Volvemos
a publicar el artículo dedicado a una de nuestras antiguas ruinas monasteriales
menos conocidas, las del monasterio de Santa María de los Valles de
Torresandino, aprovechado que recientemente, por fin, he podido cursar una
visita a sus ruinas.
El
acceso a este escondido lugar se realiza por una pista que nace en el pueblo de
Torresandino y que transcurre paralela al río Esgueva. Pasado más de dos
kilómetros nos desviamos más del río ganando altura; hasta llegar a la todavía
importante mole de la iglesia gótica del antiguo monasterio. También se puede
llegar desde el pueblo de Villovela de Esgueva, por un camino que pasa junto a
la ermita de Santa Lucía y su enorme moral.
Perdidos
ya totalmente el techo y las bóvedas, sólo quedan los muros que, si nadie lo
remedia se va a ir cayendo poco a poco. Junto a lo que fuera la iglesia existen
los restos ya desfigurados de antiguos edificios, algunos de los cuales muestran
signos evidentes de haber sido utilizados como corral para el ganado.
LA IGLESIA. De estilo gótico, se construyó en tres fases:
Fotos antes del desastre de 2008 (cedidas por la Asociación de Amigos de Torresandino)
Este es
el texto, ligeramente adaptado, que me enviaron las personas de la Asociación
de amigos de Torresandino, junto con algunas fotos de cómo estaba el monasterio
antes del expolio y hundimiento producidos en el año 2008. El resto de fotos
han sido tomadas por mí hace no demasiados días.
"ORÍGENES:
Perteneció a la orden de Carmelitas Calzados de la antigua observancia. Su
fundación data del siglo XIII, con inicios en unas cuevas que se abren entre
las calizas del borde del páramo, junto al nacimiento de unas fuentes, ocupadas
por un colectivo de eremitas y situadas en el poblado denominado entonces como
Aldea de los Valles.
Fernando
IV El Emplazado, Rey de Castilla y León (1285-1312), concedió privilegios y
decretos reales a favor de este convento el año 1302, cediendo para la fábrica
de su iglesia todos los pechos que le contribuían los ocho pobladores de la
aldea.
Sus
primeros patronos y reedificadores, hacia 1390, fueron D. Diego González de
Avellaneda, casado en primeras nupcias con Dª. Inés de Cisneros y en segundas
con Dª. Juana de Acitores, Señores de Villovela y Gumiel de Mercado. Fallecido
éste, en 1408, entró en posesión de sus Señoríos Dª. Beatriz de Avellaneda,
casada con D. Diego Gómez de Sandoval, Condesa de Castrillo y Señora de
Villovela, Gumiel de Mercado y Saldaña, que fundó una Capellanía en el
convento, en 1431, de 1000 maravedíes y 10 fanegas de trigo cada año, para
misas por sí, sus padres y los de su marido.
Muchos
de los Condes de Castrillo y sus hijos fueron enterrados en la Capilla Mayor de
la Iglesia, dada la gran devoción a la Señora de los Valles. D. Juan Delgadillo
y Avellaneda, Señor de Castrillo, Cevico Navero, Alcozar, Zayas de Torre,
Ciruelos, Tejada y San Pedro de la Yedra, en 1590 dejó sus bienes y Raíces al
convento, una vez falleciera su mujer Dª. Catalina Niño Sousa de Portugal, a
condición, entre otras, que debía haber 24 frailes (13 de misa y los demás
legos y novicios) y que hubiera estudio de Gramática y Artes con un estudiante
de cada convento de la Provincia. El testamento trajo consigo, además de las
posesiones de sus bienes, el del Señorío Jurisdiccional con la potestad de
elegir alcaldes, escribanos y alguaciles en los pueblos pertenecientes al
Señorío.
En
vista de estas posesiones, los Carmelitas de Castilla pensaron en el reparto de
las rentas a favor de los conventos más pobres, lo que indica el potencial
económico y la importancia del Convento de los Valles en el siglo XVII. También
gozaba de Privilegios Pontificios: entre otros, un Breve de Paulo V, fechado en
Roma el 18 de Abril de 1613, concediendo Jubileo especial para este Convento en
el día de la Natividad de Ntra. Señora y Clemente XII, el año 1738, reconoció
como Altar Privilegiado al de la Virgen de los Valles.
LA IGLESIA. De estilo gótico, se construyó en tres fases:
Inicialmente
constaba de nave principal de planta rectangular, con la torre y coro a sus
pies. Después se hizo la puerta en el Sureste y se amplió con nueva nave, para
lo cual se abrió un arco en la pared de la nave principal. La puerta fue
tapiada entre 1764 y 1766, pasando a ser la pared oeste de la nueva sacristía y
quedando los contrafuertes dentro de la misma.
La
venerada imagen de Ntra. Sra. de los Valles corresponde al siglo XIII-XIV y es
una virgen sedente con rasgos significativos del románico, sin alcanzar el
naturalismo del gótico. La capilla de Ntra. Sra. de los Valles se hizo en
bóveda el año 1655, ya que hasta entonces era una cueva o gruta. El retablo mayor era del siglo XVIII (hacia
1781) de estilo neoclásico.
EL
CONVENTO. En el año 1582 se hizo el cuarto que corre desde la torre a la celda
prioral y una cruz de piedra con gradas que estaba en el camino de
Torresandino. El puente de piedra que está en medio de Las Encerradas, se hizo
en el mes de Octubre de 1649.
En
junio de 1651 se hizo el refectorio con púlpito. En el año 1655 se hizo la obra
de la Capilla del Cristo de los Trabajos, con altar de piedra y cerrada por
hermosa reja, ocupando una cueva contigua a la de Ntra. Sra. de los Valles. El
año 1720 se hizo una de las bodegas que estaba bajo el refectorio y un sitio
para las cubas que luego se cerró al desmoronarse el techo.
En
Abril de 1736 se hicieron las paneras, la hospedería a la puerta de los carros
y las caballerizas bajo dicha hospedería. En 1763 se hizo la casa de los
pastores en el corral de las ovejas, así como una arqueta en la fuente de la
Virgen para desalar los pescados en agua corriente. Entre 1764 y 1766 se hizo
la pescadería, donde se lograba la pureza del pescado bien desalado y se
conservaba el vino fresco. También se hizo el arco de piedra que sale a la
fuente y se entabló la celda prioral.
Contiguo
a ésta se encontraban las habitaciones de los frailes, en la parte superior del
claustro. En la planta inferior se encontraba dicho claustro que comunicaba a
través de unas puertas con la huerta, descendiendo unas escaleras de piedra. A
lo largo del muro que daba a la huerta, había una especie de pasadizo
subterráneo abovedado que recogía las filtraciones de agua, a modo de aljibe,
posiblemente como reserva acuífera y para dar riego a la huerta.
Entre
Abril de 1777 y Mayo de 1781, se hizo un lagar con viga y piedra pilón;
asimismo se arregló la pared de Poniente, bodega y ventanas, se blanqueó el
refectorio, celda prioral y balcón de la misma. Hacia 1792 se reformaron la
mayor parte de los tejados y se cubrió la parte de atrás del convento. El 21 de
Abril de 1801 se hizo el corral de ovejas, puertas nuevas para el convento y
para el establo de bueyes.
En 1807
se compuso el palomar y se levantó el colmenar, se retejó todo el convento, se
hicieron cristales para las ventanas de la celda prioral y vidrios para el
refectorio y hospedería. En 1815 se realizaron numerosas reparaciones en la
fábrica del Convento, entre ellas, retejado, arreglo frontis de poniente,
colgadizo que cubre las capillas de la Virgen de los Valles y el Cristo de los
Trabajos o alzado de dos pirámides en sus tapias para su seguridad.
HISTORIA
RECIENTE. En el año 1810 fueron expulsados los monjes por el gobierno
francés de José Bonaparte, volviendo al convento en 1815 y permaneciendo hasta
1835, año en que fueron exclaustrados definitivamente con la Desamortización de
Mendizábal.
El
retablo del altar mayor se llevó en 1842 a la Colegiata de Roa de Duero. En
1841 pasó a la Parroquia de Torresandino el retablo de la Virgen de los Valles
y estatuas de la Virgen del Carmen y Santa Teresa. El altar de San Miguel se
ubicó en la Iglesia de Villovela de Esgueva.
El
blasón del Convento se encontraba en una de las columnas que sostenían el coro
de la iglesia, hasta que, en el invierno de 2008, sufrió un devastador expolio
en el que se perdieron tres arcos de gran valor arquitectónico, aunque algunas
piezas fueron recuperadas. De no poner remedio de inmediato, la casa que acogió
durante siglos a la Virgen del Carmen, está abocada a su total desaparición.
Actualmente, en su ubicación original (camino de Torresandino a
Villovela de Esgueva) se encuentran las paredes y algún arco de la iglesia y
Sacristía, restos del Refectorio, de la bodega, de muros de la huerta y
corrales, todo ello en ruinas y abandonado a su suerte.”
Fotos antes del desastre de 2008 (cedidas por la Asociación de Amigos de Torresandino)
Por mi
parte os puedo añadir algo más de la situación actual del monasterio. Me
cuentan desde la Asociación que el monasterio actualmente es de propiedad
privada, pero con la mediación de ellos se ha conseguido que el Ayuntamiento y
la propiedad negocien una cesión publica para poder solicitar subvenciones
de la Diputación o de la Junta y conseguir consolidar las ruinas actuales e
incluso si es posible reconstruir la columna central con los dos arcos que
sujetaba.
También
se quiere conseguir que los terrenos que rodean el edificio, las huertas y una
finca agrícola, se conviertan en zona de recreo en la se pueda celebrar una romería
que actualmente se celebra en unas arboledas preparadas con mesas de hormigón
al lado de la carretera que va de Torresandino a Villafruela. De momento hasta
donde yo sé lo que sí se hace es una marcha anual vespertina hasta le
monasterio coincidiendo con las fiestas de Agosto de la localidad.
Espero que este pequeño altavoz
del patrimonio burgalés sirva al menos para dar a conocer un poco más este
lugar y aplaudir el trabajo de la Asociación Amigos de
Torresandino.
Por supuesto, este lugar está en la lista Roja del Patrimonio en Peligro.
4 comentarios:
Hola Montacedo, que buen trabajo has realizado sobre este Monasterio que lamentablemente esta en ruinas y "restaurado" en algún merendero. Mira que llevarse los arcos.
A ver si la Asociación de Torresandino consigue algo y se pone en valor (que ya lo tiene) para que se pueda disfrutar.
Un abrazo
Muchas gracias aunque en este caso creo que hay que trasladárselas a los de Torresandino. A ver en que queda la cosa.
buen trabajo amigo
Soy de Villovela de Esgueva. Vivo en Murcia, visito con mi familia, con frecuencia este hermoso lugar y con los adelantos de hoy en día, leeremos vuestros trabajos. Un millón de gracias y salud para todos. Un saludo de Juan Hernando Alonso
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