Hace ya algún tiempo dedicamos un artículo específico a recorrer el singular paisaje de la hoya de Huidobro. Hoy proponemos una interesante variante que nos ofrece otra perspectiva de este paraje, permitiendo además combinarlo con un acercamiento parcial al paisaje de los cañones del Ebro y tomando contacto con dos de nuestros despoblados más emblemáticos.
Dificultad: Media-baja. Sólo exige cierto esfuerzo el ascenso al pico Otero.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil salvo en el último tramo. Si escogemos terminar por la carretera desaparece esta pequeña dificultad.
Belleza: Alta
Tiempo: 4 horas y media (17 kilómetros)
Situación.
Hay que salir de Burgos por la carretera C-629 en dirección a Villarcayo. Tras cruzar el páramo de Masa se llega a Pesadas, lugar donde hemos de tomar una desviación a la izquierda. En un par de kilómetros vemos como la vegetación cambia sensiblemente aunque pronto subimos a una nueva paramera. Al cabo de unos seis kilómetros desde el cruce encontramos el desvío que conduce a Huidobro. Seguimos el mismo disfrutando del tramo de hayedo.
Esta ruta también se puede empezar desde el puerto de “La M”. Tomando la misma carretera C-629 seguimos hasta el siguiente cruce. Tras pasar por Dobro, Porquera de Butrón y Cubillo de Butrón bajamos el citado puerto. Casi al final del mismo, a la altura de la última curva cerrada, encontramos la pista que conduce a Cortiguera. Dejamos el coche en este punto.
Puntos de Interés
Iglesia de Huidobro. Hayedo y depresión de Huidobro. Barranco Molinillos y su bosque. Pueblo de Cortiguera. Vistas desde el Pico Otero. Restos de minas de cobre.
Descripción de la Ruta
Huidobro es uno de los más emblemáticos pueblos del silencio de la provincia de Burgos, siendo su elemento más característico su todavía valiosa iglesia románica, que no sabemos cuánto tiempo aguantará hasta su ruina total. Dejamos el coche a medio camino entre las dos edificaciones que muestran un excelente estado (una de ellas es de reciente construcción).
Este es un buen punto para disfrutar de la hoya de Huidobro en toda su extensión. La única salida natural se encuentra al norte por un pequeño desfiladero. El fondo está ocupado por las praderas que sirven de alimento al ganado vacuno de la única explotación y actividad del lugar. Todas la laderas aparecen cubiertas de excelentes bosques: Los hayedos ocupan las zonas de mayor umbría y los robles las de mayor insolación.
Decidimos dejar el acercamiento a la iglesia para el final de la ruta; así que bordeamos la casa que queda a nuestra derecha pasando junto a unas naves ganaderas anexas a la misma. Terminado el asfalto pasamos junto a casas de aspecto popular, algunas arruinadas y otras en aceptable estado. Empezamos a andar por un camino tomando consecutivamente dos opciones hacia la izquierda en sendas bifurcaciones.
Con estas maniobras nos situamos frente al barranco Molinillos. En suave descenso llegamos a su entrada. Se trata de una estrecha y alargada garganta que nos ofrece preciosas estampas debido al arbolado, al arroyo y a las paredes rocosas. Son muy abundantes las hayas e incluso se observan algunos tejos. Cruzaremos varias veces un pequeño pero agradable arroyo.
Tras algo más de un kilómetro por el desfiladero, y de forma casi imperceptible se nos une por nuestra derecha el barranco Turrientes. Pese a que su fondo está seco y ser de menos entidad que la garganta que venimos recorriendo, el nuevo barranco pasa a dar nombre al resto de la hoz. Enseguida nos vemos obligados a alejarnos del cauce del arroyo para ascender por unas revueltas. Ello nos permite, no obstante, tener una buena vista del tramo de barranco que acabamos de recorrer.
A partir de este punto el camino transita por una zona más abierta y soleada. Los árboles que nos acompañan ahora son quejigos, encinas, enebros y cipreses, entre otros. No obstante en la ladera de enfrente es fácil apreciar la exuberancia del hayedo. Descendemos un poco ignorando algunas desviaciones hacia el lado derecho pasando a continuación a un tramo sin casi desnivel.
Ya en suave subida empezamos a distinguir frente a nosotros los paisajes de los cañones del río Ebro. Terminamos llegamos a la carretera Dobro–Pesquera, a la cual seguimos en su descenso tan sólo unos pasos, pues pronto encontramos la pista que conduce a Cortiguera. A lo lejos vemos ya este pueblo, en la falda del monte, y también la bella localidad de Pesquera de Ebro.
Entramos en la parte más tediosa del recorrido de hoy. La ancha pista desciende lentamente hasta el fondo del barranco Turrientes y luego asciende camino de Cortiguera. Cerca ya de esta localidad llegamos a una bifurcación. Hacia la izquierda tenemos el acceso de vehículos al pueblo, pero decidimos tomar la de la derecha, siguiendo el trazado del sendero GR-99, Gran Sendero del Ebro.
En unos pasos localizamos una senda se asciende por una especie de túnel vegetal hasta alcanzar la primera casa de Cortiguera. Frente a nosotros aparece la semiarruinada iglesia. Para continuar hemos de seguir la calle que bordea el edificio religioso a la altura de su ábside, y continua hacia la izquierda. No obstante decidimos dedicar unos minutos a pasear junto a las centenarias casas de este pueblo en semiabandono, llegando hasta el bonito emplazamiento del palacio de los Bustamante, con su fuente y lavadero.
Ya en la calle citada dejamos atrás las últimas casas y llegamos al final del pueblo, justo en el punto al que habríamos llegado caso de seguir la pista de acceso de vehículos. Hacia la derecha tenemos un cartel informativo de una ruta que coindice en buena medida con la que estamos realizando, y un camino por el que hemos de ascender.
La pendiente desaparece rápidamente y vamos dejando atrás paulatinamente el pueblo. Detrás del mismo pueden intuirse los meandros que forma el cañon del Ebro. Avanzamos por un agradable tramo a la sombra de quejigos. Como vamos girando poco a poco, empiezan a aparecer de nuevo las hayas, en combinación con otros árboles. Avanzamos con facilidad disfrutando del entorno hasta que un nuevo giro nos lleva a un entorno de arbolado más seco.
Nada más superar una cadena que sirve para restringir el paso de vehículos tomamos la opción derecha en una bifurcación. Hacia dicho lado aparecen dos estrechas y pequeñas hoces. Entramos en un tramo de fuerte pendiente ascendente en el cual vuelven a aparecer de nuevo las hayas. Tras varias revueltas llegamos a una especie de collado en el que existe un cruce. El sendero señalizado con el que hemos coincidido hasta ahora sigue hacia la izquierda y desciende ya hasta Huidobro en poco más de un kilómetro.
Nosotros sin embargo decidimos ampliar el recorrido ascendiendo hasta el pico Otero girando hacia la derecha. Estamos a menos de 1000 metros y hemos de ascender hasta los 1200. Subimos por una de las hoces indicadas anteriormente y pronto llegamos al altiplano desapareciendo por un momento el arbolado. Torcemos aquí hacia la izquierda siguiendo un nuevo camino, el cual se aproxima a un nuevo rodal de hayas.
El firme es aquí más blando, incluso embarrado. El camino termina girando hacia la izquierda y se desdibuja pero con un poco de atención vemos cómo continua volviendo hacia la derecha y transformándose ya en unas rodadas. Estamos en campo abierto y observamos ya cerca de nosotros los aerogeneradores que ocupan la cima.
El terreno es bastante despejado, por lo cual podemos ir directamente hacia los mismos; pero preferimos seguir las rodadas que implican un ascenso más llevadero durante un tiempo. Tras dejar atrás un abrevadero enfilamos ahora sí directamente hacia el primero de los aerogeneradores. El avance es algo lento por las plantas rastreras y por la pendiente.
Cerca ya del primer molino preferimos seguir el borde del cortado. Bajo nosotros vuelve a aparecer la hoya de Huidobro, con su peculiar forma de semiesfera hueca y su singular arbolado. A nuestros pies localizamos el pueblo. Avanzamos en esta dirección hasta alcanzar el vértice geodésico. Hacia las otras vertientes se distinguen numerosos relieves característicos del norte burgalés, aunque no hace el mejor día para apreciarlos. Cerca identificamos el pueblo de Nocedo e incluso el enclave de la ermita de Santa Centola.
Para el descenso lo más cómodo es seguir la pista que da servicio al pequeño parque eólico. Otra opción más interesante es seguir en todo momento el borde del páramo aunque ello implica cierta complicación con los arbustos y una alambrada que habrá que superar. Cualquiera de las dos opciones nos deja cerca del punto en el que la citada pista desemboca en la carretera de servicio a Huidobro; junto a un panel informativo.
Desde aquí tenemos dos opciones. La más sencilla y también recomendable es descender al pueblo siguiendo la carretera y acompañados de un precioso hayedo durante el primer tramo. Alternativamente, una opción más original es seguir una difusa vereda que nace justo detrás del panel. Pronto llegamos a una especie de manantial con el suelo embarrado. El sendero gira un poco hacia la derecha y se encajona un poco.
El avance no es muy diáfano ya que son frecuentes las ramas que invaden un poco la trocha, aunque se avanza con relativa facilidad; es evidente que este sendero sólo se mantiene por el paso del ganado. En un determinado momento salimos a una zona más abierta, girando un poco hacia la derecha. Bajo nosotros localizamos la carretera.
Bajamos un poco por una marcada pendiente sin sendero definido. Ya entre arbolado encontramos una nueva vereda-sendero que tomamos sin alcanzar la carretera. Pasamos junto a una zona de curiosas rocas areniscas, bajamos un poco y alcanzamos una segunda zona de rocas, en las que se aprecian las oquedades de una antigua actividad minera de cobre; de formato muy precario.
Siguiendo de manera natural el sendero acabamos desembocando en la carretera, ya muy cerca de Huidobro, dando con ello por terminada la ruta de hoy.
Siguiendo de manera natural el sendero acabamos desembocando en la carretera, ya muy cerca de Huidobro, dando con ello por terminada la ruta de hoy.
Comentarios
El recorrido descrito coincide, salvo en su último tramo, con uno de los senderos señalizados dentro del Parque Natural de las Hoces del Ebro y Rudrón. No obstante en el momento de realizar el recorrido (octubre de 2015) no podemos garantizar que la señalización sea completa. Si escogemos ajustarnos por completo al sendero el recorrido se simplifica y se acorta, quedando en unos 13 kilómetros.
Existe la posibilidad de realizar combinaciones de diferente longitud entre este recorrido y el tradicional de la hoya de Huidobro. En este sentido podemos indicar que también se han señalizado recorridos dentro de este paraje.
Track del recorrido para GPS (pulsa en el círculo verde para más información).
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Vídeo con imágenes del recorrido.
Buenas tardes Javier,sigo leyendo todas las entradas de tu magnifico blog,esta ruta es muy bonita y las fotos una pasada.Ese haya del barranxco de molinillos,dios,como me gusta.Hace poco tiempo estube en Turzo,en la tienda de las velas tube la gran alegria de encontrarme con un amigo que hacia muchos años que no veia,y hablando me comento que un grupo de amigos llevan un tiempo haciendo rutas por Burgos,me comento que no es facil encontrar rutas bien descritas y yo le hable de tu blog,que el no conocia,hace una semana me mando un mensaje de agradecimiento pues considera que tus rutas le van a venir muy bien .Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por comentar. Lamentablemente la luz no era muy buena y tuve que saturar las imágenes para resaltar los colores. En directo la vista de la Hoya desde el Otero es sobrecogedora. Me alegro que a tu amigo le vengan bien las rutas.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarcomo en otras ocasiones, no puedo dejar de acordarme de cómo me "recibieron" los perros en mi única visita a Huidobro (yo fui desde Sedano). Por lo demás la hoya es muy curiosa.
¿Por qué lo del nombre de puerto de la "M"? ¿Por lo alto en los extremos y la depresión central del río?
Interesante aportación, como siempre.
Siempre he pensado que era porque visto en un mapa parece una M, pero tampoco he preguntado mucho
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