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lunes, 27 de abril de 2015

Escultura del agua: cascada Salceda

Si alguien sigue puntualmente los artículos de mi blog, tal vez recuerde que hace unas semanas dejaba pendiente una última publicación de la temporada “escultura del agua”.


Hoy voy a escribiros acerca de una preciosa cascada sobre la que no había sabido hasta hace relativamente poco, y que curiosamente en los últimos tiempos empieza a aparecer con cierta frecuencia en distintos medios. De hecho, creí reconocerla en los paneles del stand de Burgos en la última edición de FITUR.


 
Esta cascada la forma el Arroyo de San Miguel, uno de los numerosos torrentes que descienden desde los montes de Somo hacia el valle de la Merindad de Sotoscueva. Se encuentra a unos cuatro kilómetros al norte de pueblo de Quisicedo.
 
 
Si el llegar a cascada Salceda implica cierto esfuerzo y tiempo, al menos la localización y el sendero de acceso no presentan complicaciones. Hay que buscar una pista que nace justo antes del pueblo viniendo desde Espinosa de los Monteros.
 
Durante el trayecto de ascenso observaremos como la parte de las laderas están ocupadas por arbustos espinosos; fruto del proceso de degradación del suelo adonde conducen las sucesivas talas e incendios. Afortunadamente en algunas zonas, especialmente en el entorno de los torrentes, el bosque autóctono consigue resistir.
 
Avanzaremos tomando como referencia el valle del arroyo de San Miguel, que queda a nuestra derecha, aunque bastante alejados del cauce en sí. Pasado un tiempo la pista en mejor estado gira claramente hacia la izquierda pero nosotros seguimos prácticamente en la misma dirección por un camino de cabras en bastante mal estado.
 
 
 

Por encima de los 1000 metros las laderas del valle se hacen más acentuadas y la pendiente desaparece. Desde lo alto de la vertiente opuesta vemos un bonito torrente que desciende hacia el arroyo principal. A partir de aquí descendemos un poco y el sendero se hace algo confuso. Buscamos las opciones que se acercan más hacia el cauce, superamos un vallado y entramos en una zona boscosa.


El sendero toma una revuelta en claro descenso y, ya muy cerca del arroyo, identificamos cascada Salceda por la vista y el oído. Se trata de una estética caída de agua de unos 20 o 30 metros combinados. El agua, más que caer se desliza por la roca que tiene una forma como de cuenco, efecto que se aprecia mejor cuando no lleva demasiado agua.
 
 
Las fotos que acompañan al artículo están hechas en dos periodos, a finales de invierno y a finales de primavera. Aguas arriba de la cascada se intuyen más saltos interesantes, aunque tanto el acceso como la posibilidad de hacer fotos se complican considerablemente.
 

 
El acceso de cascada Salceda se puede integrar en una interesante ruta senderista que os describiré en mi próximo artículo. De momento me despido con un pequeño vídeo tomado en los periodos comentados (el de invierno está con sonido de fondo).
 

4 comentarios:

  1. Desconocía este salto de agua.
    Gracias por darlo a conocer...
    1 saludo

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  2. No hay de qué. Espera a la ruta que publicaré el miércoles (dios mediante)

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  3. Otro lugar para tus excursiones que tan poéticamente nos describes.

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