Los seguidores más fieles del blog ya saben que son extremadamente escasas las referencias a localidades de cierto tamaño. De hecho creo que esta es la primera entrada dedicada a un un lugar de la capital; pero no me resisto a poner esta limitadas estampas de una de nuestra mejores joyas: La iglesia de la Cartuja de Miraflores, un tanto arrinconada por la Catedral y Las Huelgas. El retablo y los sepulcros reales son prácticamente piezas únicas dentro del último gótico.
Entrada al edificio, en la que ya se aprecia la original arquitectura.
Sencilla portada de acceso
Aspecto parcial de la nave principal en la que se aprecian las nervaduras de la bóveda y el retablo dorado.
Una interesante interesante sillería atribuida a Martín Sánchez, probable autor de la sillería de Oña.
El genial Gil de Siloé ideó está innovadora estructura de retablo, organizado en torno a un gran círculo en cuyo centro figura el crucificado. Las figuras, en especial la de cristo, son de gran calidad.
El sepulcro en alabastro del rey de Castilla, Juan II y su esposa, domina todo el espacio. De nuevo Gil de Siloé se aparta de los cánones ideando una estructura organizada en torno a una estrella de ocho puntas.
Las figuras yacentes son de calidad excepcional, pero lo que realmente hace única a esta obra es la decoración de sus dieciséis lados. Hay más de quinientas figuras, muchas de ellas obras maestras en sí mismas.
Aquí el cartujo consultando un libro.
La virgen de la leche.
No desmerece en absoluto la estatua orante del infante Alfonso, que sería la figura principal en otro lugar que no fuera éste.
La reciente restauración ha permitido poner en valor varias capillas laterales en forma de espacio museístico. Podremos contemplar varias joyas como un Berruguete, aunque también se nos informará del lejano destino que tuvo buena parte del bien mueble.
2 comentarios:
una maravilla el sepulcro, casi siempre achacamos el expolio, destrucción y perdida de obras a los franceses y posteriormente a la desamortización de mendizabal pero la que nos lió el bueno del conde de las almenas ya en el siglo xx
Gracias por dejar tu comentario.
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