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miércoles, 18 de diciembre de 2019

Torre de Hoyales de Roa

Hoyales de Roa se sitúa en la ladera de un altozano muy próximo a la confluencia de los ríos Riaza y Duero. Esta estratégica ubicación lo hizo en el pasado lugar idóneo para la ubicación de puestos defensivos. La historia de esta torre comienza a finales del siglo XV, cuando Juan de Avellaneda, señor de Haza, reparte sus posesiomes entre los dos hijos que tenía.





A su hijo Juan, el mayor y bastardo, le concede Hoyales y Fuentelisendo. A su hija legítima Aldonza, Peñaranda, Iscar y Haza. Aldonza reclama todas las heredades y Juan su derecho de mayorazgo. Para defenderlo levanta esta torre en 1472, transmitiendo la heredad a su hija Constanza, siendo su marido Martín Vázquez de Acuña quien termine la fortificación.


Según los expertos, el castillo original disponía de una torre del homenaje de 18 m de altura y 11 de largo en sus cuatro paredes, al parecer similares. El grosor de los muros es de 1,75 m, compuesto de sillería exterior en las esquinas y mampostería rellena de piedra, ripios y cal.



De cuatro plantas de forjados, las esquinas se rematan con garitones almenados y en el centro de la pared norte (quizas también en las otras tres) un matacán igualmente almenado. Su defensa se centraba en el muro del sur y las trincheras, hoy semidestruidas con las bodegas. La puerta de acceso pudiera estar en la pared del este.


Vuelta la Villa de Hoyales a la jurisdicción y posesión del Conde de Miranda en el siglo XVI, el castillo perdió toda razón de ser y se fue abandonando paulatinamente con el consiguiente deterioro. Con la base documental existente se puede asegurar que sus piedras forman parte de la ermita (1590 y 1713) de la iglesia (1778), del cementerio (1882), del antiguo lagar de las Ánimas y de alguna bodega. Incluso se comenta que pudieran formar parte de las más antiguas casas conservadas del primitivo caserío.


El condado de Miranda paso a la casa de Montijo y, de ésta, a la de Alba, procediéndose en 1883 a la inscripción registral de la fortaleza y otras posesiones en favor de la Casa Ducal de Alba. Venden un año después los duques sus posesiones en Hoyales por 35.000 pts. a don Dionisio Bombín y Veluza, quien, a su vez y por 170.400 pts., vuelve a enajenar las 29 fincas y el castillo a 41 vecinos el pueblo, quienes lo inscriben en la misma proporción en que adquieren los terrenos de labor el 12 de noviembre de 1919.



El abandono de esta propiedad proindiviso faculta al Estado para inscribirlo a su nombre en 1967, según expediente administrativo de la Dirección General de Bienes y Derechos del Estado. Por Decreto de 22 de abril de 1949, el castillo de Hoyales goza de protección pública como B.I.C., habiendo sufrido dos restauraciones, en 1986 y 2007, que, además de rectificar los evidentes y peligrosos deterioros de los últimos años, han consolidado las ruinas como símbolo emblemático de la localidad.

Fuente: Página web del Ayuntamiento de Hoyales de Roa. http://www.hoyalesderoa.es/

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