Os escribo hoy sobre el que en mi opinión es el castillo en ruinas más evocador de toda la provincia de Burgos. Situado en un recóndito lugar, sobre una casi inacesible peña en la cara norte de la Sierra de la Tesla, el acceso al mismo es ciertamente complicado.
Su planta es rectangular, adaptándose perfectamente al terreno rocoso, y está rodeada en todos sus lados de imponentes precipicios. Los muros tienen un grosor de casi metro y medio y todavía pueden apreciarse los mechinales sobre los que se apoyaban las vigas de los diferentes pisos. Se trata de un edificio extraordinariamente macizo y sobrio, en cuyos lienzos no aparece ningún vano. Tres de sus esquinas están reforzadas con cubos, realizados en mampostería de escasa calidad, pero muy compacta. Desde el muro orientado al valle ascendía una rampa que permitía el acceso al interior de la fortaleza.
La ruinas de Urría, con su desafiente perfil todavía en pie, personifican a la perfección el poder que la nobleza feudal de la baja edad media ejerció sobre los campesinos de la época. El castillo de Montealegre fue colocado por los Velasco en el siglo XIV para controlar o más bien intimidar a los diferentes pueblos de la Merindad de Cuesta Urria. Se da la circunstancia de que la mayoría de estos pueblos dependían del Monasterio de Oña, poderosísimo cenobio con el que los Velasco tuvieron frecuentes y sonoros conflictos territoriales, desde sus cercanas posesiones de Medina de Pomar y Frías .
Como en muchos otros lugares de este tipo, también este castillo acarrera una leyenda que cuenta que en sus subterráneos hay unas cuevas mágicas que guardan una piel de buey llena de oro, pero en las que todo el que entra se pierde.
Las estampas que aparecen en este articulo son las que se observan en una de las rutas de ascenso a la sierra de la Tesla, recorrido que os describiré en la próxima entrada. Si tenéis el gusanillo de conocer o acceder al propio castillo os recomiendo que leáis la entrada relacionada del sin par Zález, que se curró la página para llegar hasta este punto.
Hola Montacedo:
ResponderEliminarGracias por tu enlace y "lo de sin par", jeje.
Extraña, muy extraña la utilidad que tuvo o pudo tener.Tiene carácte de bunker y poco de vigía y control al carecer de vanos. El muro que mira a la sierra tiene un grosor de nada menos que dos metros y eso que por la cara interior tiene las mampuestas desprendidas. Yo creo que es bastante anterior a la "dominación Velasca"...
Curiosa la leyenda (la desconocía) que al final tiene algo de relación con el oro "urria".
En resumen, estas misteriosas ruinas me descolocan bastante.
Saludos,
Muy evocador este castillo. Preciosas historias, me transportan a otros tiempos.
ResponderEliminarPor cierto enhorabuena por las fotos Montacedo, la primera de este artículo es para ponerla como fondo de pantalla.
Ah! se me olvida siempre.... os recomiendo un libro similar en concepto a "Museo de niebla" y es "El patrimonio cultural castellano expoliado" de María Luisa Amor Tapia, que es el nº 2 de la colección: Castilla, Hoy; editado por ACEPIDE (Asociación Castellana para el Estudio y Promoción de iniciativas de Desarrollo).
Gracias por dejar comentarios.
ResponderEliminarinteresantísima entrada. Con tu permiso compartimos el enlace en la página de Facebook de Urria.
ResponderEliminarun saludo.
Sin problemas
ResponderEliminarHola a todos. ¿No hay ninguna evidencia de que hubiese alguna fortaleza altomedieval justo ahí o muy cercana? ¿Castillo para intimidar...,en el sentido de asegurarse impuestos? ¿Quién viviría ahí en ese caso, o era otra la función, de Búnker, entiendo, como último refugio ante una revuelta?
ResponderEliminarGracias por comentar. Sí, muchas incógnitas respecto a este castillo. Voy a mirar por algún lado a ver si te puedo aportar algo en este ámbito.
ResponderEliminarHola, Montacedo y Zalez: Soy muuuuuyyyy torpe para eso de los blogs. Subí cuando podía subir, al castillo de Malvecino en Toba, al de Trespaderne (obra de Roberto), y he pateado una y otra vez a conciencia la zona. No encuentro en esas guarniciones, razón de defensa de población, ( caso Trespaderne ), sinó más bien, aposento de una guarnición para vigilar caminos y cobrar montazgos. El día que vengáis a Bárcena de pie de Concha, vereis el " castillo", o torre en un peñon rocoso, hoy abandonado- qué pena-, que servía para cobrar el portazgo y que se custodiaba para su entrega primero al Rey y luego a los de La Vega, cesión hecha en tiempos de Alfonso XI, por méritos de campaña y otros a Gonzalo Ruíz de La Vega. La posesión se narra de "viva voz" por los habitantes a quienes consultan los enviados de Fernando el de Antequera, para saber qué tenía en las Asturias de Santillana, según lo que se llama el Apeo de 1404. De hecho, el portazgo de Bárcena y el pozo de la sal de Cabezón, eran lo que más ingresos daba al Señorío de La Vega, regentado en aquellas fechas por la ricahembra Dña Leonor de La Vega, poderosísima mujer. No he subido-ay dolor-al castillo de Urría, pero se me antoja que no había población que defender y sí mucho que vigilar y guardar, Y la cosa viene de muchos años atrás por la lógica de las comunicaciones, las ferias a las que acudían en mulas los vecinos de la comarca y los bandidos que de siempre han existido en montes y despoblados. El Señor que poseía los derechos, se preocupaba muy mucho de cobrarlos y custodiarlos. Os cuento: en Foncea, uno de los pasos naturales de los Obarenes, existe en el cementerio del pueblo nuevo ( el viejo se abandonó por la peste del XIV y sólo queda un arco de su iglesia), existe digo, una torre cuadrangular decuriana romana. Custodiaba el desfiladero ( hoz de la Morcuera hoy) por donde discurría la calzada Clunia- Tritium Magallum, y en él se alojaba una decuria, sus caballos y su jefe o decurión. Nada nuevo bajo el sol. Vigilaban y cobraban. El Peaje de hoy.Id a verla; está como nueva. Mijangos, ha tenido por fuerza que tener fortaleza. Al pie de la Tesla y protegida por un amplio río que salva un puente, hoy de piedra, se emplaza en un punto estratégico, donde el río es un bastión y el monte refugio ante un enemigo invasor. Confío en que se encuentre alguna vez. Sigo las noticias de las excavaciones de Sta. María y entorno. Debería existir una página de novedades, pero entiendo que la discreción es protectota de los bienes y del patrimonio. Saludos cordiales y enhorabuena. Ah... Montacedo, no dejes de ver en San Martín de Quevedo, Cantabria, la torre de ese apellido. Realmente, era del Señor González , patronímico de Gonzalo o Gundisalvo, que por méritos de guerra, adquirió el Quevedo porque...." yo soy aquel que vedó que los moros entrasen y que de aquí se marchasen porque así lo mandé yo", según expuso al Rey. Hoy, los González-Quevedo son legión en el valle.
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