Para los aficionados a la fotografía y a los paisajes de corte rural es una buena noticia que desde hace años se haya implantado un cultivo de lavanda en la comarca de Lerma; cultivo que ha cogido cierta fama y del que nos hemos hecho eco en este blog hace un tiempo.
Menos conocidas, en parte por ser más recientes y ocupar menor superficie, son los campos de lavanda que crecen nada menos que en las parameras de Coculina, en un frío entorno que uno no vincularía mentalmente con esta planta. Resulta llamativo el contraste del malva con el fondo de los aerogeneradores que se erigen a más de mil metros.
En realidad, estos terrenos pertenecen al pueblo de Acedillo (integrado en el extenso municipio de Villadiego) y su existencia obedece a una curiosa circunstancia. Según parece el emprendedor es un manchego que emparentó con una paisana de Acedillo, y alquila las fincas a la familia política. La destilación la realiza en el mismo pueblo; ya que según parece la rapidez en este proceso es un factor fundamental.
Gracias por las imágenes y la información. Me llaman la atención los beneficios de la lavanda, además es tan bonita...
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