La iglesia de Santa Leocadia de Quintanarruz es una de tantas de la geografía burgalesa que, sin ser obras maestras en su género, conservan numerosos elementos de interés.
El edificio que contemplamos actualmente es resultado del añadido durante los siglos XVI o XVII de sendas capillas laterales a la primitiva nave románica. Por lo tanto, las partes más nobles del edificio coinciden, como en muchos otros casos, con el ábside semicircular y la portada.
Respecto a esta última, se configura sobre una serie de arquivoltas con decoración geométrica bastante elaborada. Los capiteles muestran a su vez una decoración variada en la que, pese a estar un tanto deteriorada, podemos distinguir con facilidad elementos como águilas o arpías enfrentadas, un personaje a caballo, otro al que unas manos parecen taparle la boca y una mujer al que unas serpientes parecen morderle los pechos; representaciones todas ellas bastante habituales.
En el ábside de Quintanarruz las semicolumnas adosadas no abarcan todo el muro, sino el tercio superior, apoyándose en un contrafuerte prismático. Este ábside recordará así al de Tabliega.
Tal vez el elemento más original sea la roseta de una ventana cegada, decoración que presenta ciertas equivalencias con otras iglesias de la zona como Abajas y Castil de Lences. En general, la iglesia se puede incluir dentro de un estilo común conocido como Escuela de la Bureba.
Tanto interior como exteriormente, los paramentos de los tramos van animados por grandes arcos ciegos que adelgazan el muro, recordando a lo que puede verse en los cercanos Tobes y Rahedo y en las ruinas de la iglesia de Melgosa.
Las columnas sobre las que reposan los fajones presentan tosca decoración vegetal, a base de hojas lisas de puntas vueltas y nervadas, grandes hojas rematadas en enormes volutas, brotes recurvados que parten de tallo central. Sólo una de las cestas, correspondiente al muro norte, se decora con dos parejas de aves afrontadas de alargado penacho sobre sus cabezas.
La iglesia fue restaurada recientemente, aunque la intervención se limitó a los elementos estructurales y no tanto los artísticos. Podéis informaros más sobre este templo (y otros) en la excelente web Románico Digital.
Por otro lado, el viajero atento no puede obviar la presencia de un monumental moral a la vera del templo, al que ya hicimos una pequeña referencia hace un tiempo.
Estaría bien que pusieses la foto del escudo de su interior. Saludos
ResponderEliminarY grandioso trabajo
ResponderEliminarHola. Me la tendrás que mandar tú pues yo no la he visto por dentro. Nos vemos.
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