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viernes, 26 de octubre de 2012

Ameyugo y el monumento al Pastor

Ameyugo, la puerta de entrada al desfiladero de Pancorbo, no queda muy lejos de Bujedo. En el pueblo lo más llamativo es la Torre de los Velasco.



Posiblemente fue mandada levantar hacia 1480 por Isabel de Guevara. La torre es de buen sillarejo y sillería en las esquinas. Llama la atención un aljimez en el lado Norte. Como remate, encontramos una fila apretada de canes, parece ser que con fin ornamental. Su estado de conservación es bueno.


Pero lo que más conoce la gente sobre Ameyugo es el Monumento al Pastor, un conjunto de tres enormes figuras: el pastor, el zagal y el perro, que se elevan sobre la carretera a Vitoria, además de una pequeña capilla con el motivo de la Anunciación del Ángel a los pastores. Al parecer el motivo de la construcción del monumento es la muerte accidental de un pastor de Palencia como consecuencia de un rayo.




El hecho tuvo tal repercusión que por cuestación popular y por interés de personas influyentes se decidió levantar este monumento en homenaje a la labor de todos los pastores, no sabemos muy bien porqué en este lugar. De hecho el régimen, que siempre fomentó este tipo de iniciativas, estuvo presente en la persona del propio Franco durante la inauguración del monumento en 1961. También colaboró una empresa americana, por lo que parece a través de unos emigrantes de origen español, tal y como podemos ver en una inscripción conmemorativa.



Las figuras son de piedra blanquecina procedente de Campo Real (Madrid). El artista fue el escultor montañés Víctor de los Rios. Como referencia diré que la figura del Pastor Tiene 7 metros de altura y un peso de 27 toneladas, sobre un pedestal de 3 toneladas adicionales. El cordero mide 2 metros y la sandalia, del talón a la punta, 1 metro.


Por el Monumento del Pastor han pasado y parado durante décadas miles de excursiones, ahora bastante menos debido a la mejora de las comunicaciones. Aún permanece, no obstante, un restaurante de cierto tamaño especializado en eventos BBC (bodas, bautizos y comuniones).


 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Antiguos monasterios burgaleses: Santa María de Bujedo de Candepajares

Sorprende ver la acumulación de monasterios en esta parte de la vertiente norte de los montes Obarenes: El propio Monasterio de Obarenes, Bujedo, San Miguel y Herrera. Hoy hablamos del antiguo monasterio de Bujedo de Candepajares.

A los pies de la calzada romana que discurría por la cercana Hoz de Foncea y en lo que fue, durante buena parte de la Edad Media, uno de los más conflictivos confines entre los reinos de Castilla y Navarra se levantó, entre otras cosas para marcar la mencionada frontera, el monasterio de Santa María de Candepajares. Su fundación, hacia el año 1162, se debe a doña Sancha Díaz de Frías, quien lo puso bajo la potestad del abad del monasterio premostratense de San Cristóbal de Ibeas de Juarros. También llegó a contar con la directa protección del rey Alfonso VIII, lo que le supuso un rápido enriquecimiento y la adquisición de numerosas posesiones por tierras de Burgos, Álava y la Rioja.

Esta prosperidad se vio reflejada en el magnífico templo románico que se construyó en sus primeros años de existencia. Considerado como uno de los mayores del románico burgalés, su planta es de cruz latina con tres naves y crucero poco marcado. La cabecera aparece rematada por tres ábsides semicirculares que constituyen la parte más meritoria del conjunto.




Fechados entre finales del siglo XII y principios de la siguiente centuria, el que se corresponde con la nave principal está mucho más desarrollado y, al exterior, se divide en cinco paños separados por columnas entregas. En cada lienzo de este ábside central se abre una esbelta y elegante ventana abocinada. La decoración es muy sencilla, típica de las iglesias cistercienses y su iconografía se limita a los clásicos elementos vegetales: hojas de acanto, piñas, palmetas y cestillos. Salvo la cabecera, el resto del templo es de principios del siglo XIV, con reformas posteriores.


El resto de las edificaciones del monasterio, presididas por una maciza torre de fábrica románica, fueron reformadas a lo largo de los siglos posteriores. En realidad la parte inferior de la torre corresponde al siglo XI (es la parte más antigua de todo el conjunto) y según la tradición es el resto del antiguo palacio de la fundadora, que habría sido ocupado como edificio monasterial hasta el siglo XVI. Como resultado de las reformas fue recrecida y convertida en un campanario muy característico.




A mediados del siglo XVI el claustro y todas las dependencias se habían quedado pequeñas y por lo que parece también sufrieron un incendio. El edificio experimenta una profunda reforma hacia gustos renacentistas mas sobrios, reflejados en el claustro de tres alturas iniciado en 1548 por los canteros Matías y Bartolomé Castañeda, que quedaría inconcluso. También en Bujedo trabajó en el siglo XVI el escultor Diego de Marquina y de sus manos salieron, ambas obras están perdidas, el sepulcro de la fundadora y el retablo mayor de la iglesia.



Tras la exclaustración, los bienes muebles fueron desapareciendo poco a poco. En 1842 se destruyó el altar mayor, raspándose incluso el oro que lo recubría. Por referencias sabemos también de la existencia de un coro. En 1844 salían a pública subasta todas sus propiedades, que fueron adquiridos por un vecino de Burgos. En 1858, con ocasión de las obras del ferrocarril que pasa casi anexo, se pensó utilizar sus sillares para la construcción del mismo, aunque afortunadamente se desechó esta iniciativa. No obstante los edificios fueron ocupados durante meses por los obreros, con los consiguientes daños al ya maltratado monumento.

Por cierto, de esta época tenemos dos grabados. El primero en el tiempo es el publicado en 1854 en el semanario pintoresco español, en el que aparecen descubiertas las arquerías que aparecen en la anterior fotografía.



El posterior es obra del famoso ilustrador francés Gustavé Doré (el de los grabados del Quijote), que aunque más artístico, parece hecho a partir del recuerdo de un fugaz vistazo desde el tren. Puede fecharse en torno a 1860.



En 1880 pasó a manos de los religiosos de las misiones africanas de Lyon pero poco después abandonaron el proyecto para venderlo a los Hermanos de las Escuelas Cristianas o Hermanos de La Salle, para ser utilizado como casa de formación. Actualmente se dedica a residencia de hermanos ancianos y casa de ejercicios, aunque también para otro tipo de eventos (incluso se cede para la celebración de bodas).

La reedificación de los edificios y el entorno se ha ido realizando lentamente y con varios altibajos. A principios del siglo XX aún eran frecuentes las inundaciones. Durante el periodo republicano fueron asesinados algunos monjes y se incendiaban parte de las instalaciones. Lo que hoy vemos es un edificio funcional y unos bonitos jardines en los que el agua discurre con relativa abundancia. El lugar llegó a contar incluso con una pequeña central hidroeléctrica, ya desaparecida.








Mediante aviso en portería podemos realizar una visita por el exterior. Para más información podéis consultar la página web del centro www.bujedo.com.

lunes, 22 de octubre de 2012

Antiguos monasterios burgaleses: San Miguel del Monte

La carretera Tirgo-Miranda de Ebro deja a ambos lados los enclaves burgaleses de Sajuela y Ternero, de los que hablamos hace escasas fechas. Siguiendo la misma en dirección norte llegamos muy pronto a tierras burgalesas y casi instantáneamente nos encontramos con las instalaciones de la residencia de ancianos de San Miguel del Monte, gestionada por la Diputación Provincial.

Lo que no sabe mucha gente es que esta residencia ocupa el recinto del antiguo monasterio de San Miguel del Monte o de la Morcuera. Para contar algunos datos sobre este monasterio nos guiaremos por los contenidos de la pequeña obra "San Miguel del Monte" de José Javier Vélez Chaurri.

Al parecer existía hacia el siglo XIV en estos bajos pero escarpados montes un conjunto eremítico que había acabado derivando en  una ermita. Probablemente a iniciativa de los propios ermitaños el obispo de Calahorra fundaba el Monasterio de San miguel del Monte o de la Morcuera en 1398. En todo caso la primera patrona fue la hermana del obispo, Leonor de Guzmán, esposa del Canciller Mayor de Castilla, Pedro López de Ayala, cuya familia estará estrechamente vinculada al monasterio en las siguientes generaciones (los lobos de su escudo aún aparecen en algunas partes del monasterio.




Entre 1419 y 1426 se convierte en granja del Monasterio de La Estrella, en La Rioja. Pero debido al interés de la localidad de Miranda de Ebro recupera la condición de Monasterio. En realidad sería el hijo del fundador, Fernán Pérez de Ayala, el que acometería la primera fábrica monasterial.

En estos años, más que propiedades, el monasterio recibe donaciones directas de objetos y herencias que rápidamente se venden para la obtención de dinero en metálico. En 1507 reciben de herencia de María de Guevara y Ayala 130.000 maravedíes. Poco antes había recibido toda la herencia de doña Elvira Manrique de Quiñones, emparentada con los Condestables de Castilla, superior a los 230.000 reales. Estas donaciones permitieron la edificación de la gran iglesia cuyos restos aún observamos. Pero además permitió al monasterio entrar en contacto con Juan de Rasines.

En el siglo XVI el arquitecto Juan de Rasines, el arquitecto de los Condestables de Castilla, lleva a cabo la obra fundamental de iglesia y claustro. A caballo entre el último gótico y el renacimiento. Juan de Rasines es autor de grandes obras, entre las que podemos citar en nuestra provincia el Monasterio de Santa Clara de Briviesca y la capilla mayor del monasterio de La Vid. Los restos de esta iglesia, así como una de las cuatro pandas del claustro, aún se erigen tambaleantes en el interior.




Llaman la atención la portada flanqueada por dos contrafuertes cilíndricos culminandos en agujas, similares a los que aún pueden verse en la cercana iglesia de Orón. El vano de entrada fue transformado en el siglo XVII.



Al interior se observan los muros exteriores y el arranque de las nervaduras góticas.





Respecto al claustro, hoy sólo podemos descubrir uno de los lados de la planta baja.





En el siglo XVII se afrontan algunas reformas. Se cambia la portada de acceso y se acometen edificios auxiliares. Lo que queda ellos lo constituye el edificio de la residencia actual, con esta fachada que probablemente proceda de la antigua portería.



Tras la exclaustración, nada de sabe de los valiosos tesoros que según referencias poseía el monasterio. Únicamente podemos seguir la pista de una reja que se conserva en el atrio de la parroquia de Santa María de Miranda de Ebro y algunas obras menores que forman parte de los depósitos del museo de Burgos. No hace muchos años se descubrió en Alcedo (Álava) un retablo de Santiago procedente del monasterio, realizado a principios del siglo XVII.

Desde el 1892 la congregación de los Sagrados Corazones empieza a comprar posesiones del antiguo monasterio de San Miguel que habían pasado a particulares. Para 1908 ya habían adquirido todas las propiedades, y sería convertido en noviciado en 1917. En 1952 se hicieron grandes reformas en el lugar para convertirlo en seminario, obras que dieron al traste con buena parte del claustro (quedaban los cuatro lados de la planta baja y solo dejaron uno). En 1973 el antiguo monasterio de jerónimos pasó a ser residencia de ancianos administrada por la Diputación Provincial.

Por cierto, que dentro de las propiedades de la Diputación se encuentran las fincas situadas al otro lado de la carretera, alquiladas ahora para el proyecto de recuperación del chacolí burgalés. Otra curiosidad es que hace poco existía un proyecto para convertir en auditorio parte de las instalaciones y ponerlas en valor de alguna manera, proyecto abandonado ahora por causa de la crisis.

De la búsqueda bibliográfica encontramos dos interesantísimas imágenes. Esta publicada en 1853 en el Seminario Pintoresco Español.



Y sobre todo esta de finales del siglo XIX, ya en fotografía, perteneciente a la Colección Ramón Ojeda del Instituo Municipal de Historia de Miranda de Ebro. Vemos que quedaba buena parte de la planta baja del claustro.



Para concluir os trascribo este precioso soneto, parcialmente borrado, que se encuentra impreso en una de las columnas de la fachada (he intentado completar los huecos).

Fuiste, ya no eres más. Tus fuertes muros
un día en tierra con fragor cayeron
y hoy ni sombra son de lo que fueron
los que al cielo aún se elevan inseguros

De piqueta fatal los golpes duros
ay! En polvo y en nada convirtieron
las delicadas obras que surgieron
del cincel a los mágicos conjuros.

¡Bien pareces así! Tus calcinadas piedras
dirán para siempre al caminante
quien el culpable fue de este suceso.

Mientras contra el volviéndose indignadas
herirán con acento fulminante
a los falsos profetas del progreso.

(P.Carmelo Albiol)

miércoles, 17 de octubre de 2012

Árboles singulares: El valle de los Arces

Volvemos al valle de Losa en búsqueda de árboles singulares, que por la zona hay unos cuantos. En el apartado pueblecito de Mijala observamos sobre el pueblo, como a unos 300 metros hacia el oeste, el perfil del roble Ochala u Otxala.


No tenía tiempo para ir a ver este árbol, así que me limité a sacarle esta otra foto a base de algo de zoom. Se trata de un quejigo de grandes proporciones que al parecer perdió parte de sus ramas en 1984 con ocasión del paso del huracán Hortensia. Estando donde está, no me extraña.


En realidad lo que me decidió a venir hasta aquí es la búsqueda de un rodal de arces centenarios, una cosa que no se ve todos los días. Para ello hay que seguir la calle pincipal del pueblo hacia su parte alta, en dirección noreste. En unos minutos llegamos a una construcción acompañada de unos rústicos y peculiares molinos de viento. A nuestra derecha se abre un pequeño cañón.


La idea es seguir el camino hasta que el cañón sea poco profundo y no tengamos que enfrentar mucho desnivel de bajada y posterior subida. Ya al otro lado observamos estos bonitos caballos, algunos de apariencia losina.



La idea es girar un tanto hacia la derecha e ir en busca de un nuevo vallejo paralelo al anterior, pero más estrecho que es donde se encuentran los arces. En la opción "ubicación" os pongo donde se localiza. Son como unos 2 km de ida y otros dos de vuelta.

Este es el aspecto del vallejo cuando los árboles han perdido buena parte de sus hojas (lo mejor creo es ir más bien a final de octubre para ver todo su colorido).


En el fondo encontramos algunos vetustos y retorcidos ejemplares que rondan los dos metros de perímetro, lo cual es poco habitual para este árbol.








La información sobre la existencia y ubicación de estos árboles ha sido facilitada por el personal de la Casa del Parque de Monte Santiago.

lunes, 15 de octubre de 2012

Fuente Grande de Altable

Tras la visita a nuestros enclaves vamos a cambiar bastante de tercio; pero para que no se quede en el tintero os pongo antes una foto de esta tradicional fuente tipo "capilleta" que se encuentra en la carretera de acceso a Altable, muy cerca de la N-232 y del límite con La Rioja.


Al parecer cerca de este punto se encontró hace unos años una fosa de fusilados de la Guerra Civil.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Enclaves burgaleses: Sajuela

Para buscar el segundo mini-enclave burgalés nos hemos de desplazar bastantes kilómetros hacia el este. El pago de Sajuela está situado a unos 10 kilómetros al sur de Miranda de Ebro (municipio al que pertenece) y a poco más de dos del límite con la provincia de La Rioja, pero dentro de ésta. Ocupa una superficie de unas 100 hectáreas.


A Sajuela se accede con bastante facilidad desde Villaseca de Roja, pero como no hay una localidad no hay manera de distinguirlo del paisaje general de cereales y algunos viñedos.


El resto más característico son los poderosos muros de una antigua casa fuerte medieval del siglo XIV o XV.


Desde estos restos se tiene una buena perspectiva de los paredones naturales que protegen el pueblo de Cellorigo, lugar de protagonismo durante el periodo de la reconquista.



Hasta mediados del siglo pasado existía tambien en este lugar una pequeña ermita o iglesia dedicada a Santiago, de estilo de transición entre el románico y el gótico. Por esa época aún vivían en este núcleo 6 personas.

En la documentación medieval aparece dividida en dos barrios, Sajuela de Yuso y de Suso. El conde de Salinas, su propietario, lo vendió en la edad Moderna a Miranda de Ebro. Probablemente si hubiese pertenecido a un municipio más humilde ya se hubiese procedido a su integración en La Rioja.

Más recientemente, resulta que la empresa Término de Miranda cultiva en estos terrenos parte de la uva destinada al proyecto de recuperación del chacolí mirandés.


lunes, 8 de octubre de 2012

Enclaves burgaleses: La Rebolleda

Todos sabemos que Burgos posee el que probablemente sea el enclave extraterritorial más conocido de España: el Condado de Treviño. Está en mi lista de pendientes para mostraros sus rincones más interesantes, pero mientras tanto vamos a hacer una pequeña visita a otros enclaves burgaleses mucho más pequeños y desconocidos, empezando por el que constituye el pueblo de La Rebolleda.

La Rebolleda es un pueblo situado en una planicie muy cercana al valle del Pisuerga, entre los pueblos palentinos de Mave (conocido por su antiguo monasterio, del que queda una excelente iglesia románica) y Villacibio (que cuenta con un eremitorio rupestre muy cerca del límite con La Rebolleda). Ocupa una superficie de unas 120 hectáreas. 



Pertenece al Ayuntamiento de Rebolledo de La Torre. Cuenta con una población de 9 habitantes empadronados, número que se va reduciendo año tras año. Por ejemplo en 1950 contaba con 52 habitantes.

No he encontrado muchos datos más sobre este pueblo. Aparece citado nada menos que en el año 1068 en una donación del rey Sancho II de Castilla hace a Bermudo Gutiérrez. En el diccionario de Sebastián Miñano de 1828 se indica que poseía un priorato de monjes benedictinos, del que proceda probablemente la sobredimensionada ermita de Santa Lucía.

Hace unos meses saltaba a una triste actualidad momentánea al poducirse un incendio que afecto a varias casas.