martes, 14 de junio de 2016

Ruta de senderismo: En torno a Cantonad

Sencilla y bonita ruta en la que pasaremos junto a un buen número de los elementos de interés de la parte más occidental del valle de Mena, un municipio que nunca defrauda.

Dificultad: Baja, solo se hace un poco pesado el sube-baja del camino paralelo al tren.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil, sólo hay algún punto delicado
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: tres horas y 45 minutos (15 kilómetros).

 



Situación.

Saldremos de Burgos por la C-629 dirección Villarcayo y El Crucero. Desde este último lugar continuamos recto, pasando primero a la N-629 y luego a la C-6318 dirección al valle de Mena. Afrontamos el descenso por el puerto del Cabrio y decidimos parar al final del mismo, en la parte izquierda del pueblo de Vivanco (en las proximidades de su iglesia). Esta ruta también se puede empezar desde Irús o desde Lezana de Mena.

Puntos de Interés

Paisajes de prados, bosques caducifolios y montes de la Peña y Ordunte. Arquitectura popular y casas de principios del siglo XX en algunos pueblos. Torres de Lezana de Mena y Concejero. Calzada de las Enderrozas. Cascadas del Hijuela. Santuario de Cantonad.

Descripción de la Ruta

Buscamos el entorno de la humilde iglesia. Un cartel nos indica que estamos ante el solar de los antiguos abades de Vivanco; tema que probablemente tratemos en un futuro artículo. Por otro lado, en Vivanco observamos ejemplos de lo que también vemos en otros entornos urbanos de los pueblos meneses: sencillas casas populares (mezcla de influencias losinas, montañesas y vascas), casonas solariegas y contundentes edificios de tinte indiano. 

Empezamos a andar por la calle que deja a la izquierda el pequeño templo, en dirección al cementerio. A la derecha tenemos una buena panorámica de los montes de la Peña, dominadores del paisaje. Hoy ofrecen un elemento más de interés: podemos ver una pequeña muestra del fenómeno denominado “el bollo”, cuando las frías nieblas de la paramera se desploman en cascada hacia el fondo del valle por el efecto de la diferente temperatura. Este fenómeno es mucho más espectacular en los días claros de invierno.

Tras dejar a un lado el camposanto termina el asfalto y seguimos por un bonito camino carretero. El entorno rural de Mena aparece ocupado por prados más o menos extensos salpicados de rodales de arbolado de diferentes especies. Vamos dejando atrás un par de cruces en los que nos decidimos por la opción izquierda y en breve llegamos al pueblo de Concejero, a la altura de una torre medieval más bien sencilla pero en estado excelente. 

Inmediatamente cruzamos por primera vez el cantarín río Hijuela y alcanzamos una carreterita a la altura de un bonito lavadero. Continuamos andando por el asfalto remontando el río, que transcurren durante unos instantes paralelos. Pronto nos separamos del río y llegamos a un cruce, tomado la carretera de la izquierda que se dirige a Arceo.

Mientras que cubrimos el kilómetro escaso que nos separa de dicho pueblo, observamos amplios prados y más a lo lejos los montes de Ordunte y los bosques del alto Hijuela. Una vez en la localidad, a la altura de la iglesia, observamos en la calle más hacia la izquierda un cartel explicativo de la calzada medieval de las Enderrozas, posible heredera del trazado de una antigua vía romana.
 
Tomamos dicha calle e inmediatamente salimos del pueblo. Avanzamos en suave descenso, ignorando un camino que hacia la izquierda se dirige a un edificio aislado, al encuentro de nuevo del curso del Hijuela. Sin mayor novedad vamos dejando atrás la zona de prados y alcanzamos el bosque, transformándose el camino en un precioso y sombreado sendero. 

 Mientras continuamos por la transitada vereda comprobamos aquí y allá los rastros de una antigua y trabajada calzada, que alterna un empedrado de pequeño tamaño con losas más amplias. Pronto llegamos al lugar más interesante de la ruta: dos preciosos saltos de agua de razonable altura consecutivos en un rincón de indudable belleza (según la época, desde un lateral mana un tercer salto en forma de surgencia). En verano estos saltos pierden toda su agua.
 
Tras disfrutar del paraje a nuestro gusto continuamos ascendiendo por la senda-calzada. Las zonas más soleadas alternan con las sombrías, mientras que seguimos disfrutando del rumor del torrente. El llevadero ascenso termina a la altura del cementerio de Irús, en donde llama sobremanera la atención una capilla panteón de gran tamaño de principios del siglo XX. 
 
Al poco pasamos junto a la iglesia con una torre de factura militar y llegamos al pueblo, siguiendo hacia la izquierda su calle principal, y alcanzamos un pequeño jardín con mesas en donde podemos tomar un pequeño descanso. A continuación cruzamos la antigua carretera pasamos sobre el río y en una zona más ancha nos decidimos por la calle más hacia la derecha, en las cercanías de una fuente.

Dejamos atrás la localidad de Irús y pronto pasamos bajo la carretera moderna. El camino traza una curva hacia la derecha, pero ignoraremos los desvíos que encontraremos hacia esa dirección. Con ello avanzamos perpendiculares a la carretera, alejándonos de la misma en dirección a los montes que cierran el paisaje por el sur. 
 
Estamos empezando el tramo que implica más esfuerzo de la ruta de hoy. Por encima de nosotros observamos los robles y hayas del bosque de Leciñana de Mena, defendidos por una aparentemente infranqueable muralla rocosa. El pino de replantación queda a un nivel algo inferior. Cerca de la vía de FEVE nuestro camino termina a la altura de una pista algo más ancha, que seguimos hacia la izquierda. 
 
Entramos así en una zona de paisaje difuso, ni prado ni bosque ni roca. Bajo nosotros queda el pueblo de Irús y por detrás del mismo los bosques y las cumbres del pico Zalama. El desnivel es prácticamente inapreciable hasta que alcanzamos una bifurcación en la seguimos por la derecha, volviendo a ascender. El nuevo camino se va aproximando poco a poco a la línea de FEVE, hasta cruzarla, lo que haremos con precaución.
 
Tras un poco más de subida enlazamos con otro camino, que seguimos hacia el este. Estamos en el borde del bosque, dominado en este tramo por el pinar de modo que nuestro camino actúa más bien como cortafuegos. Sorprendemos a un despistado conejo y luego vemos a un zorro. El camino transita paralelo a las vías del tren, en principio en descenso pero luego afrontando consecutivas subidas y bajadas que se hacen un poco pesadas. Como aspecto positivo figura el hecho de que avanzamos por bosque autóctono, formado fundamentalmente por robles. A la derecha las cumbres marcan la ubicación del pico Cantonad.
 
Tras este tramo localizamos una derivación que cruza de nuevo el trazado ferroviario (si siguiéramos de frente el camino acabaría desapareciendo). Continuamos por el bonito bosque hasta llegar a un nuevo cruce. Seguimos por la izquierda, lo que implica superar una portilla por un paso a tal efecto. En el siguiente prado, con maravillosas vistas hacia los Montes de la Peña, el camino se difumina un poco pero es fácil de seguir. Al poco se hace mucho más evidente.

Todo este tramo se realiza en suave pero evidente descenso. Sin mayores novedades alcanzamos una nueva portilla con su correspondiente paso peatonal. Al otro lado hay una pista bastante ancha. Seguiremos hacia la izquierda pero teniendo en cuenta que luego retrocederemos para continuar en la otra dirección. Seguimos la pista unas docenas de metros hasta alcanzar el precioso paraje que ocupa el venerado santuario de Nuestra Señora de Cantonad, patrona del valle de Mena, del cual hemos hablado en otro artículo. De hecho aún observamos rastros de la romería anual, de la cual han transcurrido menos de dos semanas.

Volvemos sobre nuestros pasos tal y como hemos apuntando anteriormente. La pista desciende acompañada de un bonito bosque hasta que, a la altura de una curva a izquierdas, localizamos una nueva portilla con paso peatonal que seguimos hacia la derecha. La difusa trocha atraviesa un prado frente al coloso de Peña Mayor, cúspide de los Montes de la Peña. Pronto se transforma en una vereda más evidente entre vallados ganaderos. 

En continuo descenso, y, al poco de pasar junto a un depósito, hemos de estar atentos al punto más delicado del trazado: el camino parece seguir de frente pero localizamos una nueva portilla en el lado derecho, junto a lo que parece ser un picadero de caballos. Superamos la portilla y vemos que continúa un camino paralelo al que traíamos. Tras esta maniobra desembocamos rápidamente en el pueblo de Lezana de Mena a la altura de una urbanización de chalets.

Tras bordear la urbanización por su lado derecho recorremos las calles de Lezana en dirección a su famosa torre medieval. Llama la atención este pueblo no tanto por el valor constructivo de sus casas sino por lo cuidado de sus jardines. Para continuar tomamos como referencia la especie de plazoleta que se abre frente a su torre-castillo. Situados en la misma de espaldas a la fortaleza seguimos la calle situada más a la derecha. 

Ignoramos las desviaciones dirigiéndonos de nuevo hacia la urbanización; que bordeamos por el otro lado dejando atrás el pueblo. El nuevo camino nos dirige sin mayores novedades al pueblo de Vivanco. Mientras cubrimos los últimos metros de la ruta observamos hacia la izquierda el emplazamiento de la ermita de Cantonad, que parece estar a punto de ser devorada por el tupido bosque.

Comentarios

Recorrido sencillo sin ninguna complicación técnica, caminos evidentes y pocos cruces sencillos. La única dificultad escriba en las fuertes rampas en el tramo que transita paralelo a las vías de FEVE. Se puede partir también desde Irús o Lezana de Mena o realizarse en sentido contrario. 
 
La zona de cascadas es mucho más interesante tras periodos de deshielos o lluvias prolongadas; de modo que permanece seca buena parte del año. Probablemente la dediquemos un artículo específico dentro de unos meses.

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Track del recorrido (pulsa en el círculo verde para más información)
 

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Vídeo con imágenes del recorrido:

 

4 comentarios:

Amador dijo...

Bonita ruta ,me encantan las fotos que has sacado y me encanta el valle de Mena.¿crees que habria posibilidad de añadir a esta ruta el nacimiento del cadagua sin hacerla excesivamente larga?.Un abrazo desde Burgos.

Montacedo dijo...

Hola y gracias. En realidad creo que no habría mayor problema. Se podría hacer igual hasta cruzar las vías por segunda vez; poco antes de cantonad, en lugar de cruzar la portilla vamos a la derecha hacia Cadagua (creo que esto lo hicieron los de Senderismo Burgos hace unas semanas). Luego de Cadagua a Lezana se supone que hay un sendero según Turismo de Valle de Mena y luego desde Lezana se tiene la opción; bien de terminar directamente en Vivanco; bien de subir a cantonad (en dirección contraria a la que hice yo) y luego terminar bajando a Vivanco. La opción más larga supongo que serían unos 4 o 5 km adicionales.

Anónimo dijo...

Desde la plaza de Lezana, frente a la casa torre, parte un camino hormigonado y ocasionalmente no pavimentado pero en perfectas condiciones, llano y ancho que une este lugar con el propio nacimiento del rio Cadagua, unos trescientos metros antes de acceder a la pedania de Cadagua. Posee una longitud de un kilometro o quizas unos metros más.

Montacedo dijo...

Gracias por el apunte.