Consta de tres cuerpos superpuestos, en los que el inferior se abre como un gran arco triunfal que resguarda la portada principal del templo. El segundo cuerpo luce un enorme ventanal con arco de medio punto partido por maineles y el tercero, que ya es obra de Juan de Salas (discípulo de Siloé) tiene dos pisos con elegantes ventanas y está rematado por una cornisa con balaustres y pináculos en las esquinas. En las cuatro fachadas de la torre es fácil distinguir una magnífica selección escultórica de elementos iconográficos renacentistas y platerescos. El conjunto aparece culminado por una linterna ochavada del siglo XVIII, que sustituye a la concebida por el maestro Ondategui. La original acabó derribada en 1755 como consecuencia gran terremoto de Lisboa.
Cuando en 1527 comenzó a levantarse la torre, ya estaba prácticamente concluido el resto de la iglesia, cuyo interés no debe verse eclipsado por el de la extraordinaria torre. El templo tiene planta de tres naves y distintas fases constructivas. La más antigua es protogótica, comienzos del siglo XIII, que incluye una de las portadas. En todo caso la portada que llama más la atención es una gótico flamígera que pudo realizarse por Simón de Colonia o por su escuela a principios del siglo XVI.
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Degollación del Bautista. Berruguete. |
En el interior, el principal tesoro artístico son las tablas pintadas hacia 1483 por Pedro Berruguete: “el bautismo de Jesús” y la “degollación del Bautista” son las mejores y en las que con mejor nitidez se aprecia la genialidad del pintor palentino.
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Combinaciones de capiteles y bóvedas que no deberían pasarnos desapercibidos. |
Pero podemos reseñar otros elementos: Los capiteles de las columnas muestran figuras de animales fantásticos y escenas del nacimiento y adoración de los Reyes Magos, así como representaciones de los pecados capitales y los vicios y virtudes.
La sillería gótica del coro, de finales del XV, presenta similitudes con la de la Cartuja de Miraflores o la sillería de Oña. Fue desplazado al centro de la nave al levantarse la torre.
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Detalle de la sillería. se especula con que este personaje barbado pudiera ser el autor de la obra. |
El púlpito; una excelente obra de yesería gótico-mudéjar, construido a principios del XVI.
El órgano, restaurado recientemente
El sepulcro de los señores de Torremoronta
Otros sepulcros integrados en arcos conopiales, algunos procedentes de antiguas ermitas
Una preciosa vidriera original del siglo XVI
La sacristía es un museo en si misma: llama la atención un armario de nogal del siglo XVI, con escenas de la vida de la virgen, obra de Simón de Bueras. Dentro del mismo encontramos, entre otros tesoros, la custodia y la cruz profesional, ambas de principios del siglo XVI. Se trata de dos de los más sobresalientes ejemplos de orfebrería de toda la provincia. También pueden citarse una curiosa naveta de plata con forma de carabela. Incluso hay un incensario, no tan llamativo, que pudiera representar la linterna perdida tras el terremoto de Lisboa.
Pero en la sacristía hay más piezas interesantes, como la imagen de Nuestra Señora de Escuderos y unos tapices de corte romanista. Por discreción, he decidido no incluir fotos de todas esta piezas, así que para verlas deberéis realizar vuestra propia visita.
El claustro es de estilo gótico del siglo XV. Se conservan las tres galerías primitivas, ya que por falta de espacio aprovecharon la nave del evangelio para las procesiones. No obstante, parte de dicho claustro e incluso una pequeña sección de la iglesia fueron expropiados y alterados por el concejo durante la desamortización de Mendizábal.
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Obsérvense estos extraños canecillos: un perro y una posible representación del infierno. |