Hace no mucho tiempo dedicábamos
un artículo al pueblo de Pancorbo. Sin embargo, es evidente que este
retrato no estaría completo sin referirnos al desfiladero que le ha dado fama,
así como a los montes que le rodean.
El castillete visto desde la zona de Peña del Mazo |
De los mismos, probablemente el
más llamativo es el llamado Castillete o pico castillo, un verdadero nido de
águilas a más de 1000 metros de altitud desgajado de la línea principal de los
Obarenes, y que se levanta en la vertical de Pancorbo, con unos 400 metros de
desnivel directo.
Contraste entre la ubicación de la fortaleza y el desfiladero |
El nombre de Castillete le viene
dado sin ninguna duda de su secular utilización como punto defensivo y de
control, siendo la más conocida en emplazamiento en el lugar de la gran
Fortaleza de Santa Engracia.
Acceso a la fortaleza |
Corría el año 1793 cuando los
aires revolucionarios que circulaban en Francia ponían en peligro la
estabilidad de las monarquías del entorno. Entre las previsiones tomadas figuró
la construcción de esta fortaleza, que tuvo lugar entre los años 1974 y 1797.
Se habla de que en la construcción participaron hasta 1500 obreros, en unas
condiciones más que precarias.
Estructuras de grandes dimensiones pero arruinadas |
El proyecto original estaba
pensado para asumir una capacidad de hasta 10000 personas, con una guarnición
estable de 4500 soldados, aunque no llegaría a completarse al firmarse un
tratado de paz con Francia. De hecho el castillo se dejó a medio hacer y
prácticamente se abandonó, siendo objeto incluso de pillaje.
En 1808 los soldados franceses,
durante su invasión, ocupan la fortaleza y la refuerzan. La propia envergadura
de la construcción la convertía en poco operativa, ya que las tropas españolas
optaban por buscar camino alternativos o formaban pequeños grupos que pasaban
inadvertidos.
No obstante durante las maniobras
de retirada definitiva, en 1813, sí que sería objeto de una batalla. En sus
acciones de acoso al ejército francés el general O’Donnel consiguió subir unos
cañones a la cima del alto de Barbalantes (enfrente del castillete pero al otro
lado del desfiladero). Se apoyó de los mismos para conseguir desalojar a la
pequeña guarnición que protegía la escapada. Murieron varios centenares de soldados y otros fueron capturados.
Posible aljibe |
Tras los periodos convulsos que
tuvieron lugar en España en los años siguientes. El Duque de Angulema mandó
destruir la fortaleza en 1823, durante la campaña de restitución monárquica
desarrollada por los 100.000 hijos de San Luis. Se trataba de evitar que el
lugar fuese ocupado por grupos opositores a Fernando VII. No obstante aún
tuvieron lugar aquí algunos episodios en las guerras carlistas.
Obsérvense las cavidades |
A los restos de la fortaleza de
Santa Engracia se accede con facilidad por una pista que asciende desde el
mismo pueblo de Pancorbo. Practicable en buena medida con el coche. Una vez en
la parte alta observamos una alargada alineación (adaptada a la forma de la
cima) de construcciones militares. Todas destacan por el grosor y la
consistencia de sus muros aunque en general apenas tienen altura.
Planos explicativos existentes en el yacimiento |
Algunos paneles nos ayudan a
interpretar el emplazamiento. La forma de construcción, adaptada a la época, se
basa en el diseño de baluartes independientes unidos entre sí por muros de
conexión bien protegidos. Llama la atención el hecho de que casi todos los
baluartes (lo mismo que la fortaleza) reciban nombres de santos. Refuerza esto
la idea de una guerra santa o divina en la que Dios estaría del bando de los españoles.
Además de los baluartes se
encuentran los restos de algunas instalaciones auxiliares: silos,
aljibes,cuevas agrandadas para servir de almacén... Al final del yacimiento
llegamos a un punto con una sobrecogedora vista sobre el pueblo de Pancorbo. Es
momento de recordar que en algún momento se ha especulado con la posibilidad de
instalar un teleférico desde el pueblo hasta la fortaleza.
Espectacular desnivel entre el pueblo y la fortaleza |
De hecho las vistas son muy
amplias varias direcciones: Los Montes Obarenes, la Bureba, el desfiladero…bien
es cierto que este último se aprecia mejor desde el mirador de Peña del Mazo,
situado a bastante menor altitud.
Por otro lado, con un poco de
atención habremos observado, desde el punto hasta donde se puede llegar con el
coche, unas extensas praderas delimitadas por vallas. Este lugar es uno de los
destinados a la cría en semilibertad del más nutrido grupo existente de la
milenaria raza de caballos losinos.
Esta raza, de la que en algún
momento hablaremos más en profundidad, se caracteriza por su color negro y su
pequeño tamaño. Es bastante probable que fuese ya utilizada por el pueblo
prerromano autrigones y fue base fundamental en las campañas de la reconquista.
Al borde de la extinción un particular, Ricardo de Juana, formó esta importante manada
para criarlos en los Montes de Pancorbo.
En lo más intrincado del bosque sorprendemos a algunos animales |
La falta de recursos y apoyos
obligaron a De Juana a abandonar la manada. Tras una serie de vicisitudes el
ayuntamiento de Pancorbo se hico cargo del grupo, que ha llegado a superar los
300 ejemplares. Afortunadamente así sigue la situación, aunque la falta de
compromiso de otras instituciones amenaza del sostenimiento a largo plazo del
proyecto. De momento ya ha sido necesaria la venta de una parte de la cabaña. En el plano positivo, se están planteando algunos proyectos para intentar rentabilidad el proyecto: rutas a caballo, equinoterapia...
En nuestro próximo artículo describiremos una interesante ruta senderista por estos montes, en los que nos aguardan, además de los lugares comentados, otros interesantes puntos de interés.
Enhorabueba por este magnífico blog. Toda una brisa de aire fresco en sentido figurado y en sentido literal
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