La parte oriental del Valle de Losa está cerrada por el sur por un alargado frente rocoso de escasa altura. Bajo el mismo se resguarda una estrecha franja boscosa en la que llaman la atención especialmente los hayedos. La parte de este espacio que pertenece al territorio de San Martín de Losa recibe el sugerente nombre de Monte Escabroso. Hoy diseñamos una sencilla ruta para conocer estos parajes.
Dificultad: Baja.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil, sólo hay algún punto delicado que se solventa con un poco de atención.
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas (11 kilómetros)
Hay que salir de Burgos por la N-1 o la A-1 hasta Briviesca. Desde aquí buscamos la carretera provincial que enlaza con la N-232 y con Oña. Pasada esta localidad tomamos la N-629 por el desfiladero de la Horadada hasta Trespaderne. Desde aquí cambiamos a la carretera que se dirige al Puerto de Angulo.
Pasados unos 25 kilómetros desde Trespaderne llegamos a una rotonda en donde hemos de girar hacia la derecha en dirección a Berberana. Ya solo nos quedan unos 5 kilómetros hasta el ramal que asciende a San Martín de Losa. Aparcamos al final del pueblo, justo en la salida de la pista hacia Villaluenga.
Puntos de Interés
Entorno de la ermita de Ahedo. Hayedos y bosques mixtos. Vistas desde la parte alta.
Descripción de la Ruta
Salimos por la pista citada, al suroeste del pueblo. Al cabo de unos pasos encontramos un ramal en la izquierda por el que continuamos. Pronto hay que superar una portezuela con la indicación de que estamos entrando en Monte Escabroso. El paisaje aparece cerrado por una alineación rocosa, no muy alta, bajo la que se encuentra en primer lugar una delgada línea de hayedo, y a continuación un pinar salpicado de gran variedad de arbolado.
Avanzamos por una pradería con robles algo dispersos. Dejamos un ramal en el lado derecho mientras que el arbolado se va densificando. No tardamos en llegar al entorno de la ermita de Nuestra Señora de Ahedo, un edificio cuidado y sencillo. La advocación deja bien a las claras que las hayas eran aún más protagonistas de este espacio en el pasado.
Prácticamente en la dirección que traíamos vemos que un sendero asciende hacia lo alto. Superamos las fuertes rampas entre un arbolado compuesto fundamentalmente por hayas, aunque también encontramos un gran quejigo. Pronto queda atrás el arbolado y un par de revueltas nos permiten ascender hasta la paramera. Desde la parte alta tenemos buenas vistas del hayedo otoñal.
Superamos una portilla para el ganado. A partir de aquí todo el borde del cortado estará delimitado por una alambrada, que a su vez es el límite entre las provincias de Burgos y Álava. El territorio perteneciente a esta última provincia se constituye en forma de una amplia pradera en la que pasta un ganado disperso, fundamentalmente caballar.
Continuamos hacia la derecha, dejando el cortado y el vallado en este mismo lado. Tenemos la opción de ir siempre al lado de este último, siguiendo los entrantes y salientes de la sierra, o bien ir más por el interior para acortar las distancias. Escogeremos en general la primera opción para poder disfrutar de las vistas, pues el avance es fluido y el recorrido total es corto.
A medida que avanzamos tenemos a nuestros pies diversas panorámicas del bosque y del valle de Losa. Más llano (aparentemente) hacia el oriente y más quebrado hacia el occidente. En esta dirección surgen las cimas de los Montes de la Peña y Sierra de la Carbonilla. Vamos cubriendo distancia con facilidad y sin mayores novedades hasta que tras varios kilómetros por la parte alta observamos que el vallado se cruza transversalmente en nuestro avance.
Superamos el vallado (que coincide con el límite provincial) por una especie de escalera y continuamos más o menos en la misma dirección, dejando el cortado a unos 20 o 30 metros de distancia. Tras unos cien metros serpenteando entre las encinas encontramos unas rodadas por las que podemos continuar. En efecto a este otro lado de la alambrada se extiende un bosque mixto, aunque curiosamente bajo los cortados encontramos menos hayas.
Caminamos unos centenares de metros mientras se nos une por nuestra izquierda otras rodadas. Hemos de estar atentos para localizar en el borde del monte una gran encina, bastante avejentada. En este punto nace un sendero que baja hacia el valle. El nuevo camino rápidamente se hace evidente, ancho y limpio; y nos ofrece varios puntos de gran belleza.
Bajamos rápidamente y sin cambiar de dirección durante un buen rato. Este descenso acaba cuando nos unimos a otro camino, punto en el cual hemos de girar bruscamente hacia la derecha; de modo que iniciamos el retorno hacia la zona de la ermita. Desde aquí la tendencia es ligeramente ascendente. En el arbolado se alternan hayas y pinos con robles y arces; árbol este último relativamente abundante en el valle.
Sin mayores novedades que las variaciones de arbolado seguimos este camino durante un buen rato, ignorando todos los desvíos. Tras una zona en la que la pendiente es algo más acusada, el camino que traemos gira hacia la izquierda y comienza a descender. Hay que estar atentos a la aparición a nuestra derecha de un murete de piedra maltratado, complementado con una alambrada. A la mínima oportunidad lo superamos y vemos que al otro lado existe un camino paralelo al nuestro.
Retrocedemos por este nuevo camino subiendo un poco y localizamos un ramal hacia la izquierda, de modo que retomamos la dirección oeste-este que traíamos hasta hace unos instantes. Una vez en el nuevo camino, algo más sombreado en el principio, retomamos el ritmo y comodidad de avance. Imperceptiblemente nos vamos alejando del monte y el arbolado va siendo cada vez menos húmedo.
Avanzamos acompañados por los signos de reciente talas en el bosque y acabamos llegando a una zona más abierta. Finalmente alcanzamos el punto en el que nos unimos al camino de acceso a la ermita de Ahedo. Ya sólo queda retomar el corto tramo que nos separa de San Martín de Losa.
Comentarios
Recorrido bastante sencillo. Estaría bien que por la parte inferior existiesen caminos o sendas más pegados a la sierra, permitiendo con ello transitar más inmersos en el hayedo. Se pueden diseñar trazados similares a este en torno a los pueblos situados más a oriente.
El paraje de Nuestra Señora de Ahedo acoge cada mes de julio una pequeña romería por parte de los vecinos de San Martín. Antiguamente asistían también vecinos de la cercana localidad alavesa de Bóveda, que llegaban bajando por la estrecha senda por la que hemos ascendido en el día de hoy. Por este camino venía también hace ya muchas décadas el vino de Rioja hasta Losa. Nuestra señora de Ahedo da nombre a una asociación local y a una cooperativa de la afamada patata de la zona.
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1 comentario:
La ruta tiene una pinta estupenda! Gracias por compartirla!
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