Hablábamos hace unos días de la lobera de San Miguel. Aunque poco conocida, la lobera de San Miguel aún es localizada con cierta frecuencia por los montañeros que recorren la zona. No pasa lo mismo con nuestra protagonista de hoy, la lobera de Gurdieta, cuya aislada localización la hace muy poco propensa a la visita.
Curiosamente, los emplazamientos de ambas loberas son visibles mutuamente, ubicados por encima de los cortados situados a ambos lados de la carretera del puerto de Angulo (hablamos de los emplazamientos, no de las loberas). En realidad la lobera de Gurdieta se encuentra en la depresión que separa a dicho monte de la cima del Paredes. El acceso se puede realizar tras una buena caminata partiendo desde el citado puerto de Angulo o desde las cercanías del Puente Nuevo, junto a la carretera de acceso a Relloso. Ambas opciones acaban confluyendo poco antes de integrarse en el tupido bosque que cubre esta área.
Vista del emplazamiento de la lobera en Google Maps: (a) Original (b) con indicaciones de los espacios más relevantes |
Precisamente la existencia del arbolado dificulta la visión aérea de la lobera, salvo en su muro este, el que la conecta con el precipicio. El muro oeste se integra en el bosque. Existen una serie de cabañuelas más o menos arruinadas (se contabilizaron en su momento hasta 15), siendo este el elemento más peculiar de este callejo. También están bastante arruinadas sus paredes, entre otras cosas porque sus piedras fueron utilizadas como base para construir la pista que recorre la zona.
Restos de muros existentes parecen dar cuenta de una reformulación de la estructura inicial, sustituyendo el muro oeste por otro situado en ángulo más abierto, consiguiendo una mayor amplitud de la trampa. La longitud de la pared oeste es de 339 metros y la de la este de 290 metros. El foso tiene una profundidad de 2,5 metros y una superficie de unos 16 m2. Como en otros casos, en el interior del foso hay un amontonamiento de piedras que servía para evitar que el lobo tomara carrerilla y saltara fuera del hoyo.
Vista del foso. El amontonamiento de piedras en su centro no es casual |
A las batidas de Gurdieta acudían gentes de Quincoces de Yuso, Villaventín, Castresana, Relloso, San Miguel de Relloso, Quincoces de Suso, Lastras de la Torre, Oteo, Villabasil y Vescolides. Como en otros casos, es probable que las últimas fases de la montería y acoso correspondiesen fundamentalmente a los habitantes de los pueblos más cercanos a la trampa.
Su remodelación más reciente podría fecharse en los siglos XVII o XVIII (existe un documento fechado en 1763 en el que se habla de la construcción de una lobera en Relloso). Estuvo en activo hasta 1950, fecha en la que dos vecinos de Quincoces de Yuso mataron unos lobos.
Más información en:
"Loberas en la Comarca de las Merindades". Judith Trueba Longo
"El trampeo y demás artes de caza tradicionales en la Península Ibérica". Moises D. Boza.
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