En esta etapa recorremos la parte
final del valle de Valdivielso, con su espectacular conclusión en una ancestral
calzada medieval. La parte central transcurre por el municipio de los Altos,
lugar que hace honor a su nombre, para volver a buscar la vera del Ebro en otro
de sus estrechamientos en tierras burgalesas.
Dificultad: Media. La ascensión de la jornada es algo larga pero
llevadera.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Bastante fácil.
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 4 horas (19 kilómetros).
Elementos de interés
Iglesia románica de El Almiñé.
Calzada Medieval de la Mazorra. Pozo de la Hoz. Paisajes del Páramo. Iglesia y
pueblo de Ahedo de Butrón. Camino de Valdeahedo. Pueblo y entorno de Tudanca.
Descripción de la etapa
La anterior etapa nos dejaba a
los pies del puente sobre el río Ebro. Al otro lado encontramos un camino de
frente, que tomamos abandonando la carretera. Nos esperan unos dos kilómetros
hasta El Almiñé. Caminamos primero por caminos de concentración entre cultivos,
tomando un primer desvío a la derecha y otro a la izquierda.
Llegamos al borde de la carretera
principal justo en el punto en el que nace la pista que da servicio a El
Almiñé. Alcanzamos el pueblo que también tiene interesantísimos puntos de
interés. El más importante es su iglesia románica, una de las más valiosas de la provincia, debido
fundamentalmente a su interesante colección de canecillos y su imponente torre.
Con un poco de suerte podremos visitarla en su interior.
Junto a la fuente con pilón, en
la que podemos rellenar el agua para el camino, tenemos un cartel indicador del
PR y el GR-85, que sigue la misma dirección que la carretera de acceso. Entre
casas de buena piedra de sillería, algunas necesitando reparación, dejamos
rápidamente atrás el barrio principal de este pueblo, e instantes después
llegamos a otra agrupación conocida como barrio de Viñé. Prestaremos atención
al último edificio que encontramos a mano izquierda y la fuente próxima, el
mesón y la fuente del alba.
Inmediatamente la pista se
transforma en un camino empedrado, heredero de la calzada medieval que comunicó Burgos con el Cantábrico
durante siglos (algunos le llaman el camino
del pescado), en nuestro ascender de en torno a tres kilómetros veremos
tramos que se encuentran en excelente estado, destacando las hileras de piedras
laterales y centrales y los muros de contención. Transitamos por una pequeña
hoz paralela a la reciente carretera. El único punto de atención se encuentra
pasado kilómetro y medio, en el que entre dos pequeñas canales hemos de
decidirnos por la que se encuentra a la izquierda.
Este tramo termina en una
bifurcación desde la que ya se contempla la ermita de Santa Isabel, hacia la
que nos acercamos. Hemos salvado un desnivel superior a los trescientos metros,
que se han hecho más llevaderos por el interés de trazado. El edificio
religioso, de cuyo interés cultural ya hemos hablado en este blog, se compone de una amalgama de estilos y
junto al mismo se encuentra incluso una nave ganadera. Merece la pena acercarse
hasta el original Pozo de la Hoz,
una fuente a la que se accede por un curioso pasadizo, y que se encuentra a
unos cien metros al este de la ermita.
Tras dejar atrás la peculiar
fuente llegamos a una ancha pista. La tomamos hacia la derecha en busca de la
carretera C-629. A partir de aquí entramos en el municipio de Los Altos, que, aunque administrativamente se asocia
con las Merindades, paisajísticamente tiene mayor relación con la comarca de
páramos y cañones. De hecho, el nombre no puede ser más acertado, pues la mayor
parte del mismo se configura como una paramera con escasa vegetación arbórea y
un componente arbustivo a base de enebro rastrero, aulaga, brezo y gayuba.
Mientras avanzamos por la pista
vemos frente a nosotros la peña alta de
Dobro, ocupada por un parque eólico (en el día de nuestra ruta un tanto
oculta por las nubes bajas). Finalmente llegamos a la carretera, la cual hemos
de seguir hacia la derecha (podemos optar por mantenernos por la parte externa
de la bionda). Tan sólo cien metros después observamos al otro lado el inicio
de un camino, justo al lado de uno de los antaño abundantes mojones de piedra que acompañaban a la
carretera.
Tomamos el camino carretero en
marcado ascenso. Este es el antiguo camino que comunicaba a los habitantes de
Los Altos con los del Valle de Valdivielso. Sin mayores novedades vamos ganando
altura hasta llegar a la cota 1048, el
punto más alto de todo el recorrido del GR85. Unos metros después
alcanzamos la parte alta de Dobro.
El sendero baja hacia la iglesia dejando a su izquierda una valla de piedra, aunque
por otras opciones se llegaría al mismo punto.
Una vez en la plaza de la iglesia
nos fijamos en su gran volumen y en la torre renacentista. También llama la
atención una bonita fuente con pilón. Bordeamos la iglesia por su derecha y
giramos hacia la derecha siguiendo unos carteles con la señalización de “la
Nogala”. Se trata de un alojamiento que tiene efectivamente un gran árbol en su
jardín. Aquí giramos hacia la izquierda para al poco volver a girar hacia la
derecha encontrando otro pilón. Terminamos el zig-zag girando otra vez a la
izquierda y de nuevo a la derecha tomando el camino que sale del pueblo.
Empezamos un claro descenso
mientras observamos la otra cara de la peña alta de Dobro, más escarpada y con
pinos y hayas en sus laderas. Vamos dejando un pequeño hayedo a nuestra
izquierda. Llegamos a una bifurcación en donde seguimos por la izquierda.
Minutos después llegamos hasta un embalse de riego de tamaño relativamente
importante. Lo bordeamos (con un poco de suerte podremos ver alguna ave acuática) hasta llegar a su presa.
A continuación observamos una
pequeña Hoz. Pasada la misma nos acercamos a la carretera que conduce hacia
Ahedo de Butrón, pero unos 50 metros antes de llegar a la misma deberemos
prestar un poco de atención para localizar una vereda mucho menos marcada hacia
el lado derecho.
Hemos entrado un camino poco
marcado con vegetación bastante alta. Pronto afrontamos un fuerte pero corto
ascenso rodeados de roble quejigos y otra vegetación. Tras la parte principal
del ascenso el camino mejora sensiblemente y no mucho después empezamos a tener
algunas vistas parciales del boscoso vallejo en el que se encuentra Ahedo.
Justo antes de alcanzar una
tierra de labor hemos de identificar un nuevo camino que desciende hacia
nuestra izquierda. El descenso al principio es bastante brusco, acompañados por
una vegetación entre la que destaca un interesante rodal de hayas. Terminado el rodal aparecen de nuevo las tierras de
labor, el camino mejora y la pendiente se suaviza.
Unos centenares de metros después
observamos entre los árboles una humilde construcción; se trata de la ermita de Santa Marina. A los pies de
la vereda de acceso se encuentra un pilón. Metros antes de llegar al pilón, un
pequeño sendero a mano derecha nos lleva en unos 50 metros hasta los pies de un
robusto roble de unos 4 metros de perímetro de tronco, conocido como Roble Gordo.
Desde la ermita el camino mejora
aún más y no presenta prácticamente ningún desnivel. Ignorando alguna
desviación el sendero acaba desembocando ahora sí en la carretera de acceso a
Ahedo. Hemos de seguir el asfalto durante aproximadamente un kilómetro para
llegar al citado pueblo. Este escondido lugar presenta una arquitectura popular
bastante interesante, aunque lo que más llama la atención es la preciosa portada de época románica que
representa la adoración de los Reyes Magos.
En todo caso la ruta como tal no
entra en Ahedo, sino que en el acceso al pueblo sigue por un camino frontal.
Este nuevo camino asciende por una suave y poco arbolada ladera y, justo al
llegar a un collado, se introduce en una especie de túnel vegetal. Desde aquí
se inicia un repentino descenso por el barranco de Valdeahedo en la búsqueda
del cauce del río Ebro.
Se puede apreciar como el bonito
sendero es lo que queda de un añejo camino. El primer tramo es el más empinado.
Pasado el mismo un zig-zag nos sitúa en el fondo del barranco. Tras dejar atrás
un pilón el desnivel se va suavizando poco a poco. El sendero, que trascurre
bajo la sombra de encinas y robles, pasa junto a una plantación de nogales y
acaba junto a un estrechamiento rocoso cerrado por una portilla.
Unos metros después de superar la
portilla llegamos a una bifurcación. La senda más marcada sigue por la
izquierda, pero nosotros tomamos la del lado derecho. Ignorando algunas sendas
secundarias acabamos llegando sin problemas a la pista de servicio de Tudanca,
la cual sólo hemos de seguir unos 200 metros antes de llegar al citado pueblo.
Como conclusión de la jornada, merece
la pena darse un paseo por las estrechas calles de este apartado lugar,
enmarcado por el río Ebro y grandes farallones rocosos.
Comentarios acerca de esta etapa
La primera parte de esta descripción ha
aprovechado recorridos coincidentes de los años 2011 y 2012. El resto fue
transitado en 2013 y principios de 2014. Recorrido bien señalizado aunque no
hay muchos cruces complicados. En especial el final de la etapa es muy fácil de
seguir. También esta última parte es la más sombreada. En la parte más marcada
del descenso puede haber resbalones, sobre todo si el camino está húmedo.
Para más información os recomiendo seguir los
enlaces que aparecen a lo largo de la descripción.
Track de la etapa (pulsa en el círculo verde para más información)
Vídeo con imágenes del recorrido
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