Hoy comienzo este breve y artículo mostrando una cochera de este pueblo de la parte central del extenso municipio de Villadiego. Una cochera no especialmente llamativa, además.
Pero si nos fijamos un poco veremos en una de las fachadas el perfil de una antigua entrada con arco ojival, y en el límite del tejado la línea de lo que fueron canecillos. Sí, estamos ante una antigua ermita reaprovechada; del entorno del siglo XIII.
El interior está totalmente arruinado y reutilizado. Probablemente nunca fue una gran obra; hoy es uno más de la treintena de lugares burgaleses que integran la lista roja del Patrimonio. Un ejemplo de la desidia institucional que llega incluso al mantenimiento de un cínico cartel clavado en su muro.
Según parece, hace muchas décadas se celebraba en la localidad la llamada función de Santa Brígida, de corte carnavalesco; hoy apenas un cortina de niebla.
En el mismo pueblo encontramos otro lugar que nos lleva a la nostalgia, aunque ésta más agradable. Se trata de un gran chopo de más de cinco metros de tronco del que cuelgan unos rústicos columpios. Es el árbol pirata. La de generaciones de niños que habrán fantaseado, y aún fantasean en este lugar (basta ver esta foto). En este pueblo aún se celebra la fiesta del árbol. Lo surte de agua una fuente natural, la fuente de la Fragua, con un bonito arco de medio punto que nos habla de su antigüedad.
No me resisto a incluir en el artículo una foto defectuosa de la carretera que nos lleva a Villanueva. ¡Que pocas carretera de estas nos quedan!.
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