Arauzo de Miel es un municipio un
tanto escondido que disfruta de un término de gran extensión, en la zona de
tránsito entre los sabinares del Arlanza, las llanuras de la Ribera del Duero y
los pinares serranos. Sin duda estos últimos juegan el papel protagonista, tal
y como podremos comprobar en la ruta que se presenta.
Dificultad: Baja,
salvo por una longitud relativamente larga
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Fácil en términos
generales, aunque en los pinares no hay que descuidarse y dependerá del
mantenimiento de la señalización.
Belleza: Normal
Tiempo y distancia: 4
horas y media (19 kilómetros)
Situación
Para llegar hasta Arauzo de Miel
tenemos varias opciones. Nosotros escogimos tomar la carretera de Soria hasta
unos 12 kilómetros después de Salas de los Infantes. Aquí encontramos la
carretera regional que en unos 14 kilómetros alcanza Huerta del Rey. En el
mismo casco urbano encontramos la carretera que, en cuatro kilómetros más, nos
permite enlazar con Arauzo. Al final del pueblo encontramos el cruce hacia la
localidad de Doña Santos, que tomamos. Justo a la altura de la última casa de
Arauzo de Miel hay una pista secundaria, a la derecha, que se dirige a
Pinarejos. Aparcamos en esta zona.
A Arauzo también se puede llegar
siguiendo la ruta Cuevas de San Clemente – Covarrubias – Silos – Espinosa de
Cervera – cruce antes de Caleruega.
Puntos de interés
Vistas desde la ermita de San
Cristóbal. Bosques de sabinas y especialmente de pinos. Área recreativa de
Pinarejos. Desfiladero de Fuente Barda o de los Hocinos. Merece la pena
conocer, aunque no tuve tiempo para ello, el casco urbano y la iglesia de
Arauzo de Miel.
Descripción de la ruta
Empezamos a caminar por la pista
que se dirige a Pinarejos en llevadera subida. A la derecha observamos la parte
trasera de la iglesia de la localidad. Pasamos junto a un lugar en el que han
situado varios capiteles romanos procedentes con bastante probabilidad del
cercano yacimiento de Clunia. A la altura de una cerrada curva
encontramos el panel explicativo de la ruta y el nacimiento de un sendero por
el que hemos de continuar.
Subimos por una especie de
pequeña canal, atentos a las señales de pintura, hasta alcanzar una tenada
ganadera. Unos 200 metros después, sin cambiar de dirección, encontramos un
camino perpendicular. Tomamos el mismo hacia la derecha, en dirección a una
torre de vigilancia de incendios. Ascendemos por una pendiente evidente pero
llevadera. El entorno es de sabinas dispersas de un porte no excesivamente
llamativo. Hacia la izquierda se empieza a apreciar el mar de pinos que ocupa
buena parte de la comarca.
Sin mayores novedades vamos
cubriendo el espacio que nos separa de la torre, que se sitúa en el punto más
alto de la elevación de san Cristóbal. Junto a la instalación encontramos el
sencillo edificio de la ermita homónima, desde la que se tienen muy buenas
vistas del pueblo y de la parte noreste de la Ribera del Duero. Estamos a poco
menos de 1200 metros.
Retomamos la dirección que
traíamos. El camino se ha transformado en sendero que empieza a descender. Tras
unos centenares de metros la senda se estrecha, gira un poco hacia la izquierda
y se interna en un bosque más cerrado en donde los pinos hacen su aparición.
Los últimos metros del descenso se realizan por un firme más tortuoso.
Estando atentos al sendero y la
señalización, acabamos encontrando una pista que transita transversalmente.
Seguimos la misma hacia la izquierda comprobando que vamos a compartir trazado
con el “camino del destierro del Cid”. Llegamos a una zona con tierras
de labor que dejamos a nuestra izquierda. Al final de la misma hemos de estar
atentos en buscar la señalización hacia una derivación hacia la derecha. Tras
una zona de pinar volvemos a encontrar cultivos y al poco giramos a la
izquierda.
Enseguida llegamos a una pista
asfaltada, que simplemente cruzamos, en la zona de Las Tenadas del Pinar. Unos
500 metros después llegamos a una bifurcación en la que debemos ir hacia la
derecha, por el camino menos marcado. Subimos por el pinar pero pronto termina
el ascenso y descendemos un poco. Una alambrada transita a nuestra derecha.
Tras una nueva subidita y
descenso posterior acabamos llegando a una zona más abierta en donde encontramos
diversas instalaciones dedicadas al esparcimiento: juegos, asadores, fuentes,
mesas… Estamos en Pinarejos, un lugar con posible vinculación con la epopeya
cidiana al que ya dedicamos un artículo. Se trata de un buen lugar para
un descanso.
Para continuar debemos buscar el
edificio que se encuentra en la parte más noroccidental, una especie de pared
sin fondo destinada a servir como barra de bar. Detrás de la misma encontramos
unas cuantas mesas de piedra que llaman la atención por estar hechas todas con ruedas
de molino. Desde aquí nace un sendero que por un momento va paralelo a la pista
asfaltada; pero que pronto se aleja de la misma siguiendo en su ascenso a una
suave vaguada.
Vamos ganando altura con
suavidad. En la parte más alta nos incorporamos a un camino más definido sin
cambiar de dirección. Afrontamos ahora un largo descenso entre el pinar,
haciéndose el tramo un tanto pesado pero rápido. Tras pasar bajo un cableado de
alta tensión, termina el descenso junto a una torrentera que cruzamos; y que seguimos
dejándola a nuestra derecha. No obstante pronto nos alejamos de la misma
interponiéndose tierras de labor.
Algo más adelante el “Camino del
Destierro” gira hacia el norte separándose de nuestra ruta. Al poco terminan
las tierras de labor. Nuestro camino las cruza y serpentea entre el pinar en
ascenso casi inapreciable que pronto se convierte en descenso. El camino gira
de forma paulatina hacia el sur y se incorpora a una pista que sigue dicha
dirección.
Pronto salimos a zona mucho más
abierta con tierras de labor y sabinas desperdigadas. Avanzamos con rapidez por
la nueva pista al encuentro del pueblo de Doña Santos, pedanía de Arauzo de
Miel. Ya a la vista de la torre de su iglesia salimos por una derivación que
nace a la izquierda pero pronto giramos hacia la derecha, al encuentro directo
del citado edificio. Bordeamos el sencillo templo a la altura de su torre y nos
incorporamos a la calle principal; pero enseguida salimos de la misma por la
marcada calle que nace a su derecha.
Manteniéndonos siempre en esta
calle pronto dejamos atrás esta localidad de sencillos edificios. Un camino
bastante evidente se dirige a una fuente con pilón. Al poco la señalización nos
obliga a cruzar un cauce, generalmente seco, por un puente en condiciones
mejorables. Este arroyo es Fuente Barda, y da nombre al desfiladero que estamos
a punto de transitar; aunque también recibe el nombre de Los Hocinos.
Una vez cruzado el puente, empieza
un sendero bastante difuso pero que
resulta fácil de seguir al ir en todo momento paralelo a la torrentera.
El fondo del vallejo, en principio muy poco profundo, aparece ocupado por
variada vegetación; si bien debido a la aridez del suelo esta no es demasiado
exuberante. Las sabinas son casi siempre las protagonistas.
Avanzamos con facilidad evitando
las ramas que salen a nuestro paso, con frecuencia hay que cruzar el cauce o
incluso andar por el mismo. Tras un buen tramo las laderas se hacen más rocosas
y el cauce se encajona durante un corto tramo. Si está seco debemos andar por el
mismo, con cuidado al poner el pie por su fondo irregular. En épocas lluviosas
nos veremos obligados en algunos momentos a remontar la empinada ladera.
Tras este tramo más angosto se
vuelve a avanzar con facilidad. Poco a poco los cantiles laterales van
perdiendo fuerza y pendiente. Tras cerca de cuatro kilómetros alcanzamos una
presa de hormigón que nos cierra el paso. Antes de la misma remontamos sin
excesivas dificultades por la ladera de la izquierda enlazando enseguida con la
pista asfaltada que viene desde Doña Santos. El final del desfiladero lo
transitamos por la carreterita. En menos de un kilómetro llegamos a la zona en
la que dejamos nuestro vehículo.
Comentarios
El trazado propuesto se corresponde con el
sendero PR-BU-75, “sendero de Pinarejos”, incluido dentro de la red de senderos de la Ribera del Duero Burgalesa.
Recorrido relativamente sencillo salvo por la distancia. Sólo hay que
prestar un poco de atención a los cortos tramos en que hay que avanzar por el
cauce irregular del arroyo. Al respecto, y pese a que suele estar seco la mayor
parte del año, hay que tener en cuenta los periodos en los que venga con agua y
que pueden complicar sensiblemente la terminación del trazado (recomiendo leer,
en este caso, la descripción realizada por Diego Nieto en wikiloc).
Al pueblo de Arauzo de Miel le dedicamos hace
tiempo un artículo en este mismo blog.
Track del recorrido para GPS (pulsa en el círculo verde para más información)
Powered by Wikiloc
Vídeo con imágenes del recorrido:
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