En las cercanías del aislado pueblo de Monasterio de la Sierra se conserva una antigua dehesa boyal en donde destacan sobremanera dos enormes ejemplares de roble, situados apenas a unas decenas de metros uno del otro.
El menor pero más sano tiene un perímetro de 5 metros y medio a metro y medio de altura.
El segundo, incluído en el catálogo de árboles singulares de Castilla y León, tiene un perímetro a altura nominal superior a los siete metros. Está caracterizado por una gran oquedad en su tronco, que en su momento sirvió de refugio a cazadores y pastores.
Aunque son conocidos por los lugareños, que los visitan frecuentemente, no existen historias relacionadas con estos gigantes.
En la próxima entrada os describiré una interesante ruta por esta dehesa, que transita junto a estos árboles entre otros lugares.
Ya me gustaria ir a la exposición de Criales de Losa: tiene pinta de ser interesante
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