lunes, 7 de septiembre de 2015

Árboles singulares: el roble de las Mijaradas

Hace ya bastante tiempo hicimos una breve mención al pequeño y sorprendente robledal de "las Mijaradas", ubicado en terreno de Hurones (a escasos kilómetros de Burgos) y a un paso de los restos de la calzada romana "de Italia en Hispania" (la siguiente foto está tomada desde esta calzada). De hecho, el propio nombre de "Mijaradas" puede vincularse con los miliarios que señalaban las distancias de las vías romanas.
 
Se trata de un pequeño reducto de menos de diez hectáreas de tamaño y de origen un tanto incierto. Estaba asociado a una granja ahora semiabandonada, y según parece es desde hace tiempo propiedad de la iglesia; que como en tantos otros casos se ha desentendido de su mantenimiento. El caso es que su peculiar origen y su deriva en los últimos tiempos ha permitido que llegue a nuestros días esta frondosa singularidad entre los páramos circundantes.
 
 
Pero no podemos decir que no haya amenazas sobre el lugar. Algún agricultor de las tierras circundantes parece no encontrar ninguna razón en no extender su finca en dirección a un bosque "que no sirve para nada". Probablemente en algún momento encontró en su avance a nuestro protagonista, un centenario roble de más de cinco metros de perímetro y unos quince de altura; uno de los mayores del rodal.

 
Y como cortarlo directamente parecía muy brusco y el continuo paso del arado no parecía acabar con el árbol lo suficientemente rápido, qué solución más "elegante" que grabar con una motosierra las iniciales del valiente.  

 
Así se conseguía el objetivo principal, matar al árbol, y el secundario, lo hago porque puedo y porque me da la gana y me importa una "M" lo que digan los demás.

 
Y efectivamente ha logrado la heroicidad. El árbol ya está muerto; ha muerto de pié como todos los árboles, con una dignidad mil veces mayor que la de su verdugo.

 
Ya está. En unos meses, algún año todo lo más, se podrán cultivar unos metros más de tierra para sacar un kilo más de trigo que se pagará a 18 céntimos. Una gran inversión para la humanidad.

 
La historia la recogía hace unos meses el Diario de Burgos. Un crónica más directa y cruda nos la trae César Javier Palacios en su excelente blog "La Crónica Verde".

6 comentarios:

La Crónica Verde dijo...

Gracias por acordarte del árbol. Tuve la mala experiencia de darme de bruces con el zopenco que ha mutilado así al pobre roble. Lo publiqué en mi blog, por si queréis completar la información, aunque lo mejor es seguir llorando.

La Crónica Verde dijo...

Aquí el enlace: http://blogs.20minutos.es/cronicaverde/2015/04/28/mucho-cuidado-con-los-zopencos-con-motosierra/

Montacedo dijo...

Gracias por tu aporte. La verdad es que lo había leído, pero al final se me pasó incluirlo.

Chicote dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Chicote dijo...

Un triste día decidí dar un paseo por este rincón anclado en el tiempo que es el bosque de Las Mijaradas. Fui acompañado de mis hijas y, como de visitar a un pariente se tratase, pasamos a ver a "La Roblona". La encontré herida de muerte, marcada con el infame nombre de su verdugo en el tronco y con las raices reventadas, apenas con un hálito de vida en sus ramas.No pude explicarlas (a las niñas) el motivo por el que alguien podía llegar a cometer semejante tropelía. No hubo forma de justificar la muerte de este árbol, el abuelo de los miles de ellos que aun aguantan en este maravilloso reducto. Estaba sano, era orgulloso, el ejemplo de todos y ganador de innumerables batallas contra la codicia humana, cientos de años llevaba luchando y resistiendo hasta que sucumbió, taladrado el corazón y arrancado de la tierra. El Abuelo ha muerto. Quizás sea éste el presagio de lo que le espera a éste lugar de cuento, El Bosque de Las Mijaradas.

Montacedo dijo...

Gracias por tus sentidas palabras.