miércoles, 22 de abril de 2015

Cucho y su antiguo balneario

Desde La Puebla de Arganzón una carretera regional nos conduce a la parte principal del territorio del Condado de Treviño. En unos kilómetros localizamos, a la altura de una glorieta, un remozado edificio aislado a la vera del río Ayuda. Se trata de una residencia de ancianos que en el pasado funcionó como afamado balneario.
El balneario de Cucho funcionó entre los años 1868 y 1955, aunque de las propiedades de sus manantiales ya hablaba el diccionario Madoz unas décadas antes. Acudían al mismo familias pudientes del País Vasco, Burgos o Valladolid buscando cura para sus dolencias digestivas, respiratorias, urinarias, nerviosas y cutáneas.
 
Foto de principios del siglo XX. Vemos como el edificio conserva en lo esencial su estructura

En el amplio establecimiento se ofrecían, además de aguas y baños, tratamientos de lodo. Las aguas del balneario de Cucho se embotellaron y vendieron hasta mediados del pasado siglo. Según parece, una de las frecuentes riadas fue uno de los factores que causaron el fin de la actividad.
 
Tras el cierre del establecimiento, los edificios fueron adquiridos por la orden franciscana para la formación de novicias; siendo esta comunidad quien regenta la actual residencia. En los jardines exteriores aún existe una pequeña bomba manual de la que aún extraen los ancianos agua con el característico olor de componente sulfhídrico.
 
El pueblo en cuyo terreno se encuentra el balneario, Cucho, es un reducido lugar con una interesante arquitectura urbana. Una pequeña muestra la tenéis en las siguientes imágenes.
 

 

7 comentarios:

Amador dijo...

Un pueblo muy cuidado y muy bonito , sabia que lo sacarias, gracias por compartirlo, un saludo.

Unknown dijo...

En el año 1962 he residido en ese edificio, hace tres años he vuelto y me ha asombrado su restauración.

Unknown dijo...

Me ha encantado encontrar esta pequeña reseña. Los 'señores' (madrileños, barrio de Salamanca) de mi madre (sirvienta soriana) y mi tía (la cocinera) iban allí todos los veranos con la servidumbre. Mi madre, aun después de casada, siguió yendo unos años conmigo, pero el único recuerdo que tengo de esas vacaciones son a través de unas pequeñas fotos ajadas de los primeros años 50. Por eso me alegró dar con este blog.

Montacedo dijo...

Me alegro.

Unknown dijo...

Yo nací allí mis padres trabajaron allí me gustaría ver esas fotos un abrazo y gracias

Unknown dijo...

Seguro conociste a mis padres en ese mismo año nací alli

Zuhatz dijo...

En los años veinte (1920) del pasado siglo, mi abuelo paterno, D Juan de Zuazola y Urritikoetxea, solía pasar temporadas en el Balneario de Cucho para aliviar sus dolencias del sistema nervioso que desarrolló cuando vino de La Habana después de perder a su esposa Rosa Lejardi (mi abuela), quien había tristemente fallecido de un síncope cardiaco a los 39 años de edad en 1917. Está enterrada en sl Cementerio de Colón de dicha ciudad. Habían regresado a España en 1919 a bordo del vapor "Patricio de Satrústegui" arribando al puerto de Santander con sus tres hijos, Juan (mi padre) y mis tíos Armando y Julieta. Vivían en el Casco Viejo de Bilbao (calle Lotería #4) en casa de su primo José Ma. Otaolaurrutxi y su esposa Dolores (Lolita) Lejardi (mi tía-abuela). Según me contaba mi padre, su estancia en el Balneario de Cucho le revitalizaba grandemente y le ayudó muchísimo en la curación de sus dolencias nerviosas a los pocos años. Fuéronse después a vivir a Portugalete, donde había comprado un piso en el número doce de la calle General Castaños, donde (ya curado) finalmente falleció en 1943 a la avanzada edad de 84 años. Había nacido en Santurtxi, Biscaia en 1861. Bautizado en la parroquia de San Jorge.