La siguiente parada de nuestra ruta la efectuamos en la
localidad de Rojas de Bureba, solar de la familia homónima y en donde aún
encontramos los escasos pero aún imponentes restos de su castillo.
La historia del linaje de los Rojas se remonta al siglo XII
y para evidenciar su peso en el medievo baste recordar que en este blog ya los
hemos mencionado en relación con los castillos de Poza de la Sal, Cavia, Muñó, Mazuelo de Muñó y Rebolledo de la Torre, entre otros lugares.
Adosado a la torre de homenaje se conserva lo que parece fue
capilla y vivienda del castillo, que presenta dos ventanales, uno lobulado y
con molduras, y el otro cuadrangular con una moldura de remate.
Según la información oral recogida, no hace muchos años se derrumbó uno de los lienzos del muro sur del castillo. En realidad resulta sorprendente que se conserven estas paredes de casi 20 metros de altura sin ningún tipo de sujeción. Además, el edificio ha sido parcialmente desmantelado en época moderna para aprovechar sus piedras por parte de la población local.
Según la información oral recogida, no hace muchos años se derrumbó uno de los lienzos del muro sur del castillo. En realidad resulta sorprendente que se conserven estas paredes de casi 20 metros de altura sin ningún tipo de sujeción. Además, el edificio ha sido parcialmente desmantelado en época moderna para aprovechar sus piedras por parte de la población local.
Los restos materiales documentados y los restos que se
conservan del castillo permiten atribuirle una cronología medieval. Al parecer,
fue reconstruido hacia el año 1300 por Sancho de Rojas, sobre los restos de
otra estructura anterior que podría remontarse al siglo X. Durante
la edad media este castillo era el centro político y militar de gran parte de
la Bureba, y, sobre todo, en los veinte pueblos que constituían la Merindad y
jurisdicción de Rojas.
En la
historia y leyendas de este castillo, parece ser que Enrique III, llamado el
Doliente, le puso asedio porque su dueño se había revelado contra el rey y
había tenido la villanía de disparar contra su persona. Siguió sañudamente el
cerco hasta rendir por hambre el castillo y entonces se postró ante el rey
pidiéndole perdón, pero éste no quiso concedérselo, sino que mandó decapitarle
y que su cabeza se colgase de una escarpia para escarmiento de otros.
Curiosamente, hace unas cuantas décadas se descubrió en el castillo un sepulcro
conteniendo un esqueleto sin cabeza.
No se
sabe cuando se arruinó el castillo, pero la tradición del pueblo dice que desde
entonces se guarda la fiesta de San Mauricio en acción
de gracias por no haber habido desgracias en el momento de su colapso. Aún hoy se celebra una queimada popular en sus faldas y se realiza el nombramiento simbólico de los señores de Rojas.
me pone triste ver como ya no queda nada..
ResponderEliminarsalut
Muchas gracias por tu articulo. Habrá que hacerte caso y acudir al encuentro de esta ruina...antes de que caiga
ResponderEliminares triste de lo que queda del origen de mi familia pero a la vez algo reconfortarble saber de la historia de mis antepasados. Excelente artículo y gracias
ResponderEliminarHola
EliminarMi padre es de Rojas,y solemos ir todos los años varias veces...aunque ya no tenemos la casa,pero nos gusta ir al bar a ver al Moro.