuelta por el ramal asfaltado que nace muy cerca de la última pasarela citada, implicando unos dos kilómetros adicionales a la ruta aquí descrita.

Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)

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Vídeo con imágenes del recorrido:

15 comentarios:

csc dijo...

Me viene que ni pintado, ya que la gente de Senderismo en Burgos la tienen programada para Enero

http://senderismoburgos.blogspot.com/

Martin dijo...

Interesante ruta sin duda alguna, aunque este recorrido esconde un peligro: la presencia de perros peligrosos. En Julio del 2008 hice esta ruta siguiendo el GR85. En el km 14,5 de la etapa Tudanca a Soncillo, nada mas salir de Hoz de Arreba y antes de llegar al paraje "El Piscarciano" hay que bordear unos "preciosos" chalets. Pues mucho cuidado en este punto ya que os saldran al encuentro unos nada "amigables" canes. Tan solo recordar a los propietarios de estas "bonitas" construcciones que se "plantan" en mitad del encinar que el monte es de todos y todos tenemos derecho a disfrutar de el. No me imagino lo que hubiera pasado si llego a ir con mi hijita de 2 años...

Montacedo dijo...

csc. Respecto a senderismo Burgos igual te doy una sorpresa.

Martin. Tienes toda la razón. Lo cierto es que estuve pensando poner algo en la descripción pero se me ha pasado. En cuanto tenga un momento lo hago.

Alex dijo...

He hecho parte del recorrido varias veces y es espectacular en cualquier estacion del año, la ultima vez divise ardillas en el entorno. Algun dia lo completare pero es cierto que los 'amigos' de 4 patas desaniman.

csc dijo...

Pues despues de leer esto, paso de hacerla. Los chuchos y yo no nos llevamos bien: les tengo pánico; y para acabar montando una gorda y salir en la sección de sucesos del Diario de Burgos mejor me quedo en casa

Abilio Estefanía dijo...

Hola Montacedo, vaya por delante mi deseo de que tengas un feliz 2.012.
He estado varias vece en Las Palancas y he entrado también varias veces en las cuevas de Vacas y del Piscarciano, pero en ningún caso he unido los dos lugares, con lo que me alegro de que hayas descrito esta ruta que trataré de hacerla como tu la describes, de cara a que los días sean un poco mas largos, por aquello de que ando un poco lento aún.
En cuanto a los perros que salen a relucir en los comentarios, mejor que tengan cuidado cuando vaya que les pego un "bocao" en la oreja que se recuerdan jajajajaja.

Un abrazo

Montacedo dijo...

Os cuento como me fue cuando fui yo. Al ir cuando los perros me vieron ya había pasado la casa. Se me acercaron pero conservando la calma me dejaron tranquilo. A la vuelta lo que hice fue dar un pequeño rodeo por la parte oeste, que se va más o menos bien, y con esto no debe haber mayores problemas.

De todas maneras, csc, si vas con un grupo de unos cuanto creo que los perros se amansarán bastante.

Como os digo a ver si mañana saco un momento para ponerlo en la descripción.

Martin dijo...

Adecuado el añadido de los perros peligrosos en la descripcion del recorrido, no vaya a ser que alguien tenga problemas...¿no se podria hacer nada respecto a los propietarios de dichos chuchos? (parece ser que a todos nos ha pasado el mismo incidente en los ultimos años)

Montacedo dijo...

Supongo que sí, pero sería a base de paciencia y ser muy pesado con el Ayto y guardia civil. igual uno de la zona tendría más mano.

Anónimo dijo...

para hacer esta ruta no es necesario pasar por los chalets

Montacedo dijo...

Igual nos puedes dar unas indicaciones de por donde ir. Un saludo

Amador dijo...

Hola Montacedo,me gusta entrar en tu blog y por lo que leo lo de los perros de los chalets es un problema para la mayoria de las personas que hacen esta preciosa ruta.Para evitarlos hay que salir de Hoz deArreba por la carretera y al llegar al puente de cemento,cruzarlo y seguir el rio por su orilla izquierda en sentido contrario a la corriente, no hay un camino muy definido pero es facil y sin separarse del rio llegaremos a un camino que en sus orillas tiene unas pequeñas tapias de piedra.Este camino cruza el rio,no hay puente,no hay que pasar el rio,pegado a la orilla del rio, nace la senda que nos lleva a la hoya del piscarciano, se vuelve por la misma senda,donde nace la senda, al otro lado del rio hay un espolon rocoso con bosque encima. un saludo

Montacedo dijo...

Gracias por la información. Aquí queda para los interesados. Si tengo tiempo igual lo integro en el texto.

Tecnología Emocional dijo...

La acabo de hacer este fin de semana. Ni rastro de los perros. Una ruta muy completa.

Montacedo dijo...

Gracias por el apunte.