viernes, 29 de agosto de 2014

Puentedey

Pocos lugares tan originales y atrayentes como la estampa de Puentedey. El destino quiso que el río Nela decidiese atravesar una potente masa rocosa creando este gran puente natural. Aunque originalmente debió ser una larga galería, hoy mantiene unas dimensiones nada despreciables de 15 metros de alto, 34 de ancho y 75 de largo.
 
Posteriormente una población se asentó en el lugar aprovechando la consistencia de los cimientos el estratégico enclave (los puentes son siempre estratégicos, y este puente natural es mucho más sólido que el que podían construir los hombres). No es raro por tanto que los descubridores del lugar creyesen ver una intervención divina: Puentedey, Puente de Dios.
 

Y algo divino creemos detectar los que observamos el lugar. Un segundo basta para tirar una foto desde este conocidísimo encuadre y, sin embargo, podrían dedicarse horas o días a descubrir todos sus matices: Por un lado, por el otro, de día, de noche, los tonos de su interior dependiendo de las diferentes luces que le alumbran...
 
 
Cuando accedemos al pueblo tal vez lo más llamativo sea precisamente la sensación de normalidad. Estrechas y cuidadas calles, como las de otros tantos lugares...nada que indique que el pueblo se levanta literalmente "sobre el aire".
 
Dos son las construcciones características de Puentedey (claramente identificables a ambos lados del "puente"). La primera es la conocida como torre de los Porras, aunque fue construida por la familia de los Brizuela o Fernández de Brizuela en el siglo XV. La saga (con la que el escritor de este blog tiene una lejana vinculación), se estableció durante varias generaciones en el lugar, a partir del anejo pueblo homónimo de Brizuela.
 
El castillo, que consta de dos torres unidas por un cuerpo más bajo, ha sido restaurado no hace muchos años, aunque la actuación no ha afectado a todo el edificio. 

 
El otro edificio característico de Puentedey es la iglesia, en la que llama la atención sobre todo el tosco relieve que adorna el tímpano de su portada (es del periodo románico). En consonancia con el carácter telúrico del lugar, muestra una enigmática representación de un personaje luchando con una gran serpiente. Algunos expertos han querido establecer una relación simbólica entre esta escena y el puente natural (el hombre dominando a la naturaleza). 

 
Aunque no os muestro imágenes de los mismos, en la parte posterior del puente hay otros dos elementos de interés etnográfico. Por una parte encontramos una pequeña oquedad conocida como “Cueva del Santo”, lugar donde hasta la segunda década del siglo XX se reunían los representantes la junta de Puentedey, constituida por Puentedey, Brizuela y Quintanabaldo.
Por otro lado, en la parte alta existe un antiguo edificio con una puerta abierta directamente hacia el vacío. Se trata de una “puerta del viento” o “ventero” y hasta hace unas décadas se usó para ventear el cereal y separar, de ese modo, el grano de la paja, aprovechando las corrientes de aire generadas por la existencia del puente natural.

2 comentarios:

Japy dijo...

Magníficamente documentada esta entrada sobre este precioso pueblo.
Un abrazo.

Montacedo dijo...

Muchas gracias. En realidad no me lo he currado tanto como en otras ocasiones. Tal vez en la próxima visita haga algunas fotos más.