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viernes, 28 de noviembre de 2014

La ermita de San Félix de Oca

A tiro de piedra de Villafranca Montes de Oca, y en pleno camino de Santiago, todavía se alzan los vestigios del antiguo monasterio de San Felices o San Félix de Oca, que hunde sus raíces históricas en los primeros tiempos de la cristianización  de la provincia de Burgos. Su origen se remonta a la época hispanovisigoda., en concreto al siglo VI, cuando la estratégica ciudad de Auca – también fue una importante urbe autrigona y romana – se convirtió en una de las primeras sedes episcopales de España.
Unos peregrinos se acercan a la milenaria construcción en un día luminoso de primavera.

En la actualidad sólo se mantienen erguidos los restos del ábside de la iglesia levantada durante la Alta Edad Media y que con el tiempo derivó en una simple ermita. La planta del templo era basilical, como han comprobado las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la misma. Los arqueólogos también han corroborado que los cimientos son de época visigoda y que en ellos se reutilizaron materiales romanos.
 
 
A la cabecera, que tiene planta cuadrada, todavía se accede por un arco triunfal de medio punto que parece derivar de uno anterior en forma de herradura. Su cubierta es una pequeña cúpula esférica sostenida por pechinas. A principios del siglo XX todavía existían parte de los muros laterales, incluyendo la entrada principal. Al parecer, recordaba en cierta medida a la ermita visigoda de Quintanilla de las Viñas.

El monasterio de San Félix de Oca aparece citado por primera vez en un documento apócrifo del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, al que, a partir del año 1049, acabó perteneciendo. Según su testimonio escrito más antiguo, fechado en el año 863, San Félix de Oca fue engrandecido por el abad Severo y por el fundador de la ciudad de Burgos: el conde Diego Rodríguez Porcelos, cuyo cuerpo, según la tradición, está enterrado entre sus muros. Hoy una placa recuerda esta creencia.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Tosantos

Una de las imágenes características de Tosantos, en pleno camino de Santiago, es la del robusto y bien conformado castaño de Indias que aparece junto a su iglesia parroquial, al lado de la carretera.


 
La otra estampa asociada a este pueblo es la de la original ermita rupestre de Nuestra Señora de la Peña; que se levanta en una ladera al norte del pueblo, al modo de templos más comunes en el sur de España.

 
Este edificio de construcción renacentista y barroca es el heredero de lo que fue un importante conjunto eremítico que tuvo sus orígenes en plena época altomedieval. La ermita está excavada en la roca, quedando al exterior solamente su fachada. Tiene una longitud de unos 16 metros y una anchura de siete. La altura llega en algunas zonas a los seis metros.

 
Entre las celebraciones desarrolladas en esta ermita destaca el encuentro de peregrinos y hospitaleros que tiene lugar cada mes de agosto. Durante el mismo se procede a quemar los deseos dejados por los Peregrinos en el Hospital/Albergue de Tosantos.
 
Hacia el este del pueblo se observan los restos de las llamadas cuevas de los Arancones, también de origen altomedieval. La mayor parte de ellas son hoy inaccesibles y algunas han sido retocadas con modesta obra de albañilería.
 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Regreso a los pueblos del silencio: Villafría de San Zadornil

Villafría de San Zadornil es otro de los pueblos que Elías Rubio recoge en su libro "los pueblos del silencio". Enclavado en un entorno de brillante naturaleza, a la tendencia migratoria se sumó la presión del Ayuntamiento para que el pueblo quedase deshabitado; con el objeto de poder arrasar las casas y permitir que el ganado pastase con toda libertad.

El pueblo desde la sierra de Arcena
 
Pudo hacerse esto gracias al dinero conseguido por el comercio de la madera. El Ayuntamiento fue haciéndose con muchas de las propiedades, las cuales fue arrasando. Tres familias se resistieron al proceso. Como medida de presión se cortó el suministro de luz (en el año 1969) y no se abordó el necesario proyecto de suministro de agua. El lugar, que llegó a contar con 100 habitantes en el año 1900 y 72 habitantes en 1940, quedó totalmente deshabitado en 1976, tras la emigración de dos de las familias y el fallecimiento del último vecino.

 
 No obstante las casas no llegaron a abandonarse del todo y las presiones del municipio cesaron. Los antiguos vecinos siguieron acudiendo con asiduidad. Los nuevos empadronamientos llegaron a finales de los años 90. En el año 2003 se recuperó el suministro de agua. Hoy en día (2013) cuenta con la cifra de 9 habitantes empadronados.


lunes, 17 de noviembre de 2014

Árboles singulares: los castaños de San Zadornil

Ya hemos mostrado en este blog algunos castaños centenarios ubicados en la Merindad de Sotoscueva. Quedan otros en el tintero por esa zona pero el lector podrá reflexionar que al fin y al cabo se trata de ejemplares aislados que no constituyen una masa forestal, siendo algo así como árboles ornamentales.

Afortunadamente la variedad de nuestra provincia es tan grande que, dentro de la humildad que no debe abandonarnos nunca, podemos presumir de que en un remoto lugar sí que encontramos una agrupación reseñable de castaños, unos cuantos de los cuales pueden presumir de centenarios. La verdad, había leído algo sobre estos castaños, pero no me esperaba ni un tamaño tan grande ni un número tan considerable.

Estamos hablando de la Jurisdicción de San Zadornil, ese apéndice geográfico del norte burgalés al que sólo se puede acceder desde tierras alavesas. Nuestro destino es la localidad de San Zadornil, cabeza de este montuoso municipio. Pasado el pueblo en dirección a Villafría de San Zadornil, a tan sólo 100 metros encontramos un camino a la izquierda y un panel explicativo.

lunes, 10 de noviembre de 2014

San Zadornil


En una visita más o menos reciente al bonito pueblo de San Zadornil pude completar algunos huecos que me quedaron de mi anterior visita; y es por ello que paso a republicar este artículo.

Valpuesta está geográficamente unida a la Merindad de San Zadornil, aunque en realidad pertenece al municipio de Berberana. La Jurisdicción de San Zadornil como tal está constituida por cuatro pequeños pueblos enmarcados por un paisaje precioso. De ellos el más interesante es muy probablemente San Zadornil.


Lo más interesante del casco urbano es su humilde pero homogénea iglesia románica de San Saturnino (de nuevo una advocación muy antigua). Conserva casi toda su estructura, salvo el ábside. Está construida sobre todo en sillarejo y destaca sobre todo su torre. La decoración es sencilla y sobria.


viernes, 7 de noviembre de 2014

Belorado

Belorado, cabeza de la comarca conocida como Riojilla Burgalesa, es una de tantas localidades en las que el progreso y el crecimiento han venido aparejados de una considerable pérdida de la identidad patrimonial. Por esta y por razones que no viene al caso repetir, haremos un repaso más bien somero que probablemente no sea del todo justo con el lugar.
 
Vista del pueblo desde el castillo

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Fresno de Rio Tirón y el convento de San Vitores

Unos pocos kilómetros río arriba de Cerezo de rio Tirón, pero en el mismo valle abierto, se encuentra la localidad de Fresno de Rio Tirón. El elemento patrimonial más llamativo del casco urbano es su iglesia de San Andrés, no tanto por su tamaño, que también, como por el hecho de encontrarse precintada por riesgo de desprendimientos e incluso de derrumbe, entre otras cosas por la poca calidad y la mezcolanza de materiales de construcción (caso para nada excepcional en esta zona).

Nótese el techo hundido de la cúpula

 
 

lunes, 3 de noviembre de 2014

Regreso a los pueblos del silencio: Quintanilla de las Dueñas

La vega de Cerezo se extiende hasta el límite con La Rioja. Aquí el río discurre por un profundo y encajonado valle que se ubica entre las rocosas laderas y la planicie cultivable. Poco antes de entrar en La Rioja, en dicha planicie pero justo al lado del escalón que la separa del río, se localizan los restos de unas construcciones que se corresponden con el antiguo pueblo de Quintanilla de las Dueñas, conocido en la zona como Quintanilleja.

 
Del lugar, deshabitado desde hace unos cincuenta años, sólo queda una casa en pie y los reconocibles restos de la iglesia de San Millán.